Entre la precarización y el reconocimiento: las trabajadoras cartoneras en Capital Federal
Acarrear un carro durante 5 km diarios, con un peso de 90 kilos en promedio, bajo el sol o la lluvia, exponiéndose a accidentes de tránsito y a un sinnúmero de riesgos vinculados al contacto cotidiano con aquello que para la mayoría es simplemente “basura”, aparece –al menos a primera vista- como un trabajo no sólo sumamente precario, sino también en las antípodas de aquello que suele entenderse como una ocupación típicamente femenina.