La calle es de la multitud
Las manifestaciones de los últimos días marcaron el regreso de un actor político: la multitud callejera. Ese dato solo ya cambia el escenario, asegura Ezequiel Adamovsky mientras sostiene que si bien es un error involucrarse en combates ofensivos contra las fuerzas de seguridad es uno mayor demonizar a la militancia al correr el foco del verdadero generador de la violencia: el Estado. Los riesgos de no tener en cuenta las tendencias “microfascistas” que ya estaban extendidas antes de la piedras. Y de sostener que en una República son los representantes y las instituciones los que definen las decisiones y que es “antidemocrático” pretender hacerlo desde la calle.