Neuquén: ¿hay futuro después del petróleo?
La provincia tiene que pensar en su etapa post-Vaca Muerta. La clave: las herramientas de transición que propone el COPADE y las alternativas productivas al hidrocarburo. ¿Cómo se puede administrar el recurso de manera responsable?
¡Hola! ¿Cómo estás?
Espero que hayas podido descansar y disfrutar el finde largo.
Como te prometí, hoy vamos a seguir con el hilo de pensamiento que empezamos en enero que podríamos titular “dónde estamos y hacía dónde queremos ir”. No me convence tanto, pero funciona.
Neuquén: ¿el petróleo como bendición o maldición?
Hace dos entregas hablamos de las provincias, qué producen y qué exportan y cómo están paradas frente a la transición a la sostenibilidad. Entre todos los casos hay uno que sobresale por su dependencia de los combustibles fósiles.
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Empecemos entonces a hablar de la estrella del día de hoy: la provincia de Neuquén.
Si analizamos el valor agregado bruto por actividad económica de la matriz productiva provincial, vemos que el 47% (todo lo que se ve naranja) de la producción neuquina tiene que ver con la extracción de hidrocarburos: este porcentaje viene en aumento en los últimos años, de la mano de Vaca Muerta. Después tenemos un peso importante de los servicios (muchos directa e indirectamente ligados a Vaca Muerta como la construcción) y muy poco de industria y agroindustria.
Más en detalle, acá.
Lo primero que una diría es, bárbaro, evidentemente los hidrocarburos aportan mucho a la economía neuquina, sigamos aprovechándolos. Sobre la potencialidad económica del yacimiento, te recomiendo esta entrega del newsletter #LluviadeInversiones de Nico Sidicaro.
Sin embargo, cambio climático y transición energética mediante, sabemos que a los combustibles fósiles no les queda un plazo infinito de protagonismo en la provisión energética mundial.
¿Qué significa esto?
Por tomar alguna de las proyecciones sobre el futuro de la energía más usadas, el último informe de la consultora BP prevé tres escenarios de transición posibles. Aún en el menos optimista (en términos de emisiones y limitación del calentamiento global) entiende que el pico de demanda de petróleo (el gas natural tiene más variaciones en función de los diferentes escenarios) ya se alcanzó y sostiene que “la demanda mundial de petróleo se estanca en los próximos 10 años antes de disminuir hasta 2050”.
Que estas proyecciones más o menos se cumplan es una buena noticia para el mundo, el país (te dejo el último news donde hablamos sobre el impacto y las causas de la sequía) e incluso para la provincia, pero le representa un enorme desafío en tanto significa que casi la mitad de lo que produce reducirá su demanda y eventualmente será obsoleto. E incluso muchas de las actividades de servicios vinculadas, como construcción y comercio se verán impactadas de manera negativa.
Pensar Neuquén después del petróleo
Es obvio que, si yo me estoy preguntando esto desde CABA, hay gente en el territorio que ya lo está abordando. Un organismo clave es la Secretaría de Acción y Planificación para el Desarrollo (COPADE) local. Me contacté con Daniela Torrisi, la directora provincial de Planificación Territorial del organismo.
Cenital: COPADE se creó en la década de los 60, ¿con qué visión?
Torrisi: Con un marcado perfil desarrollista, que se mantiene en la actualidad en sus cuadros técnicos y políticos.
Neuquén es una provincia muy joven y en esa época -las décadas del 60, 70 y 80- se realizaron varios grandes proyectos como las represas, obras de vialidad y rutas que eran muy significativas para empezar a conectar las distintas localidades, generar energía y permitir el desarrollo provincial. En ese momento COPADE también estuvo vinculada a la creación de la Universidad Nacional del Comahue.
Ya en ese entonces hubo un gran impulso por las energías alternativas. Por un lado, surgió el proyecto de geotermia en Copahue y se construyó la cadena de embalses sobre los ríos Neuquén y Limay. Las presas fueron muy significativas no sólo para la generación de energía, sino también para la regulación de los caudales al minimizar los riesgos para las personas que viven aguas abajo y para disponer agua para riego.
También estuve investigando por otros lados sobre los orígenes de COPADE y me encontré con que ya desde su origen la diversificación respecto del petróleo fue un aspecto central.
Entre los proyectos que se promovieron encontramos la industria forestal, el turismo y la agricultura, algo que se mantiene hasta el presente, como vamos a ver.
Luego, a fines de los 90, se creó el IADEP (Instituto Autárquico de Desarrollo Productivo) como herramienta para contribuir al crecimiento de los diversos sectores productivos. Entre los proyectos que promovió fue el financiamiento -en parte con recursos provenientes de la actividad petrolera- del sector vitivinícola. Un esquema de utilización del recurso extraordinario de la renta petrolera para fines estratégicos -en vez de corrientes- será clave para pensar con el escalamiento a corto plazo de Vaca Muerta y los recursos que va a disponibilizar.
Me interesaba saber qué hace actualmente COPADE para pensar el post Vaca Muerta.
Cenital: ¿Cómo trabajan desde la COPADE para promover la diversificación de la matriz productiva provincial y reducir la dependencia de los combustibles fósiles?
Torrisi: Hoy COPADE tiene la mirada puesta en diversificar la matriz productiva aún más con una visión muy territorial de apuntalar las capacidades que cada localidad se propone.
Por ejemplo, mientras que el turismo de naturaleza o nieve caracterizó siempre a las localidades del sur, posicionando a la provincia a nivel internacional, hoy se está diversificando mucho hacia distintos tipos de turismo:
Turismo científico muy importante alrededor del volcán Copahue.
Turismo religioso en el sur, vinculado a Junín de los Andes con el vía Christi o el circuito de capillas en el norte, muy vinculado a la historia y la cultura de esa región.
Agroturismo que trata de ir a conocer algunas de las actividades que se hacen en la provincia. Por ejemplo, puedes ir a ver cómo es la cría de chivos, comer uno al asador, vivir la experiencia que vive una familia tradicional del norte a diario.
Turismo de la salud: hace poco inauguramos un hospital intercultural en Aluminé -el primero del país y latinoamérica- donde convive la medicina moderna y la medicina ancestral mapuche. Eso empezó a atraer a gente con curiosidad de conocer esa experiencia o para tratar algún tema de salud y le parece interesante la combinación de las dos miradas.
Para avanzar en la diversificación son necesarias las capacidades en el territorio. Nuestra visión es que cada municipio pueda decidir su destino, su perfil productivo e intentamos acompañar estos procesos con capacitaciones, asistencias técnicas, líneas de crédito y el desarrollo y la implementación de planes de ordenamiento o proyectos ejecutivos de obra que se precisan en el territorio.
Por otro lado, también brindamos -en alianza con diversos organismos y universidades- capacitaciones y asistencias a la sociedad civil, la cual, en la medida que Neuquén se diversifica, busca la forma de insertarse en los nuevos sectores económicos o perfiles productivos que se abren.
Vaca Muerta es un recurso finito y la provincia tiene mucho potencial en otras áreas que no debe dejar de desarrollar por solo mirar el recurso hidrocarburífero y eso es algo que en las dos últimas gestiones se está viendo muy fuerte. Vaca Muerta está, pero no obtura el desarrollo del resto de las potencialidades de la provincia.
El boom petrolero que genera Vaca Muerta trae muchos beneficios a la provincia en materia de ingresos y empleo, pero también genera una serie de desafíos como la desigualdad de ingresos, el déficit habitacional, la afectación de actividades tradicionales como la producción de peras y manzanas, actividad sísmica… ¿cómo abordan estos desafíos desde COPADE?
Vaca Muerta genera esto. Son contracaras de una misma realidad. Lo que COPADE se plantea es fortalecer las capacidades locales para tratar de afrontar en conjunto todos estos desafíos. La gran mayoría de las localidades de nuestra provincia tiene planes de ordenamiento o de desarrollo que son herramientas muy valiosas para empezar a mirar y ordenar el territorio para usarlo de manera más eficiente, anticiparnos a los problemas, pensar hacia donde debe desarrollarse cada una de las localidades.
En el último tiempo no sólo estamos acompañando a los municipios para que tengan estos instrumentos al alcance de la mano, sino que también en su implementación y aplicación, que era una deuda pendiente.
Solo existe el hoy
Ahora bien. Acá no queremos repetir el pecado de la ONU de solo pensar en las generaciones futuras, sino que nos ocupamos también del hoy.
Y ahí encontramos una serie de dimensiones muy importantes para pensar el presente de Vaca Muerta: los pilares clásicos del desarrollo sostenible: ambiente, sociedad y economía.
Lo ambiental. Venimos pensando mucho en la transición, pero la viabilidad presente de Vaca Muerta depende -entre mil otros factores económicos, políticos y de infraestructura- de su impacto ambiental. Específicamente la fuga de metano al momento de la extracción del recurso. ¿Por qué? Si bien el gas al quemarse emite menos gases de efecto invernadero que el petróleo y el carbón -y por eso puede considerarse el combustible fósil de transición- la comparación del ciclo de vida completo no le da tan bien si no se hace un gran trabajo sobre el momento de extracción del recurso.
Lo social. Los procesos de crecimiento acelerado de una localidad como sucede en Neuquén suelen ser traumáticos, el Estado llega tarde para regular la forma de crecimiento y eso redunda, entre otras cosas, en problemas de infraestructura y en un aumento de la desigualdad. Esto es tema de Fer Berco, pero se ve muy claro con los alquileres, aumentó tanto la demanda que se dispararon los precios de los inmuebles y eso le está haciendo muy difícil la vida a todo aquel que no recibe altos sueldos de la industria petrolera. Sobre esta cuestión de los desafíos sociales que aparecen en las localidades cercanas a la exploración petrolera, te recomiendo este documental sobre la experiencia de Comodoro Rivadavia.
Lo económico. Que Vaca Muerta sea tan pujante es un desafío gigante para cualquier otra actividad dado que los márgenes de rentabilidad del hidrocarburo (y los servicios asociados) son muy altos y entonces invertir en cualquier otra cosa -tanto para comenzar como para sostener otras actividades- precisa incentivos importantes. Ahí se vuelve clave el rol del Estado para apalancar sectores diferentes como fue el caso de la vitivinicultura y planificar el futuro provincial para que queden actividades en pie cuando se termine el hidrocarburo.
Pasado y futuro
La provincia ya vivió esto del fin del petróleo, aún si por otras razones. La pueblada de Cutral Co y Plaza Huincul en 1996 es un ejemplo, fue luego de los despidos causados a partir de la privatización de YPF y Gas del Estado -en 1992, en Cutral Co, YPF despidió a 3.600 de los 4.200 empleados que tenía en el pueblo creado alrededor de la destilería de Plaza Huincul-.
El gobierno provincial les otorgó una indemnización con la que pudieron poner algunos comercios. Pero la zona ya no era pujante, ya no había demanda.
Es decir, los neuquinos ya saben de qué se trata esto del fin de una actividad. La pregunta es si esa experiencia empuja hacia la transición o más bien hacia el sostenimiento de una actividad con final preestablecido. Como sucede, por ejemplo, con la explotación de carbón en Río Turbio: un sector sin futuro y que no aporta nada significativo a la economía argentina, pero se sostiene por los empleos locales que dependen de él.
La construcción de alternativas no es sencilla. Como vimos, hay otras actividades importantes, como el turismo que se está diversificando y creciendo, pero Vaca Muerta es una porción enorme de la economía neuquina (y nacional). La provincia, por ahora, es hidrocarburífera-dependiente; reemplazarla solo con turismo no va a alcanzar.
¿Qué otros sectores tienen potencial para aportar una porción mayor a la economía provincial?
La Patagonia tiene muy buenas condiciones para la producción de energía renovable; de hecho uno de los parques eólicos más grandes del país se encuentra en la provincia de Neuquén. Se llama Vientos Neuquinos y se ubica en la zona de Comahue. También hay varios proyectos de generación solar, biomasa, hidroeléctrica y geotérmica en la provincia. Entonces una opción lógica sería el escalamiento de energías alternativas para abastecer otras regiones del país o incluso exportar, para eso se necesitaría aumentar la infraestructura de transporte eléctrico y, por ejemplo para exportar hidrógeno, hacer un acuerdo con alguna provincia con salida al mar.
Vinculado con la transición energética en términos específicos y el aumento de la demanda de minerales, Neuquén también tiene trayectoria y potencialidad para el desarrollo minero, particularmente al noroeste de la provincia.
Este año se comenzó a construir un polo tecnológico en la capital provincial. El mismo va a contar con 4 grandes áreas de trabajo: servicios, infraestructura para Vaca Muerta, biomedicina y biotecnología. De esta manera se pretende fortalecer las actividades de investigación y desarrollo.
Neuquén ya es protagónica a nivel nacional en acuicultura (cría de peces, para explicarlo simple): el 89% de la trucha cultivada proviene de esta provincia. (Sugerencia: cuando comas pescado mucho mejor si son producidos nacionalmente como la trucha o el pacú). Es clave profundizar los estudios de capacidad de carga para entender cuánto puede crecer el sector sin afectar los ecosistemas.
Luego, en Villa La Angostura hay un intento incipiente de instalar un polo fintech, es decir, promover la instalación de trabajadores del sector IT que no necesitan mucho más que una buena conexión a internet y una linda vista. Nada mal. Además, en Neuquén capital está la facultad de informática con lo cual el desarrollo de este polo puede contribuir a la retención provincial de esos perfiles altamente demandados.
Administrar pensando en el hoy y el mañana
El fomento de estas actividades requiere visión, planificación y recursos. A fines de 2021 se creó el FEDEN (Fondo de Estabilización y Desarrollo del Neuquén). Se financia con las regalías de las exportaciones de gas y petróleo y tiene dos subcomponentes:
- fondo anticíclico: para socorrer a la provincia en caso de emergencias
- fondo de desarrollo: para promover la diversificación productiva a través de inversiones de capital vinculadas a la logística y la conectividad, ciencia y tecnología, innovación, economía del conocimiento, turismo, energías limpias y la cadena de valor de la producción primaria.
Cómo va a seguir esta historia dependerá en parte del resultado de las próximas elecciones en Neuquén, cuyo panorama estudió Facu Cruz en la edición del jueves pasado de #LaGenteVota con la profundidad que lo caracteriza.
En una línea similar pero pensando a nivel nacional, la semana pasada la diputada Florencia Lampreabe presentó un proyecto de ley de presupuestos mínimos de “Explotación de hidrocarburos para la transición energética justa”. La idea no es nueva y más o menos se basa en las experiencias exitosas de administración de la renta extraordinaria de los recursos naturales como es el caso noruego. Más allá de los aspectos técnicos de una eventual implementación de esta u otra iniciativa similar -necesarias para garantizar la existencia y el destino de los recursos económicos para la transición-, lo que nos falta definir como nación es el eventual destino de ese dinero. ¿Cómo nos imaginamos nuestra transición? ¿A dónde queremos llegar y cuál es el mejor camino para hacerlo?
Desde este espacio pretendemos hacer una humilde colaboración para pensarlo y por eso en la próxima vamos a empezar a meternos en EL TEMA: energía. Aquello que mueve al mundo. Vamos a meternos a fondo con esto que es la condición de posibilidad de todas las demás transiciones.
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Te mando un abrazo, nos leemos la próxima.
Eli
- Elisabeth Möhle, Soy licenciada en Ciencias Ambientales, magíster en Políticas Públicas y becaria doctoral en Ciencia Política en la UNSAM. En todos los ámbitos que puedo me dedico a sumergirme en los dilemas que nos presenta el desarrollo sustentable, uno de los mayores desafíos que enfrentamos en este siglo.
Cenital - 12 de abril de 2023