Trabajen, usen y consuman todo
El trabajo ocupa un lugar central en nuestras vidas. Tener o no tenerlo es central para cualquiera, no sólo desde la perspectiva obvia de que la gran mayoría de los seres humanos, en un sistema capitalista, debe trabajar para subsistir, sino incluso por razones psicológicas pues entendemos que el trabajo dignifica y que es una parte esencial de nosotros mismos. Es más, podría decirse que, en la era poscapitalista que habitamos, el trabajo determina ubicuamente nuestras actividades hasta transformarnos en “animales productivos” para los que el dormir mismo es una pérdida de tiempo. Este diagnóstico no es novedoso, pero lo que sí puede resultar, en parte, más original es la pregunta acerca de si siempre ha sido así.