Lograr la paz eterna
Además del genocidio y el robo de tierras, los vencedores volvieron a practicar la odiada esclavitud que había comenzado a eliminarse en nuestro país en la célebre Asamblea del año XIII...
Esa esclavitud fue reimplantada por el presidente Avellaneda y su ministro de Guerra, el general Julio Argentino Roca. Se puede comprobar en los diarios de Buenos Aires de la época de la “campaña del desierto” en avisos oficiales con el título de “Hoy entrega de indios”. Y cuyo texto rezaba: “A toda familia que lo requiera se le entregará un indio varón como peón, una china como sirvienta y un chinito como mandadero”. Tal cual.