¿Alcanza con redistribuir?
¿A qué debería apostar la Argentina de la pospandemia para reducir la pobreza? Una parte del progresismo exige parar el crecimiento por su impacto ambiental, y enfocarse en redistribuir. “Aumentar el PBI no sólo no es contraproducente, es un objetivo fundamental para el bienestar social”, dicen Daniel Schteingart e Igal Kejsefman. Los autores rastrean los gestos políticos históricos que hoy desacreditan la idea del crecimiento, y aseguran que la transformación productiva hacia actividades más verdes no es contradictoria con el desarrollo económico.
Realidades y desafíos de la re-industrialización argentina
Re-industrialización argentina ¿Mito o Milagro?
Los 10 años posteriores a la caída de la Convertibilidad fueron escenario de cambios relevantes en la estructura productiva, ocupacional y distributiva de nuestro país. La salida del cepo cambiario en 2002, junto a la fuerte expansión de la demanda interna (final e intermedia) y externa, traccionaron notablemente la producción de bienes y servicios. Al mismo tiempo, se ensayaron políticas que permitieron separar -al menos parcialmente- la caída inicial en los salarios reales del dinamismo y expansión de la demanda agregada(1). A partir de 2003, el esquema económico que se fue configurando permitió combinar altas tasas de crecimiento con mejoras cualitativas en la dinámica macroeconómica, productiva y social.
Sobre la base de espacios de rentabilidad más amplios e inclusivos para la diversidad de actores y tramas productivas, la mayoría de las actividades sanearon su delicada situación patrimonial y financiera, ganaron competitividad e iniciaron una trayectoria de expansión. Las consecuencias inmediatas fueron un notable aumento en la producción de bienes, acompañada por una intensa generación de nuevos puestos de trabajo y un mejoramiento de los indicadores de calidad del empleo. La industria manufacturera fue protagonista del crecimiento experimentado por la Argentina y se convirtió en uno de los sostenes más importantes, revirtiendo el proceso de desindustrialización observado desde mediados de los ‘70.