¿Qué le aportan a América Latina sus relaciones económicas con la Unión Europea?
Quizás lo más sorprendente sea que los aspectos económicos, y dentro de ellos los comerciales, tradicionalmente álgidos en comparación con los políticos, estén apareciendo cada vez más en las discusiones, aunque no se han obtenido logros sustanciales en este sentido como no sea el proceso de firma de acuerdos comerciales con las distintos países, regiones o subregiones con las que la UE ha establecido vínculos específicos, cuestión que no obstante, hubiera ocurrido de todos modos aún y cuando no se hubieran celebrado las conferencias cumbres, por cuanto corresponden a los intereses definidos por la Unión Europea en la Región y que a su vez se inscriben dentro de la lucha por la hegemonía internacional sobre todo frente a Estados Unidos que considera a América Latina su traspatio propio.
Mucho se ha hablado acerca de la estrategia europea con relación a Latinoamérica en comparación con la norteamericana y si bien es cierto que pudieran señalarse algunas pequeñas diferencias en los modos de actuación, la esencia es en definitiva la misma: el interés de las Empresas Transnacionales por ampliar sus espacios en aras de la superganancia monopolista y el de las grandes potencias por lograr zonas de influencia con mayor peso en la economía y la política internacionales.
Si se hace un balance del aporte de los europeos a una mejoría de la situación latinoamericana, poco podría destacarse tanto desde el punto de vista actual como perspectivo, sin embargo, se observa un aumento de la presencia de las Empresas Transnacionales procedentes del Viejo Continente, lo que para muchos parecería ser un indicio de su mayor presencia en la Región.
El tan propagandizado acercamiento de la Unión Europea y sus países miembros a América Latina se ha materializado en términos concretos sobre todo a través de las inversiones extranjeras directas, principalmente en países de particular interés como Argentina, donde sólo cuatro naciones: España Francia Países Bajos e Italia absorben el 60,1 % de las inversiones extranjeras directas totales en el país en el 2005. Si bien Estados Unidos continúa siendo el principal inversionista, sólo España y los Países Bajos representaban el 18% de las corrientes de capital que llegaron a la región este mismo año.
Los europeos sobresalen tanto en la esfera financiera, con un peso destacadísimo de los bancos españoles (los bancos que más sobresalen Santander, Central Hispano y el banco Bilbao Vizcaya argentaria que están antes del City Corp) como en los servicios básicamente en las telecomunicaciones (Telefonica de España) y los servicios de electricidad (Endesa) así como en empresas manufactureras y en el sector automotor (Danler Cryler) En los procesos de fusiones y adquisiciones ha sobresalido el Reino Unido .
La hipótesis que sostengo es que sobre todo en los últimos tiempos, la Unión Europea resulta ser cada vez menos independiente de la agresiva política norteamericana, lo que unido a otras consideraciones provoca que los aportes que hace al mejoramiento de la situación latinoamericana son mínimos en comparación con lo que pudiera parecer según algunas evidencias.
Considero importante en este sentido profundizar en los elementos favorables y dañinos que han caracterizado estos vínculos, desde el punto de vista de los intereses latinoamericanos, partiendo por supuesto de la premisa cierta que el subcontinente no es en modo alguno un todo homogéneo.
Haciendo necesaria abstracción de importantes temas, por razones de tiempo, me referiré a 7 factores positivos y 7 negativos que nos permitirán acercarnos a un balance de la situación actual.
Comienzo por los aspectos positivos:
1.- América Latina constituye como conjunto una región atractiva para las Empresas Transnacionales, teniendo en cuenta su mayor nivel de desarrollo relativo y la mayor estabilidad política en comparación con otras regiones, a lo que se añaden sus riquezas naturales y potencialidades en términos de reservas consideradas estratégicas como es el caso del agua y los reservorios naturales.
2.- La existencia de importantes vínculos históricos, lingüísticos y culturales que facilitan el desarrollo de las relaciones.
3.- La celebración de manera sistemática de Conferencias Cumbres para tratar los problemas que conciernen a los vínculos mutuos, aunque en la práctica el saldo haya resultado prácticamente nulo.
4.- La inclusión de América Latina como beneficiaria de los recursos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) con diferentes facilidades, no obstante que sus recursos siguen siendo limitados y dirigidos sobre todo a áreas geográficas priorizadas.
5.- El creciente papel jugado por las inversiones europeas en el Subcontinente, que ha devenido en los últimos años en el principal inversionista de la Región en términos de flujos anuales, sobre todo en el sector financiero, lo que explica el interés que de manera creciente ha despertado en determinados sectores.
6.- La UE es el principal donante de América Latina, que duplica anualmente los aportes norteamericanos.
7.- El surgimiento del euro, que ha logrado colocarse como la segunda divisa en importancia en el ámbito internacional, favorece una reducción de la preponderancia del dólar norteamericano y puede contribuir a reducir el grado de dependencia de los países latinoamericanos con relación a Estados Unidos y diversificar su nivel de riesgo cambiario.
De acuerdo con los elementos recién apuntados,. Parecería entonces que el interés europeo por la Región y viceversa se ve muy favorecido en las circunstancias actuales, lo que llevaría a concluir que el escenario futuro resulta halagüeño. Sin embargo; la realidad se presenta en la práctica bien distinta, sobre todo si se consideran los factores negativos que están determinando sobre la evolución de tales vínculos y que paso a mencionar a continuación:
1.- La poca importancia relativa que tiene América Latina desde el punto de vista económico para la Unión Europea, lo que incide en las acciones concretas que se adoptan, cuestión que se ve agudizada con la ampliación actual y perspectiva, por tratarse de países con escasos intereses en el área. Hay que considerar, por otra parte que el papel preponderante de Estados Unidos en la Región, se trata de desplazar por parte de la UE, sólo de manera subrepticia y nunca directa ni oficialmente
2.- Los retos que enfrenta en la actualidad la UE, tanto desde el punto de vista de la profundización del proceso integracionista como de su ampliación, desvían la atención y los recursos muy lejos de la Región Latinoamericana, con un énfasis muy especial en los problemas de carácter interno.
3. Las principales Políticas Comunes Europeas afectan sus relaciones con América Latina, sobre todo la Política Comercial y la Política Agrícola que son en esencia proteccionistas y restrictivas.
4.- Los Acuerdos de Libre Comercio que se han establecido o están en vías de firmarse incluyen –respondiendo a las tendencias mundiales- aspectos que van mucho más allá de las cuestiones clásicas, considerando temas tales como las compras gubernamentales, los relacionados con la propiedad intelectual, normas laborales, aspectos medioambientales y sobre todo, la promoción de inversiones, que constituye quizás lo fundamental.
5.-Los resultados concretos inexistentes de las tres Conferencias Cumbre Unión Europea-América Latina, celebradas, con lo que el término de" relación estratégica" acuñado en la primera de las mismas ha pasado a perder sentido y a borrar toda esperanza.
6.- La acción expoliadora de las Empresas Transnacionales provenientes de la UE, establecidas en la Región cuyas inversiones, generalmente se expresan a través de privatizaciones, fusiones y adquisiciones que explotan nuestros recursos naturales y humanos, repatriando enormes ganancias a sus países de origen.
7.-El peculiar condicionamiento político que establece la UE en sus vínculos externos, que si bien no es tan burdo como el norteamericano, resulta crecientemente evidente, ya sea mediante el establecimiento del Diálogo Político y la Cláusula Democrática dentro de los Acuerdos de Cooperación, como de la Política de "Doble Rasero" que está perneando las relaciones con Cuba.
Y aquí quisiera detenerme
Cuba es un caso especial dentro de América Latina y el Caribe, puesto que es el único país de la Región que no ha firmado acuerdo alguno con la UE, lo que ha estado motivado esencialmente por razones políticas, deviniendo ellas en determinantes de la estrategia europea hacia el país. Cuba no disfruta de ninguna preferencia en el mercado europeo y se ubica en la base de la llamada "pirámide de privilegios" que ha caracterizado las relaciones externas de la Unión históricamente.
Pero Cuba, que comparte profundos lazos históricos y culturales con Europa, que de ella recibe casi un millón de turistas anuales y con cuyos países comercia casi 1900 millones de dólares por año, sólo reconoce relaciones basadas en el respeto mutuo, en la no injerencia en los asuntos internos y en el reconocimiento al derecho de cada parte a escoger libremente su sistema económico y social, sus instituciones y sus leyes.
Hemos resistido casi ya 50 años de bloqueo, agresiones y amenazas de Estados Unidos sin rendirnos y no vemos razones algunas para aceptar presiones de cualquier otro.
Haciendo un balance de los principales aspectos enumerados, resulta obvio que las esperanzas que pusieron los países latinoamericanos en la posibilidad de lograr un mayor acercamiento a la Unión Europea al iniciarse el mecanismo de las Cumbres ha quedado en la práctica en letra muerta, siendo necesario preguntarse en que consiste concretamente el tan utilizado concepto de "Asociación Estratégica".
Compañeros:
Hace ya dos años al intervenir en el Foro Social Europeo celebrado en París dijimos que el papel de Europa en América Latina tiene que pasar necesariamente por la reducción de las asimetrías estructurales, financieras y de intercambio y por el reconocimiento del despojo histórico de que fue víctima el "nuevo mundo".
Hoy, reiteramos que a la Unión Europea le corresponden urgentes acciones hacia Latinoamérica; entre ellas, cumplir sus compromisos:
* Ante la OMC respecto a la política agraria común
* Ante el Foro de Monterrey con relación al financiamiento externo
* Ante la Cumbre de Kyoto relativa al medioambiente.
* Ante los ciudadanos europeos a favor de la Paz y el Equilibrio del Mundo.
Desde nuestra región se reducen las esperanzas de que la gran potencia europea pueda servir de contrabalance al dominio global norteamericano, cuando algunos miembros de la Unión se suman a la política imperialista belicista e ingerencista de los Estados Unidos, aplican criterios en sus tratados comerciales y de inversiones muy similares y se disputan las riquezas naturales y los recursos humanos más calificados que podrían apoyar un proceso endógeno de desarrollo.
Contrario a las posiciones de los gobiernos, los pueblos de Europa buscan en América parte de sus raíces y ven en los problemas del subcontinente sus propios problemas.
Los ciudadanos de bien, aquí reunidos; europeos y latinoamericanos, hombres y mujeres sin distinción de raza y religión nos unimos en la certeza del nuevo mundo que sustituirá por siempre al viejo régimen, donde una nueva Europa también es posible.