“La derecha intentó disputar el control de la calle”
La derecha no piensa en otra cosa que impedir, como sea, la reelección de Dilma Rousseff (acaba de perder 21 puntos de popularidad) en los comicios de 2014, y a pesar de su espanto congénito ante la movilización popular, intenta hacer que se convierta en fuente de caos e ingobernabilidad. De todos modos es improbable que las oligarquías logren desvirtuar el sentido transformador de la revuelta en curso desde hace tres semanas, atizada por la bronca ante el derroche de la Copa de las Confederaciones.