Hormigas y cigarras
Después de una primera ronda de entrevistas para plantear su posición ante diferentes mandatarios europeos, el gobierno griego recibió el primer apriete de la troika, que considera a la austeridad como parte de los tratados ya vigentes. La respuesta de Tsipras fue inmediata: “Grecia no aceptará más órdenes, especialmente las enviadas por correo electrónico”, refiriéndose al estilo de “gobierno” que ejercen los tecnócratas de las entidades de crédito. Según el diario El País, “el único bálsamo que recibió fue la masiva manifestación ciudadana en apoyo al gobierno”, en referencia a los miles y miles de griegos que salieron el jueves a decir “sí” a su soberanía en las calles. No lo hacen por el chori. Lo hacen porque el nuevo gobierno griego los defiende a ellos. El apoyo popular no es “el único bálsamo”, sino la base de su legitimidad.
Fue una semana muy intensa. El martes, el primer ministro italiano, Matheo Renzi, y Tsipras sorprendieron al término de una reunión privada, cuando, con cámaras y micrófonos delante, Renzi le extendió a Tsipras su regalo: una corbata italiana. Se sabe que los miembros del gabinete griego –todos varones, dicho esto sea de paso– no la usan.