Coyuntura latinoamericana y mundial. El pesimismo esperanzado
Doctor en Economía por la Universidad Libre de Berlín. Filósofo y teólogo de la Liberación. Profesor de Economía en el Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI), Costa Rica.
E. F. N.: ¿A qué llamas, exactamente, “crisis de los límites del crecimiento”? ¿Cómo se pone en evidencia?
F. J. H.: Se pone en evidencia en el hecho de que un crecimiento lineal, cada vez más alto, no es sostenible, y esto se hace presente hoy en el plano del petróleo y de los cereales. En el caso del petróleo, la experiencia empírica demuestra que una tasa de crecimiento del 5 por ciento, más o menos, presupone un crecimiento del consumo de petróleo del 2 al 3 por ciento. Si lo calculamos a veinte años, un crecimiento así representa un aumento de un tercio en el consumo de petróleo... Imagínate, ¡no hay suficiente petróleo para eso! Entonces ¿cómo quieren sustituir el consumo del petróleo? Con los cereales. Entonces, aumenta la producción de cereales y baja la de alimentos para los seres humanos. ¿Quiénes aparecen ahora como los hambrientos más urgentes y con poder de compra suficiente para desplazarlos? Los automóviles; ellos demandan ahora cereales, y tienen poder de compra. En cambio, la gente hambrienta no tiene poder de compra. Entonces ¿quién gana? Los automóviles, ellos devoran a la gente. Entonces, tienes las dos energías básicas: la energía básica para el cuerpo humano es el cereal, y la energía básica para las máquinas es el petróleo. Ya el barril de petróleo está en noventa dólares. Se habla de que va a subir de nuevo a cien dólares1. Bueno, con cien dólares todavía podemos vivir. Pero, ¿y si la tasa de crecimiento permanece alta a nivel mundial? Entonces va a subir más y llegará a ciento cuarenta dólares, como en 2008, y habrá otra crisis, que será considerada como una nueva crisis financiera. Eso está en el tapete.