Una mina a cielo abierto
Un yacimiento de 490 metros de profundidad y 1800 de diámetro, ubicado a 2600 metros sobre el nivel del mar, y un dique de cola, donde se alojan los residuos de la explotación, de más de 600 hectáreas, son sólo algunos ejemplos de las abismales dimensiones en Bajo de la Alumbrera, el mayor yacimiento de cobre del país, ubicado en el noroeste de Catamarca. Allí Minera Alumbrera, que opera Xstrata, extrae cobre, oro y molibdeno. El pozo de extracción es un gigantesco cráter cuyas laderas forman terrazas para que los 42 camiones Caterpillar, con ruedas de 3,5 metros de alto y motores de hasta 70 mil centímetros cúbicos de cilindrada, transporten al año las 110 millones de toneladas de mineral que se desprenden de las sucesivas explosiones semanales en el cerro. Bajo de la Alumbrera comenzó a explotarse en 1998, y sólo le quedan cinco años de vida útil.
El cierre de la mina es un proceso delicado por el alto riesgo medioambiental. El peligro es que se contaminen los cursos de agua a partir del drenaje ácido, que se produce cuando las miles de toneladas de roca enterradas entran en contacto con el oxígeno y el agua. Las rocas removidas pasan por un proceso de trituración donde se mezcla el polvo resultante con agua y diversas sustancias químicas. El mineral que se libera es filtrado, mientras que los desechos se arrojan en el dique de cola que las mineras, luego de finalizar sus actividades, rellenan para evitar filtraciones. El peligro es que esos residuos entren en contacto con la superficie o un curso de agua subterráneo.