Molinos de viento
La aparición del molino de viento, junto con el crecimiento de la red ferroviaria y la difusión del alambrado, fue uno de los principales factores de desarrollo y creación de establecimientos rurales y pueblos. Su llegada permitió obtener agua en lugares donde no existían cursos fluviales ni aguadas naturales, prescindiendo del condicionamiento geográfico y, en buena medida, de fatigosas excavaciones para acumular las aguas pluviales en cisternas y tajamares. Esta novedosa aplicación de la energía eólica transformó la realidad del campo argentino. Los primeros que llegaron a nuestro país se importaron de Estados Unidos por la casa de Miguel N. Lanús, importadora de maquinaria rural, en 1880.