La soja en Argentina (1990-2013): cambios en la cadena de valor y nueva articulación de los actores sociales
La actividad agropecuaria pampeana y extra-pampeana vive desde hace dos décadas cambios estructurales que permitieron aumentar la producción de granos, y conseguir de esa manera excedentes exportables en un contexto de precios internacionales elevados. Esto permitió mejorar el ingreso de divisas al país y alejar, momentaneamente, la restricción externa, fenómeno históricamente muy ligado a los deteriorios de los términos de intercambio.
La llegada de nuevos compradores como los países del este asiático y, en menor medida, de medio oriente, produjo cambios en los flujos de intercambio, reemplazando los más tradicionales clientes europeos y generando una nueva geopolítica de los alimentos. Este cambio de dirección de las exportaciones argentinas también generó cambios en la elección de la siembra donde hoy la soja se impone como el cultivo dominante en el país. Asimismo, la mejora en los ingresos del comercio exterior permitió mejorar la recaudación fiscal a través de los derechos de exportación.
Sin embargo, esos cambios ocurridos en el sector, tuvieron también efectos negativos. Tanto el problema del desplazamiento de cultivos tradicionales orientados hacia el mercado interno, como las cuestiones ambientales ligadas a la utilización de un nuevo paquete tecnológico, la deforestación debido a los altos valores de los arrendamientos, y el éxodo rural que genera una producción que requiere de poca mano de obra, son consecuencias de esa modificación del paisaje agropecuario en una tendencia hacia la concentración de la producción en un producto: la soja.
Documento de Trabajo Nº 63 (CEFID-AR) – noviembre de 2014