“Queremos formar un tipo de intelectual nuevo, crítico”, entrevista a Juan Carlos Junio
Las apuestas del director del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini en Argentina, Juan Carlos Junio.
Si bien nació en 1998 como un proyecto del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, desde hace cuatro años, cuando se instaló en el corazón de Buenos Aires, en plena calle Corrientes, y frente a otro gigante de la cultura como el Teatro San Martín, el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini (Corrientes 1543) logró alcanzar una innegable masividad. Las estadísticas indican que, anualmente, el CCC convoca a 55 mil personas para las actividades artísticas que promueve, y su característica distintiva es que no es sólo un espacio donde se muestra cultura, sino también donde se produce. Esta segunda concepción se ve materializada por las investigaciones que realizan aproximadamente unos 300 becarios y que se publican a través de la editorial que tiene el CCC. Este aspecto más desconocido se puede consultar en la biblioteca pública del CCC, que contiene 25 mil libros, incluyendo las setenta investigaciones que publicó la editorial en tres años.
El CCC está conformado por 23 áreas de trabajo, de las cuales 14 están vinculadas con las ciencias sociales y nueve pertenecen al ámbito artístico. El Departamento Artístico, conducido por Juano Villafañe, está compuesto por las áreas de artes audiovisuales, música, danza, títeres, teatro, varieté, espacio literario, arte callejero, ideas visuales, la ciudad del tango y artes escénicas. Mientras que la estructura del CCC se completa con los departamentos de Comunicación, Cooperativismo, Economía Política, Educación, Política y Sociedad, Historia, Literatura y Sociedad, Política y Economía Internacional, Salud, Unidad de Información y Area de Investigaciones Interdisciplinarias, además de la editorial mencionada. Los becarios realizan investigaciones desde cualquiera de estas áreas de trabajo que finalmente se terminan publicando. “Se difunden en presentaciones que se hacen en el CCC, pero además tenemos incorporado el sentido militante del intelectual joven”, sostiene el director general del CCC, Juan Carlos Junio, en relación con que también “se hacen presentaciones fuera del centro cultural”, donde los propios becarios difunden su material en diversas universidades y en otros centros culturales.
El mecanismo para participar de una beca es que el interesado presenta su inquietud temática, que es analizada y estudiada por un coordinador específico de cada área. “Si el proyecto es aceptado –comenta Junio–, se otorga una beca, en principio, por seis meses y en la medida del avance de la investigación, la conformidad del equipo de cada departamento en torno de su marco teórico, la metodología de la investigación (en torno del estudio de fuentes) y todo lo que forma parte de un proceso de investigación complejo, se renueva esa beca hasta un año más. Por lo tanto, la investigación puede durar desde seis meses a un año y medio”, afirma Junio. “Si continúa interesando la continuidad del tema u otra propuesta que haga el joven becario –agrega– puede acceder hasta otro período igual de un año y medio investigando en nuestro centro cultural.” Junio aclara que no se investiga sólo individualmente, sino también de manera colectiva: “Pueden investigar un joven del área de teatro con un joven del área de sociología y otro de historia. Puede investigar un joven de teatro infantil con un intelectual de comunicación o de letras. La idea es la interdisciplinariedad”, sostiene el máximo responsable del centro.
¿Qué se investiga? Este año se incorporaron cinco ejes temáticos que funcionan como una referencia de las propuestas. Uno de ellos es “A 30 años del golpe militar”: “Como acontecimiento histórico trascendente, nos pareció que podíamos hacer un aporte en este sentido. No sólo en el tema de recoger la memoria de todos los que fueron reprimidos por el Proceso, sino de hacer una reflexión profunda acerca del ideario que tenían los luchadores de los ’70 y que consideramos que hay que recoger y recrear con vistas al futuro de nuestro país”, explica Junio. Otro eje es “Movimientos políticos y sociales. Análisis e historial de las organizaciones populares”, donde la idea es reflexionar sobre los movimientos políticos y el desarrollo que tuvieron las organizaciones populares desde la crisis de 2001, pero que no consista solamente en estudiar lo sucedido, sino también la proyección de alternativas superadoras. Otros ejes temáticos son “Bicentenario” e “Imperialismo y proyecto alternativo. ALBA e integración alternativa”. El quinto eje es “Arte e izquierda”, que tiene que ver con “el vínculo entre la producción artística y la política. O sea, esa dialéctica entre el arte específico y la cultura y el pensamiento de carácter progresista y transformador”, afirma Junio. A partir de estos temarios, los becarios pueden desarrollar investigaciones específicas.
El CCC les otorga una retribución económica, aunque Junio destaca que la beca tiene otras contribuciones importantes, como, por ejemplo, la dedicación exclusiva de prestigiosos coordinadores que trabajan con pequeños núcleos de becarios. Además, se realizan anualmente plenarios donde se debaten entre todos los temas que se están abordando, tanto desde las áreas artísticas como de ciencias sociales. “Hay un sistema muy participativo y, a la vez, hacemos un gran esfuerzo para que la producción intelectual del centro cultural sea una producción de calidad, entendiendo por calidad dos cuestiones fundamentalmente: el rigor científico en cada uno de los trabajos que se realizan, el esfuerzo por producir cultura del mejor nivel. Y segundo, el compromiso cultural y político con nuestro propio centro cultural y con el ideario del CCC. Aspiramos a que nuestros investigadores sean también militantes sociales y también valoramos la propia militancia política como parte de la formación del intelectual nuevo, distinto, crítico. No pasivo, no indiferente, sino muy comprometido con los problemas sociales”, concluye Junio.
Fuente: Página 12