Del ajuste a la deuda
La aprobación del Congreso al acuerdo con los fondos buitre y el aumento de tarifas de servicios públicos son trazos firmes de la nueva política económica. Ambas decisiones guardan coherencia interna como parte del plan de restauración de un modelo neoliberal. Entender el ciclo de endeudamiento del Estado que pregona el macrismo desligado de esa matriz puede llevar a confusiones. El Gobierno pretende recuperar el crédito externo como puente hacia un modelo de valorización financiera, no para profundizar el proyecto de desarrollo productivo que intentó el kirchnerismo. Esta es la diferencia fundamental que pone en contradicción a los legisladores del Frente para la Victoria que votaron a favor del mal arreglo con Singer y compañía. Atentar contra la industria y el mercado interno como lo hace el Gobierno con el tarifazo, las tasas al 38 por ciento, la apertura comercial y los despidos demuestra que la intención del oficialismo no es trabajar sobre las causas estructurales de la restricción externa –insuficiencia de divisas–, sino habilitar canales de financiamiento para proveer de dólares a los sectores concentrados de la economía, como ocurrió en la dictadura y en los 90. Lo que se financia es la fuga de capitales.
«Hasta» vs. «desde»
La descripción por parte de los medios de comunicación de los aumentos de precios o de tarifas adolece de varios defectos, gracias a la intención de presentarlos de forma sensacionalista, o bien, engañosamente.
«Los huevos de pascua vienen con aumentos de hasta 50%», se leyó en un matutino estos días. Al zambullirse en la nota, se observa que alguna marca aumentó un 15%, otra un 22% y sólo un producto el 50%. Difícilmente se encuentre como título «los huevos de pascua aumentaron desde el 15%», que sería tan imparcial como el anterior, pero menos estresante.