Mi hermana Marielle Franco

Djefferson Amadeus *


Un amigo de la concejal asesinada escribió una carta en su memoria. "Luchen como una mujer, nunca como un hombre".

El día 14 de marzo de 2018 a la tarde, participé del entierro de Matheus Melo, asesinado de forma brutal y cobarde por policía militares. En el entierro, recibo una llamada: era mi hermana, Marielle Franco. Ella quería brindar su solidaridad a la familia de Matheus.

Día 14 de marzo de 2018, a la noche.

Recibo la noticia de que Marielle y Anderson Gomes fueron asesinados, de forma brutal y cobarde. Llamo a la compañera Mônica do Borel. Del otro lado de la línea llanto, mucho llanto. Era la confirmación de una pesadilla: nuestra hermana había sido asesinada. Pero me costaba creerlo. 

Entonces llamé a mi hermana Paloma Gomes y mi hermana atendió en llanto. Me desmoroné, como si me hubieran noqueado. Para socorrerme, quedaba una de mis mejores amigas, hermana que admiro y respeto mucho: Mônica Cunha. Pero su celular estaba apagado.

No tenía más que hacer: era el fin de un sueño. Me descargué y lloré. Mucho. Como hace tiempos no lloraba. Y así, el día 14 de marzo entró en la historia como el peor día de mi vida, hasta entonces.
Día 15 de marzo de 2018.

Participo del velatorio del cuerpo de mi hermana en la Cámara Municipal de Rio de Janeiro. Más llantos, que fueron contenidos por los abrazos de grandes compañeros y compañeras. 
Y, mientras el cuerpo de nuestra hermana no pasaba delante nuestro, dentro de la Cámara Municipal, gritos. Muchos gritos. De las mujeres y de todos los movimientos representados por ellas. En especial el movimiento negro y LGBTs.

Los gritos fueron acompañados, súbitamente, por estruendosos aplausos, que hicieron mi corazón tremer, como nunca ante había sentido. 

Allí no solo yo fui invadido por una explosión violenta de emoción, sino que también (o, sobretodo) tuve la certeza que la revolución, en Brasil, solamente será posible con las mujeres en el comando, lo que quedó comprobado después de las declamaciones de Talíria, Monica Cuna, Mônica do Borel, Flavina, Monique, Rejany, Paloma, Bell, Andreía, Rose Cipriano, entre otras. 

Aquella explosión apabullante era el indicio más concluyente de que la lucha, por sí sola es, y será siempre, la razón de nuestro vivir, motivo por el cual, hoy y siempre, somos todos Marielle ¡Presente!

Marielle, aún sin tener formación en derecho, fue la mejor abogada que conocí. ¿Saben por qué? Porque la palabra abogada significa “advocatus, vocatus ad”, o sea: abogada es aquella llamada a socorrer. Así era Marielle: lista para lo que fuera, cueste lo que cueste. 

Por eso, en homenaje a nuestra hermana Marielle Franco, así como a todas allí presentes, que enseñaron a los hombres que la revolución solamente será posible si los hombres luchan como una mujer (de ahí la expresión: ¡Luche como una mujer!), hice un pequeño texto, cuyo título podría ser “Apología de Marielle”, dado que se trata de un texto inspirado en la obra de Platón, “Apología de Sócrates”:

Quizá piensen, señoras y señores, que podría haber evitado mi muerte si dijese e hiciese todo aquello que ellos están acostumbrados a ver y escuchar de la clase dominante. Lejos de mí hacer ello. Ellos querían oírme gemir, lamentar y hacer cosas que, insisto, son indignas de mí, cosas que ustedes están acostumbrados a escuchar de otros. 

Por eso no me arrepiento, compañeras, de haber luchado por la defensa de mi pueblo, aún que esto me haya costado la vida, porque prefiero morir luchando que vivir como una cobarde. 

Compañeras negras y compañeros negros: no debemos en ningún lugar, sea él en el Tribunal o en la guerra, dejar a nuestro pueblo sin defensa, aunque eso nos pueda costar la vida. Yo soy la prueba de eso. Jamás dejen que mi muerte sea en vano. 

En las batallas, es muy común que los hombres eviten la muerte deponiendo sus armas e implorando misericordia a los perseguidores, pero nosotros, mujeres, somos diferentes de los hombres, porque la cobardía es una palabra que no existe en nuestro vocabulario. 

Les hago, por último, un pedido: no se substraigan de la defensa de las causas del pueblo negro, de las mujeres y de las causas LGBT. Donde exista un derecho, por mínimo que sea, júntense a ellas. Y lo principal: luchen siempre como una mujer, jamás como un hombre. No nos callaran.

De su hermano Djeff Amadeus. Negro con mucho orgullo. Te extraña, mucho.

¡Marielle presente!

 

Djefferson Amadeus es abogado. Publicado originalmente en Carta Capital | Agencia Paco Urondo - Traducción: Santiago Gómez. 

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