La noche más bochornosa de la V República
Para los ciudadanos franceses de origen argelino de más edad las palabras toque de queda les traerán amargos recuerdos. La ley que permite imponerlo ahora en los barrios o ciudades en los que los episodios de violencia se suceden desde hace días se promulgó pensando en ellos. Fue el 3 de abril de 1955, cuando la guerra de liberación argelina, iniciada en noviembre de 1954, tomaba fuerza y los atentados se sucedían. El episodio más sangriento, que todavía levanta ampollas, relacionado con el toque de queda se produjo, sin embargo, en París en 1961.
El 17 de octubre de 1961 30.000 argelinos llegados de los barrios periféricos, como los que ahora están sacudidos por la revuelta, se manifestaron pacífica y silenciosamente por París convocados por el Frente de Liberación Nacional (FLN), el movimiento que lideraba la lucha anticolonial. Era una manifestación prohibida en la que protestaban porque el toque de queda les afectaba sólo a ellos: Franceses Musulmanes de Argelia (FMA), como se llamaba eufemísticamente a los argelinos.
Entre 200 y 300, según los historiadores, no acabaron la marcha. Sólo tres, según fuentes policiales. Fueron arrojados al río Sena o estrellados contra los muelles, asfixiados o matados a golpes por la policía, dirigida por, el prefecto de policía de París: Maurice Papon. Nunca fue juzgado por aquellas muertes. La cuestión surgió, de forma colateral, cuando tuvo que responder ante la justicia en Burdeos, en octubre de 1997, por su colaboración con el régimen de Vichy, por la deportación de judíos franceses entre los años 1942 y 1944.
Durante el juicio, el historiador Jean-Luc Einaudi, autor del libro La Bataille de Paris,en la que recoge sus investigaciones sobre la sangrienta represión, explicó cómo los policías intentaron estrangular a decenas de argelinos y los sometieron a una "violencia extrema". "Hacia medianoche, varios policías de uniforme se presentan en la sede del diario France-Observateur y dijeron a su redactor jefe, Claude Bourdet, gran figura de la resistencia, que acaban de matar a cincuenta argelinos en el patio de la prefectura y sus cuerpos han sido arrojados al Sena", declaró Einaudi.
En aquel proceso, los documentos de la fiscalía corroboraron los datos que barajaban historiadores como Einaudi, a pesar de que la cifra oficial fue de tres muertos. Hubo quien dijo, en el mismo juicio, que habían muerto una veintena pero que había sido por luchas intestinas del FLN. La notoriedad que adquirió el proceso obligó al gobierno a levantar el secreto oficial que protegía la documentación sobre el caso una semana antes del juicio a pesar de que estaba previsto que durara 60 años.
En un primer vistazo no exhaustivo a los archivos, un profesor de historia contabilizó al menos 70 muertos, despachados judicialmente con una breve reseña: identidad (nombre y anotación FMA o franceses musulmanes de Argelia), causa de la muerte ( "homicidio voluntario") y un escueto "sobreseído". En el juicio de Burdeos, el propio Maurice Papon admitió que hubo más muertos de los difundidos, aunque los cifró en un máximo de 30.
Según Papon, "la represión se redujo a hacer subir a los norteafricanos en autobuses" (de la policía). Innumerables testimonios sugieren lo contrario: las fuerzas del orden se cebaron con saña sobre los manifestantes, a quienes dispararon, torturaron o arrojaron al Sena con una brutalidad típica del conflicto argelino, en su punto culminante aquel mes de octubre (Francia le concedió la independencia en julio de 1962).
El proceso contra Maurice Papon, antaño alto funcionario ejemplar, permitió la reaparición - y esclarecimiento- de los trágicos sucesos del 17 de octubre de 1961. Aunque el territorio argelino era Francia ellos no eran franceses sino Franceses Musulmanes de Argelia.