A 20 años de la masacre de avellaneda: ¿cómo fortalecer la organización y defender la protesta?
La memoria de Darío Santillán y de Maximiliano Kosteki trae un mensaje fundamental para el presente: la necesidad de reforzar la organización, de reivindicar lo público, colectivo y comunitario. También de defender el derecho a manifestarse, expresarse y peticionar.
Antes de disparar, los lobos policiales escuchan a sus gobernantes y miran televisión
Tres policías toman por asalto a cuatro pibes que regresan de una práctica de fútbol en Barracas Central. Lucas González recibe dos balazos fulminantes. El cuerpo de Lucas se vuelca inerte sobre Julián, el conductor del auto, su “amiguito”. Los chicos piden auxilio a dos mujeres policías que encuentran a 200 metros. No los ayudan. Los arrestan.
“El de Lautaro no es un hecho excepcional en Corrientes”
Organismos de derechos humanos advierten que la muerte del joven, tras una persecución policial, se enmarca en un distrito "militarizado"
Dos años sin Arshak y la hipótesis de la desaparición forzada
Miembro de la Policía de la Ciudad, se lo vio por última vez en 2019. Para su madre, Vardush, la negligencia en la investigación obedece a una cadena de encubrimientos.
(Re)construir confianza en políticas públicas. Aprendizajes en el territorio
Nadie cree en casualidades
Siete de cada diez argentinos consideran que “los policías no sólo dejaron librados al azar a los ciudadanos, sino que promovieron los saqueos”. Este diagnóstico de la gran mayoría tiene otras connotaciones: se considera que los saqueos fueron organizados, que participaron sectores políticos que quieren desestabilizar al Gobierno y hay una evaluación muy negativa de las policías provinciales, lo que contrasta con una buena imagen de la Gendarmería.
Artistas, locos y criminales
Mucho calor. Mucha tensión. En la madrugada del viernes 26, en silencio, se concentraban decenas de patrulleros y camiones de transporte de las fuerzas de choque de la Policía Metropolitana. La cita: Amancio Alcorta al 2500, frente al Tomás Ducó, el Palacio, el estadio de Huracán. En el Ducó, exactamente ocho días antes, había entrado una cantidad de barrabravas para apretar jugadores y al mismísimo técnico Juan Manuel Llop, que días después daba un paso al costado. Aquel día, en el vestuario, varios habían avisado al 911. Sin embargo, ninguna comisión policial se presentaba. Curioso. Esta madrugada, de calor y tensión, no había jugadores y Amancio Alcorta estaba atestada de policías armados hasta los dientes.