Zar Putin
Aunque hubo denuncias de fraude, desde la UE hasta Estados Unidos reconocieron la victoria de Vladimir Putin. Pese a las marchas de la oposición, el ex agente de la KGB ratificó su poder.
Si la democracia es también un sentimiento, el pathos democrático por excelencia es la incertidumbre sobre los resultados electorales. En la fría Rusia, nadie dudó ni por un instante de que Vladimir Putin iba a resultar reelecto en las elecciones presidenciales del pasado domingo. Muchos pensaron que el partido oficialista Rusia Unida, que gobierna la Federación Rusa desde hace doce años, iba a recurrir al fraude masivo. En Moscú y en San Petersburgo, multitudes urbanas salieron el lunes a las calles a denunciarlo.