Riesgo urbano - Grandes inundaciones en la ciudad de Pergamino: extraordinarias, pero recurrentes ...Análisis de un proceso de vulnerabilidad progresiva

[b]Realidad Económica 175[/b] [b]Hilda Herzer[/b] [b]María Graciela Caputo, Alejandra Celis, Hernán Petit, Mara Bartolomé, Raquel Gurevich, Carla Rodríguez*[/b] Este trabajo aporta algunos elementos para el análisis del proceso histórico de constitución del riesgo urbano comprendido como un proceso de vulnerabilidad progresiva1, en la ciudad de Pergamino. Para ello, indaga en torno de las percepciones acerca de la construcción social del riesgo urbano identificando distintas manifestaciones del riesgo que afectan la ciudad, su origen, su incidencia y su evolución. En segundo lugar, reconoce algunos de los actores e intereses en juego así como los procesos de toma de decisiones, comportamientos y racionalidades asumidas en distintas situaciones de emergencia, analizando su evolución a lo largo del siglo2. Este análisis permite, en parte, caracterizar un proceso histórico de construcción de condiciones de vulnerabilidad progresiva, que da por resultado una determinada distribución social y espacial del riesgo, entendido como un producto que responde a determinadas dinámicas política y socialmente construidas.

Introducción.
La interpretación que proponemos recrea los discursos locales a partir de algunos conceptos teóricos y supuestos que son explicitados a lo largo del artículo y que nos condujeron a seleccionar ciertas dimensiones e identificar conceptos sensibles o ideas fuerza como, por ejemplo, la concepción del riesgo y los valores y creencias que intervienen en la definición del problema y las propuestas de acción.

El análisis histórico abarca desde comienzos de siglo hasta la gran inundación de 1995, considerando las principales inundaciones ocurridas a lo largo del mismo en la ciudad de Pergamino.

Por último, el abordaje de las imágenes socialmente construidas en torno del diagnóstico del problema y la identificación de los actores y sus formas de intervención a lo largo del tiempo permiten plantear algunas hipótesis acerca de las potencialidades y limitaciones de la ciudad para abordar las condiciones de vulnerabilidad frente a la ocurrencia de inundaciones.

1. ¿De qué riesgo hablamos? La evolución del “diagnóstico" de por qué y cómo se inunda Pergamino a lo largo del siglo XX.
El análisis del diagnóstico permite reconstruir la percepción sobre un proceso histórico de acumulación de vulnerabilidades que van produciendo distintas manifestaciones del riesgo en el casco urbano de Pergamino.

El término ‘diagnóstico’ designa aquí un conjunto de explicaciones formuladas por distintos actores que no constituyen, necesariamente, un corpus sistemático, homogéneo y coherente sino, más bien, un conjunto de ideas parciales. Algunos elementos aparecen tempranamente, en las primeras décadas del siglo XX, y se reiteran: la intensidad y duración de las precipitaciones, la velocidad de escurrimiento de las aguas, los efectos del desbordamiento de los arroyos Pergamino y Chu- Chú, las pautas de localización de la población y el papel que juegan distintas obras de infraestructura. En muchas de estas explicaciones se incorporan fundamentos vinculados con un saber técnico específico (básicamente de la ingeniería y la realización de obras públicas).

Las valoraciones en torno del carácter del fenómeno y sus causas parecerían estar intrínsecamente entrelazadas e incidir decisivamente sobre la forma que asumen las explicaciones, sus alcances, sus líneas de contradicción, sus limitaciones3. Estas valoraciones se estructuran, centralmente, en torno del binomio extraordinario/ recurrente, que parecería tener un peso significativo para definir y justificar las posibles intervenciones de prevención así como, quizá, la pertinencia o no de su ejecución4.

Lo extraordinario que se repite: grandes inundaciones a lo largo del siglo XX
A lo largo del siglo se distinguen dos tipos de inundaciones: las grandes, ocasionadas por desbordes de los arroyos y las de tipo localizado, ocasionadas por lluvias. Las primeras revisten mayor gravedad y son las que, en la definición de la prensa, asumen el carácter de "extraordinario", que suele asociarse con precipitaciones cuya magnitud supera los valores considerados normales por la misma5.

A fines del siglo XIX, en Pergamino ya se registraban los efectos de los embates de su arroyo: desde principios de siglo y hasta 1930 ocurrieron 7 inundaciones en la ciudad, el arroyo ya se desbordaba y ocupaba su valle de inundación: es decir, cubría las calles adyacentes al cauce. Entre 1930 y 1995, se produjeron grandes inundaciones, con desborde del arroyo Pergamino y/o del arroyo Chu -Chú cuyos efectos se tradujeron en amplias zonas anegadas y un importante número de evacuados en los años 1933, 1936,1938, 1939,1940, 1944, 1963, 1966, 1975, 1978, 1982, 1984, 1986, 1988, 1991, 1992, 1995 y 2000. (cuadro Nº 1). La ciudad de Pergamino ha padecido 87 inundaciones, desde 1913 hasta la fecha. De éstas, 40 se pueden considerar de impacto leve6, 19 de impacto moderado7, 25 de impacto alto8 y 3 de ellas (1995, 1939 y 1984), de impacto muy alto9. También se registra un aumento del impacto de las inundaciones para una misma intensidad de lluvia a lo largo del período analizado. Puede afirmarse, de este modo, que la ciudad ha vivido recurrentemente bajo circunstancias extraordinarias10.

Cuadro Nº 1. Impacto de las inundaciones en la ciudad de Pergamino

Fuente: elaboración propia con base en datos del INTA Pergamino, La Opinión, El Tiempo, La Semana, Servicio Meteorológico Nacional, MOSP, Restaino.

Actores de la sociedad civil.
La activa participación de la sociedad civil en la emergencia inmediata se destaca en los registros de prensa de todo el período. La trama de actores involucrados y los papeles que juegan se amplían a través de las décadas.

La solidaridad vecinal es una característica recurrente que funciona como un recurso básico en la emergencia. En la década del ´30 se publican nóminas y registros minuciosos e individualizados de los aportes y recursos movilizados solidariamente. Esta costumbre persiste hasta los ´60. Comerciantes y fabricantes locales, vecinos e instituciones de beneficencia (como las damas de caridad y la acción católica) son los protagonistas de esta acción solidaria.

En este período también hay registros de comisiones de ayuda para los inundados que se constituyen ad hoc, en cada emergencia, y no en todas las inundaciones. Las comisiones de ayuda desarrollan un abordaje de tipo asistencialista, dirigido a una población afectada, definida como gente carenciada o de bajos recursos, que no asume un rol activo, o formas de organización propias que hayan sido registradas.

En 1933, por ejemplo, se crea una comisión de ayuda que funciona con las damas de caridad, cuyo propósito es establecer un censo de afectados, brindar asistencia inmediata y organizar festivales a beneficio. En 1936, no se menciona ninguna organización específica de ayuda. En 1939, durante la inundación que parecería haber tenido mayores repercusiones de la década, se crea una comisión pro ayuda de los damnificados que queda constituida por vecinos y diversas entidades pergaminenses, entre ellas la Acción Católica. (El Tiempo 11/10/39, pag.5).El funcionamiento de esta Comisión es, de algún modo, también supervisado por la prensa local, que efectúa pedidos y reclamos en relación con la distribución de recursos de apoyo obtenidos.

En las décadas de los ‘40 a los ‘70, sólo hay registros parciales de participación comunitaria, ligados con el reclamo de la realización de obras puntuales (como la Peña del Cruce de Caminos y las Obras del Chu-Chú y Asociaciones de Fomento). En términos generales, parece una etapa de reflujo de la participación, que coincide con la no ocurrencia de hechos particularmente graves.

La gran inundación de 1984 marca nuevamente una activación de la trama de actores de la sociedad civil, quizás influida también por el contexto del resurgir democrático. Cáritas Pergamino impulsa una red de instituciones e instancias municipales para asistir a la población carenciada. La "solidaridad pergaminense" incorpora un amplio espectro de voluntarios, entre asistentes sociales, maestras, vecinos, juventudes de los partidos radical y peronista. Instituciones como el INTA y empresas locales (que aportan vehículos, donativos, herramientas, dinero, alimentos, personal de apoyo).

Persiste el enfoque asistencialista pero, al mismo tiempo, se percibe una movilización de voluntarios activos provenientes de sectores medios de la sociedad, en la asistencia a la emergencia.

También surge, como efecto de la inundación de 1984, la primera comisión específica de inundados. Se trata de la comisión de inundados de Pergamino (CIDEPER), una forma de organización directa y propia de los afectados, que incorpora como potencial base de representación la problemática de vecinos de sectores medios, que también son mencionados como afectados, a partir de este momento.

No obstante, esta realidad recién se hace claramente tangible en la gran inundación de 1995. Surgen allí dos nuevas comisiones de vecinos inundados: la comisión de vecinos inundados de Pergamino (C de Vip) y autoconvocados, que se suman a CIDEPER que, como rasgo novedoso, había continuado su accionar en forma sostenida en el tiempo.

"Ha hecho falta que pasara mucho agua bajo los puentes del arroyo, y por sus alrededores, para que la ciudad tome conciencia, de algo que la Cideper viene diciendo hace más de 15 años, a veces atendida y, muchas otras veces, no" (Horacio Correa, La Opinión 4/2/96).

Las comisiones de fomento barrial se mencionan puntualmente, desde la década de los ´70, y con un papel ligado, básicamente, con la demanda de ejecución de obras puntuales, como desagües.

En términos generales, desde la sociedad civil, los actores que abordan en forma permanente la problemática de las inundaciones, como organizaciones especializadas, son de surgimiento reciente. Por otra parte, la prensa no registra formas de articulación o trabajo conjunto entre las comisiones de fomento y las mismas.

Finalmente, las percepciones de las organizaciones de inundados se apartan en gran medida de la media general. Parten de un cúmulo de información técnica y de varios años de gestiones y vínculos establecidos con diversas autoridades e instituciones relacionadas con la problemática de las inundaciones en Pergamino, lo que parecería constituir una percepción más integral sobre el problema que incluye un diagnóstico sobre el manejo deficiente de la cuenca del Pergamino en escala regional, y de la concurrencia de factores sociales de degradación del medio ambiente.

Conclusiones.
Un proceso de vulnerabilidad progresiva
El análisis histórico del diagnóstico presenta indicios claros de un proceso de vulnerabilidad progresiva.

En este sentido, cuestiones centrales como la forma de expansión del asentamiento humano seguido por la ciudad, la ocupación del valle de inundación como situación de alta vulnerabilidad física o el no respeto por la topografía donde se asienta, se mencionan en forma recurrente a lo largo del tiempo, como un telón de fondo que nunca se profundiza. Son cuestiones genéricas sin responsables claros. Mientras tanto, la ciudad continúa creciendo y expandiéndose.

Si bien existe una caracterización temprana, desde la década de los ‘30, de distintos factores que generan las inundaciones, por otra, parecería que el peso explicativo otorgado a la incapacidad de predicción de la intensidad y duración de las lluvias dificulta definir y planificar acciones que sí dependen de la acción humana y pueden controlarse: cómo prepararse ante estas lluvias extraordinarias, cómo actuar planificadamente en la emergencia más allá del voluntarismo, cómo modificar formas de producción de la ciudad que incrementan el riesgo.

En lo que respecta al papel de la intervención humana, su reconocimiento se focaliza básicamente en la ejecución de obras, entendidas como parte del problema y también como parte de la solución.

En el primer caso, la prensa registra a lo largo del tiempo lo que parecería caracterizar un patrón de reproducción de una misma lógica que agrava tendencialmente los mismos problemas (esto, referido básicamente a barreras urbanas de distintos tipo, pavimentos y la construcción de desagües).

Como parte de la solución, existen algunas propuestas de intervención en escala local y regional identificadas hace varias décadas, pero su complejidad técnica y los montos significativos de recursos económicos requeridos, parecerían colocarlas siempre por fuera del alcance del gobierno municipal y la sociedad local.

A partir de los ´70 se mencionan un conjunto de nuevas situaciones que parecerían contribuir a incrementar la vulnerabilidad de la ciudad. Hasta la década de los ´60, la posibilidad de inundaciones por lluvias escasas se circunscribe a zonas delimitadas y causas ligadas con obras urbanas (desagües, cunetas, etc.), pero a partir de los ‘70 esto se modifica: en 1978 se señala como un fenómeno inédito la ocurrencia de una inundación importante sin el desborde del arroyo Pergamino. Por otra parte, en 1986, en el arroyo Pergamino se producen desbordes en situación de lluvia corta imprevista. En la década de los ´90, por último, se incorporan las referencias a los cortes masivos de servicios eléctricos y de agua como efectos agravantes de la situación de inundaciones.

Este proceso marca un hito en el año 1995, cuando el 80% de la ciudad queda bajo las aguas, afectando a un amplio espectro de sectores sociales locales, con lo cual parecerían quebrarse los límites de tolerancia al desastre. Sin embargo, no parece claro que ello bastara para modificar la concepción del problema y los patrones de intervención sobre el mismo.

La reiteración de las grandes inundaciones no parece haber modificado significativamente la forma de abordaje del problema por parte del gobierno local. Aunque se han dado algunos pasos, aún no se estructura una política de prevención y mitigación del riesgo. Ello parecería relacionarse, en parte, con los niveles de autonomía relativamente limitados del gobierno local20. Las situaciones de emergencia se abordan casi exclusivamente con recursos locales y la gran inundación de 1995 pone de manifiesto la vulnerabilidad del aparato de gobierno municipal y su situación de dependencia respecto de los niveles provinciales de gobierno21.

La solidaridad vecinal ha sido una característica recurrente y parte fundamental de esos recursos locales para abordar la emergencia en los distintos momentos. A lo largo de la década de los ´30, se registra un proceso de organización desde la sociedad civil, básicamente con un carácter de tipo asistencial, dirigido hacia un sector de afectados, circunscripto a grupos de bajos ingresos. Entre las décadas de los ‘40 a los ‘70, se verifica una etapa de reflujo de la participación, que coincide con la no ocurrencia de hechos particularmente graves. La gran inundación de 1984 marca nuevamente una activación de la trama de actores, con una nueva característica: se constituye la primera comisión "de" inundados, con presencia sostenida a lo largo del tiempo, y un perfil social que involucra dirigentes de sectores medios, los cuales, en 1995, son afectados en forma masiva por la inundación.

El análisis histórico de las grandes inundaciones en la ciudad de Pergamino plantea un conjunto de interrogantes y reflexiones:
¿Por qué se asienta la ciudad sobre una zona baja, vulnerable, que se inunda con recurrencia y que afecta a toda su sociedad? Quizás porque, en realidad, esa ciudad ha crecido y se ha poblado como un apéndice del área agropecuaria, a la que se le reservaron las mejores tierras, las más altas. Como parte de este proceso, la gente fue localizándose en las áreas marginales al ámbito productivo rural, lo que históricamente, también puede vincularse con el hecho de que, en la Pampa Húmeda, los propietarios de la tierra son, en buena medida, productores ausentistas. Con el tiempo y el cambio en las relaciones sociales de producción, la ciudad se fue poblando con familias provenientes de las áreas rurales, que comenzaron a sufrir los embates de la localización en un área baja.

En paralelo, el municipio ha presentado históricas limitaciones para abordar el problema, más allá de propuestas de intervención que se ejecutan en un marco relativamente acotado.

El tipo de comprensión social del fenómeno presente en la sociedad local muestra la persistencia de un conjunto de valoraciones ambivalentes por parte de los actores presentes en la sociedad local, en el marco de un debate poco estructurado, en que muchas iniciativas quedan sin respuestas.

Las características de la cultura política local -como por ejemplo, el papel de los partidos políticos-su vinculación con el entramado institucional de la sociedad civil así como el tipo de vínculo establecido con el gobierno provincial y sus organismos específicos (como la Dirección de Hidráulica Provincial), podrían resultar aspectos importantes para profundizar la comprensión de las características que asume este proceso.

Lo que sí parecería registrarse es un consenso general que coloca el énfasis, tanto del problema como de su solución posible, por fuera y más allá de las posibilidades de acción inmediatas de los actores presentes.

En este sentido, tanto la concepción del fenómeno, como las propuestas de intervención quedan signadas por el carácter extraordinario, en contraposición con la idea de recurrencia. Si se acepta la segunda, la inversión del municipio debería ser permanente hasta garantizar la minimización del riesgo; si se trata de un fenómeno extraordinario, éste justifica el gasto también concebido como extraordinario, que se realiza una sola vez y que se supone no debería reiterarse, dentro de los cálculos de la probabilidad 100 ó 500 años, según el ciclo que se estime. Una política de prevención, por lo contrario, estaría asociada claramente con la definición del fenómeno como recurrente. Como consecuencia lógica, la carencia de una política y de una gestión de mitigación del riesgo está fuertemente asociada con el componente extraordinario que predomina en la conceptualización del fenómeno.

Este último factor, estaría implicando obstáculos severos para implementar este tipo de políticas locales, así como identificar y, eventualmente, tender a modificar, los procesos que concurren en la construcción progresiva de la vulnerabilidad urbana en Pergamino.

Bibliografía.
Beck, Ulrich (1986). La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad. PAIDOS. Buenos Aires.

Douglas, Mary. (1985).La aceptabilidad del riesgo según las ciencias sociales. PAIDOS. Buenos Aires.

Herzer, Hilda. , Clichevsky Nora. (1999). Política urbana y vulnerabilidad progresiva. Proyecto

CI-02 94. Informe final. Universidad de Buenos Aires.

Restaino, Rafael (Editorial). Historia del Partido de Pergamino. Edit. El Pan de Aquí.

Diario La Opinión, Pergamino: 1929-2000.

Diario El Tiempo, Pergamino.

Serie de precipitaciones diarias 1910-1999. Inta, Pergamino.

Revista La Semana. Año 10, número 502. Pergamino, 1914

Diagnóstico de funcionamiento hidraúlico de la cuenca del arroyo Pergamino y propuestas alternativas de obra. Ing. Seglie. Ministerio de Obras y Servicios Públicos. Buenos Aires, 1996.

Notas
* Equipo de Investigación del Proyecto "Degradación, riesgo y desastre en la región Pampeana: Pergamino y su hinterland " bajo la dirección de Hilda Herzer. CENTRO, Estudios Sociales y Ambientales, con financiación ANPCYT. Programación 1998-2000.

1 La condición de vulnerabilidad progresiva acompaña diversas transformaciones socioeconómicas urbanas asociadas con procesos de degradación ambiental. Se adquiere a lo largo del tiempo, como resultado de varios factores que se conjugan entre sí, y que se han desarrollado a través del tiempo de manera paralela (y no necesariamente vinculados). La vulnerabilidad progresiva es, en buena medida, producto de los instrumentos políticos que se han ido generando y, en general, de la política urbana, que en general no tiene en cuenta el medio natural; es decir, no incorpora la dimensión ambiental. (Herzer: 1999).
2 Una de las fuentes utilizadas ha sido el material periodístico de la prensa local (periódicos El Tiempo y La Opinión) que constituye uno de los principales recursos en cuanto a registros históricos sobre las inundaciones en esta ciudad. Para abordar sus evidentes limitaciones, en todos los casos posibles hemos contrastado la información con otras fuentes: en lo referido a los testimonios y percepciones, a través de la memoria directa de los pobladores, mediante entrevistas a distintos actores gubernamentales y de la sociedad civil y la producción de historiadores locales, como Rafael Restaíno. En los registros de los montos de las precipitaciones se realizó un trabajo de elaboración propia, comparación y sistematización sobre la base de datos del INTA Pergamino, La Opinión, Servicio Meteorológico Nacional y MOSP. En idéntico sentido se ha trabajado con otras características de la infraestructura urbana como, por ejemplo, la pavimentación de la ciudad.
3 Los procesos sociales implicados en la formación de los conceptos están permeados por distintos tipos de compromisos morales, que se ligan con las formas de pertenencia a una determinada sociedad. Cada forma de organización social acepta o evita determinados riesgos. No existe una distinción tajante entre "hechos" y "valores", que son parte de un mismo proceso constitutivo de la percepción y se entrelazan, a través de mecanismos como la atención selectiva sobre los hechos (Douglas, M.: 1985¸ Beck, U. : 1986; pp35).
4 La valoración como extraordinario- recurrente se asocia con el cálculo de probabilidades de que ocurra un desastre y la pertinencia o no de efectuar determinadas inversiones de recursos. En este sentido, es posible reconocer cómo determinadas explicaciones y juicios de valor que son parte constitutiva del enfoque de un problema, se asocian con la posibilidad, o no, de identificar y, consecuentemente asumir otros aspectos implicados en el problema y que condicionan los modos y alcances de su abordaje, sean de la dinámica social, económica y política del municipio o de su inserción en contextos más amplios.(véase Beck: 1986, pp35)
5 Ello no significa que pueda definirse en forma tajante y objetiva la definición de valores normales precisos. El clima de la región es templado húmedo con precipitaciones medias anuales de 962.3 mm (promedio 1910-1999). El factor climático crítico en la región es la forma de presentación de las lluvias, mayores en otoño y verano e inferiores en invierno, con una gran variedad pluviométrica anual. Por ello, los montos considerados "normales" varían en distintos registros y períodos.
6 Impacto leve: desborde de los arroyos o inundación sin anegamiento de viviendas.
7 Impacto moderado: inundación con anegamiento de viviendas. Sin evacuaciones.
8 Impacto alto: inundación con evacuaciones.
9 Impacto muy alto: inundaciones con impacto alto, muy negativo (debido a su extensión, duración, daños, etc.)
10 Es decir, circunstancias que alteran abruptamente la cotidianeidad local. Los indicadores más visibles son los grandes anegamientos.
11 La distinción extraordinario/periódico es una categorización propia a partir de una acentuación interpretativa cuyo fin es establecer la diferencia entre lo "normal" y lo "extraordinario". En los discursos de los actores, hay una permanente ambigüedad entre ambos polos, donde lo contradictorio coexiste sin contradicción, incluso como parte de un mismo discurso. La constatación de la persistencia de este juego ambivalente a lo largo del tiempo, nos llevó a considerar dicho binomio como un analizador significativo del conflicto social, ético y valorativo que se juega en la posibilidad/imposibilidad de nombrar socialmente los "hechos" y las consecuencias políticas y prácticas de tales situaciones.
12 Recién en 1993, el Secretario de Obras Públicas pide la realización de un estudio para conocer los motivos de la inundación, buscando causas diferentes a la intensidad de la lluvia.
13 Luces y sombras, establece una relación simbólica con los cursos de agua como depositarios de lo bueno y lo malo, lo limpio y lo sucio. Esta imagen dicotómica se recrea con persistencia a lo largo del tiempo y excluye o ignora otras situaciones que, quizás, podrían resultar relevantes en relación con el proceso de construcción de vulnerabilidad progresiva en la ciudad. Lo que se ignora, carece de nombre propio. En este sentido, existían otros cursos de agua menores y/o temporarios que atravesaban la ciudad y, que con su crecimiento, desaparecieron. Hemos identifico cinco de esos cursos. También existían una serie de lagunas al NE de la ciudad, siguiendo la línea del arroyo Chu-Chú. Cuando llovía mucho, el agua se acumulaba en esas lagunas y luego drenaba hacia el Chu-Chú. Al quedar tapadas, por causas no precisadas, no existe más dicho efecto regulador y el agua drena en forma directa. Aún en la actualidad existen algunos cursos de agua semitemporarios, que no figuran en los mapas o sólo en algunas versiones, por ejemplo un afluente del arroyo Chu-Chú que se localiza al NE de la ciudad de Pergamino.
14 Proyectos de escala regional existen, como el dique regulador de la Laguna del Pescado, pero no se discuten abiertamente en la sociedad local. Aunque no se sabe la fecha precisa en que se formula el primer proyecto, sí se sabe que, por primera vez, fue planteado hace varias décadas y su autor fue el ingeniero Muriel, un vecino de la ciudad de Pergamino. El mismo fue retomado en el "Diagnostico de funcionamiento hidraulico de la cuenca del arroyo Pergamino y propuestas de alternativas de obra", de la Dirección Provincial de Hidraulica, MOSP, en el año 1996.
15 La ciudad de Pergamino tiene un relieve suavemente ondulado. Las zonas más bajas alcanzan alturas de 56 m.s.n.m. y se localizan en los valles de inundación de los arroyos Pergamino y Chu-Chú. Las zonas más altas, al norte de las vías del F.C.G.B.M., superan los 70 m.s.n.m. Estos desniveles urbanos activan el escurrimiento de los excedentes de agua desde las zonas más elevadas hacia las más bajas, donde se acumulan con frecuencia.
16 Otra cuestión asociada con el escurrimiento de las aguas se relaciona con los residuos y la forma de depositarlos: el arroyo Chu-Chú, por ejemplo, se ha convertido en un sitio de deposición de residuos sólidos que limitan el escurrimiento de sus aguas. Los distintos actores locales tienen dificultades para abordar este tema. Incluso en varias entrevistas fue negada la existencia de la basura en el sitio que, sin embargo, podía confrontarse a través de la observación directa.
17 El Parque Municipal, sin embargo, no es un obstáculo en sentido estricto. Allí las aguas se acumulan formando una especie de laguna, pero no hay asentamiento humano en el sitio.
18 En la actualidad, aproximadamente el 70% de las calles de la ciudad de Pergamino se encuentran pavimentadas.
19 Este proyecto, por primera vez, fue planteado hace varias décadas y su autor fue el ingeniero Muriel, un vecino de la ciudad de Pergamino. El mismo fue retomado en el "Diagnóstico de funcionamiento hidráulico de la cuenca del arroyo Pergamino y propuestas de alternativas de obra", de la Dirección Provincial de Hidraulica, MOSP, en el año 1996.
20 Esta es una característica que no es particular del municipio estudiado.
21 Esta situación de dependencia se expresa tanto en términos de los recursos económicos propios de que dispone el municipio, como de los niveles de autonomía política y de sus competencias.

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