Lo que el Fondo está diciendo es que el euro no funciona
Josh Barros
Parece un memo seco de 1184 palabras sobre proyecciones fiscales. Pero el memo del Fondo Monetario Internacional sobre la sustentabilidad de la deuda griega, que explica por qué el FMI no puede participar en un nuevo programa de rescate a menos que los otros países europeos acuerden una inmensa reducción de la deuda griega, deja al desnudo las entrañas de la crisis y puede obligar a los miembros de la zona euro a avanzar hacia la unión fiscal o a liquidar el euro.
El memo del FMI es prácticamente un reconocimiento de que la zona euro no funciona en su forma actual. Plantea tres opciones para alcanzar la sustentabilidad de la deuda griega, todas las cuales equivalen a una unión fiscal, un arreglo por medio del cual los países más ricos harían pagos para sostener la economía griega. No es casualidad que ésta sea la solución que muchos economistas les han estado diciendo a los funcionarios europeos.
Las tres opciones definidas por el FMI tendrían operatorias diferentes, pero comparten un aspecto importante: implican que otros países europeos le den dinero a Grecia sin que ésta lo devuelva. Estas transferencias se sumarían a los 86.000 millones de euros en créditos que se otorgarían según el acuerdo alcanzado el lunes.
"Un momento -se podría decir-: el FMI no está proponiendo una unión fiscal; propone recorte de la deuda." Pero cuando un programa de reducción de deuda es lo suficientemente grande, ésa se vuelve una distinción sin sentido; en ambos casos se trata de que los países de la zona del euro den fondos a Grecia.
Una de las opciones de recorte de deuda que propone el FMI es "transferencias anuales explícitas al presupuesto griego", es decir, pagos directos de otros gobiernos a Grecia, que ésta podría usar para pagar su deuda. Esto es obviamente una unión fiscal. Una segunda opción es extender el período de gracia, durante el cual Grecia no tendría obligación de hacer pagos de intereses o capital sobre su deuda a los países europeos hasta el año 2053. Eso es una unión fiscal con otro nombre, dado que esas condiciones de largo plazo les ahorrarían dinero a los griegos a expensas de sus acreedores, que son mayormente ahora los gobiernos europeos o el FMI.
La tercera opción presentada por el FMI, la cancelación de una porción de las deudas griegas, ha sido resistida ferozmente por el gobierno alemán, aunque ésta es la opción que constituye de modo menos obvio una unión fiscal permanente. La cancelación de deuda es una transferencia fiscal por única vez. Pero al menos en teoría sólo sería una vez, dejando que Grecia se haga cargo de sus obligaciones a partir de ahí.
Desgraciadamente, sin embargo, éste no es el primer rescate para Grecia. Anteriores rescates han tenido que ser revisados y ampliados, y como señala el FMI en la sección de su memo acerca del "considerable riesgo", eso podría volver a suceder. Los planes para que Grecia recupere la solvencia dependen de un crecimiento económico acelerado y fuertes aumentos de la productividad del trabajo que superen a los del resto de Europa, cosa que no puede garantizarse. También dependen de que el país logre un superávit primario importante por un período extendido, es decir que cobre más impuestos que lo que gasta en servicios estatales, lo que comúnmente es impopular con los votantes. Dicho de otro modo, los europeos tendrían buenos motivos para temer que el recorte actual de la deuda no sería el último.
El memo deja en claro cuál es el verdadero costo para Europa de que Grecia siga siendo miembro del euro: si los gobiernos europeos quieren que Grecia siga adentro, van a tener que aportar mucho dinero en una forma u otra y será dinero que Grecia no les devolverá.
Por supuesto que la principal alternativa a un acuerdo es la salida de Grecia del euro, que también tendría un alto costo para los tenedores de la actual deuda griega, a los que se les pagaría en dracmas devaluados, si es que se les paga. Ése es un motivo por el que los gobiernos europeos podrían estar dispuestos a pagar el precio que describe el FMI, para hacer que funcione el acuerdo con Grecia.
Pero los funcionarios del FMI están diciendo que no pueden sostener que un rescate llevará a un pago pleno por parte de Grecia de sus deudas. Si Atenas se mantiene en el euro, necesitará mucho más soporte financiero del resto de Europa de lo que se admitió cuando se concretó el acuerdo, y el FMI les pide a los gobiernos europeos que pongan el reconocimiento de ese hecho por escrito y en papel.
Traducción de Gabriel Zadunaisky
La Nación - 16 de julio de 2015
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