La UNASUR y la defensa de la nueva soberanía popular suramericana
La UNASUR, instrumento estratégico de la integración de sus doce países miembros, tiene como rol fundamental en esta nueva etapa del continente defender las principales potencialidades de la región : el medio ambiente, la soberanía de sus cuantiosos recursos naturales, como el agua potable, las reservas energéticas y la producción de alimentos, y fortalecer y desarrollar la paz y la democracia que han sabido construir los pueblos y gobiernos del sur del mundo. Además, remplazar las tradicionales hipótesis de conflicto por hipótesis de trabajo que preserven estas riquezas de sus casi 400 millones de habitantes. Así lo hizo saber a la revista “movimiento” el coordinador general de la unidad presidenta del gobierno nacional Rafael Follonier quien, por impulso del ex presidente Néstor Kirchner, contribuyó notablemente a la creación e institucionalización de este nuevo organismo internacional.
El Banco del Sur salió en trámite express
La aprobación fue unánime y la sesión especial en la Cámara de Diputados apenas un trámite. El kirchnerismo y las bancadas opositoras acordaron aglutinar en un mismo paquete una serie de proyectos que convirtieron en ley en una única votación. De esta manera, la Cámara baja le dio la puntada final a la ratificación parlamentaria de Argentina a la conformación del Banco del Sur, una entidad crediticia impulsada junto a otros seis países de la Unasur (Brasil, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Uruguay y Paraguay) que servirá para promover con recursos propios el desarrollo económico y obras de infraestructura para la región. El convenio había sido rubricado por estos siete países en septiembre de 2009 en la caribeña Isla Margarita, pero también podrán adherir posteriormente y con los mismos derechos el resto de las naciones de América del Sur que no fueron parte del núcleo fundante.
Con la aprobación de ayer, la Argentina es el cuarto país en ratificar el convenio por su Parlamento. Antes lo habían hecho Venezuela, Ecuador y Bolivia, mientras que Uruguay y Brasil están próximos a cumplir con la disposición. Eso aceleraría la puesta en marcha del organismo de crédito regional.
El otro paso será el de la composición accionaria y aporte económico que harán todos los países miembros del Banco del Sur. Argentina, Brasil y Venezuela serán sus mayores aportantes y suscribirán acciones por seis mil millones de dólares –dos mil millones cada uno–, que deberán completarse en un plazo de cinco años. Ecuador y Uruguay lo harán en una proporción menor: 400 millones de dólares. Bolivia y Paraguay aportarán 100 millones cada uno y podrán integrar el capital accionario en un plazo mayor.
Un extenso tramo del convenio también detalla los proyectos que serán objeto de crédito. Entre ellos, los que apunten al “logro de la soberanía alimentaria, energética, de la salud, de los recursos naturales y del conocimiento”. Así como temas claves de la economía, como “mejorar la competitividad, el desarrollo tecnológico, la infraestructura, generación y provisión de servicios, la complementariedad productiva intra-regional y la maximización del valor agregado a las materias primas”.
Acuerdo previo
La ratificación del convenio del Banco del Sur fue el eje de la sesión espacial de ayer en la Cámara baja. Pero, en el mismo trámite, los diputados también sancionaron la ley de la extensión de la prescripción de delitos de abuso sexual a menores de edad y la transferencia de la competencias judiciales a la ciudad de Buenos Aires (ver aparte).
Además de darle media sanción al Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura y otorgarle rango constitucional a la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer. En una misma votación, todas estas propuestas recibieron el respaldo de 210 diputados y solo seis se abstuvieron.
El mecanismo se acordó de antemano entre oficialismo y oposición para no correr el riesgo de que alguna de las iniciativas trabajosamente consensuadas quedara sin sanción si las intervenciones en el recinto se dilataban. Los diputados primero votaron el paquete y luego se abrió paso a las exposiciones de los legisladores.
El primero en tomar la palabra fue el diputado oficialista por Salta Fernando Yarade, quien dio detalles del convenio y sostuvo que la creación del Banco del Sur también busca “fortalecer el desarrollo científico y tecnológico” de la región.
“Este bloque ve con beneplácito la constitución del organismo”, dijo Alfonso Prat Gay en nombre de la Coalición Cívica, quien consideró al Banco del Sur como “un instrumento adecuado para obras de infraestructura y desarrollo”. Sin embargo, el presidente de la Comisión de Finanzas afirmó que “no es un vehículo para mitigar la crisis internacional”. El radical jujeño Miguel Giubergia también respaldó la iniciativa y hasta el PRO se sumó a los elogios: “Vamos a ganar prestigio y liderazgo político en la unificación de la integración sudamericana”, sostuvo el jefe de la bancada macrista, Federico Pinedo.
“Es un hecho excepcional, producto del nuevo estilo de integración que se está gestando en la región, que busca fortalecer conceptos de soberanía política y económica y recrea escenarios de mayor participación”, sostuvo el diputado de Nuevo Encuentro Carlos Heller. “Estamos convencidos de que es necesario que nuestra región avance en la construcción de alternativas instrumentales que permitan a los países de nuestra Suramérica contar con una institución financiera sobre bases diferentes, entroncadas con nuestro destino común”, agregó el socialista Lisandro Viale. Con la aprobación previa, las exposiciones a favor del convenio fueron decayendo, algunos insertaron sus discursos y el recinto se fue vaciando hasta quedar casi desierto. El debate se dio por concluido.
Convenio Constitutivo del Banco del Sur
Este Convenio tiene por objeto constituir una entidad financiera de derecho internacional público con personalidad jurídica propia denominada "Banco del Sur", la cual tendrá por objeto financiar el desarrollo económico, social y ambiental de sus países miembros, en forma equilibrada y estable, haciendo uso del ahorro intra y extrarregional así como fortalecer la integración, reducir las asimetrías y promover la equitativa distribución de las inversiones entre sus países miembros.
El Banco del Sur tendrá su sede principal en la ciudad de Caracas, y dos subsedes en las ciudades de Buenos Aires y La Paz, pudiendo establecer en el futuro las dependencias que fueran necesarias para el desarrollo de sus funciones. Para el cumplimiento de su objeto, el Banco tiene plena capacidad jurídica para adquirir derechos y contraer obligaciones, pudiendo ejercer las funciones y realizar los actos que hagan a su objeto o estén relacionados con el mismo. En este sentido, cabe resaltar que el Banco prestará asistencia crediticia únicamente en los países miembros, para la ejecución de proyectos en el ámbito territorial de UNASUR.
Un congreso por la integración
En el Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes (CLAE), que se realizó en Montevideo, las delegaciones se pronunciaron en solidaridad con el movimiento estudiantil chileno y respaldaron a Unasur, Mercosur y ALBA, donde quieren intervenir.
Más de cinco mil universitarios de la región participaron del Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes (CLAE), realizado en Montevideo, Uruguay. Dos declaraciones centrales acordaron: la defensa del movimiento estudiantil chileno, en solidaridad con su búsqueda de educación pública y gratuita, y el respaldo a la Unasur, el Mercosur y el ALBA, como formas de integración regional de las que los estudiantes no quieren quedar afuera. Los miles de alumnos convocados debatieron acerca del rol del movimiento estudiantil, la función de la extensión, la investigación, las medidas económicas regionales, la defensa del agua y los recursos naturales, los medios de comunicación, la criminalización de los estudiantes, los proyectos de despenalización del consumo de marihuana, la problemática de género y la despenalización del aborto, entre otros temas.
Realizado por primera vez en el Cono Sur, el CLAE es el mayor encuentro de estudiantes latinoamericanos. Lo convocó la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (Oclae), que nuclea a gran parte de las federaciones estudiantiles de la región y que acaba de cumplir 45 años. El presidente de Uruguay, Pepe Mujica, estuvo presente en la inauguración del encuentro, el miércoles 10. “El gobierno uruguayo acompañó la actividad en todo momento, desde lo programático hasta las resoluciones políticas”, contó el presidente de la FUA, Federico Miranda (Franja Morada).
Para Miranda, el congreso estuvo signado, en primer lugar, por la “convulsión de los integrantes chilenos”, de modo que en gran medida la consigna giró en torno de la educación pública gratuita en América latina. “La Oclae es una herramienta para las organizaciones universitarias –dijo Miranda–, allí se discute la necesidad de construir un movimiento estudiantil, pero alejado de visiones despóticas”, señaló después.
La declaración final del congreso, entre otras cosas, destacó que “la educación pública es un derecho humano fundamental y, por lo tanto, un deber incondicional del Estado en financiarlo y reglamentarlo”. Otro párrafo apuntó: “Es indispensable que los procesos de integración como la Unasur, Mercosur, Celac y ALBA fortalezcan todos los aspectos que hacen a la unidad de nuestros pueblos como la educación, la salud y la cultura, para reforzar, así, una identidad latinoamericana”. Además, se ratificó la conducción argentina de la Secretaría de Extensión de la Oclae.
“Lo que se vio fueron los distintos momentos políticos que atraviesan nuestros países –dijo a Página/12 la secretaria de Relaciones Internacionales y Asuntos Latinomericanos de la FUA, Verónica Sforzin (Miles)–. Chile fue muy claro, si bien sus delegaciones eran diversas, todas compartían el plan de lucha en contra de las políticas privatizadoras. Y saben que para lograrlo es necesaria la unidad.
Están viviendo un proceso de politización, con mucha información. En Bolivia, en cambio, noté posiciones encontradas. En Paraguay se ponen afuera de los conflictos y así dejan afuera la participación política. En los países de América Central la problemática pasa por su dependencia con Estados Unidos. Mientras que en Argentina, Venezuela y Brasil estamos en otro momento. Nuestro objetivo era dejar nuestro diagnóstico: el aumento del PBI, la creación de universidades, el Plan Raíces y la vuelta de los científicos, el nuevo Ministerio de Ciencia”, enumeró Sforzin. Y agregó: “Lo que pudo entenderse, finalmente, es que hay que aprender a avanzar con propuestas. En este sentido, la Unasur es la herramienta a fortalecer”.
“Más allá de las resoluciones del encuentro, que luego pierden continuidad, el congreso fue rico como punto de contacto entre las distintas federaciones estudiantiles, por el intercambio de visiones que se dieron”, consideró la vicepresidenta de la FUBA, Agustina Eroles (Movimiento Sur): “La cuestión del financiamiento universitario fue central, por el tema de Chile, pero también por la situación de otros países, en nuestro caso con la ley (de Educación Superior) menemista”.
El secretario de Integración Latinoamericana de la FUBA, Juan Manuel Karg (La Mella), también estuvo allí: “Además del tema central de Chile, el congreso dejó una perspectiva de debate abierto sobre qué proceso de integración debe tener América latina. Las delegaciones venezolana y cubana le dieron un fuerte apoyo al ALBA, y también hubo pronunciamientos a favor del Mercosur. Nos parece saludable que el movimiento estudiantil intervenga, debata y piense a América latina. En muchas oportunidades se nos quiso enseñar a partir de visiones extranjeras, hoy la situación es distinta y la idea es avanzar en políticas de integración regional”.