Libia y el canibalismo neocolonial
El cadáver de Khadafi en el freezer de un shopping es la metáfora de una nueva política global que propone devorarse a todo un continente.
Cuarenta y ocho horas antes de que el cadáver de Muammar Khadafi terminara impúdicamente expuesto ante las multitudes en el freezer de un shopping libio, la clarividente secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, aterrizó en Trípoli para hacer la V de la victoria y prodigar elogios a las hordas del impresentable Consejo Nacional de Transición (CNT), una constelación artificial compuesta por distintas facciones de exiliados y desertores libios cuyos principales meritos se resumen en haber colaborado alternativamente con Al-Qaeda, la CIA, el MI6 británico o los servicios de inteligencia franceses. La secretaria de Estado no hizo gala de facultades extrasensoriales cuando frente a estudiantes de la Universidad de Trípoli vaticinó que EE.UU. quería a Khadafi “muerto o vivo”. En ese orden. Clinton estaba verbalizando la política de asesinatos selectivos implementada por la administración Obama.De allí, hasta la consagración del canibalismo y la necrofilia imperial faltaban pocas horas.
Por qué el ataque a Libia viola el Derecho Internacional
El 19 de marzo de 2011, las naciones occidentales comenzaron el tercer conflicto armado internacional en contra de un país musulmán en la última década. Se hicieron grandes esfuerzos para justificar el uso de la fuerza contra Libia, pero un análisis del derecho internacional nos indica que, de hecho, tal uso de la fuerza es ilegal.