El agua y el alto precio de la mala economía
Los vínculos cada vez más documentados entre el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la inseguridad hídrica apuntan a una cuestión fundamental: nuestros sistemas económicos se basan en un pensamiento erróneo. Siempre estamos reaccionando a las fallas del mercado cuando deberíamos buscar estrategias proactivas para configurar la economía para el bien común.
La crisis del agua en Uruguay y el rol de gobiernos, empresas y el extractivismo
Montevideo está en crisis hídrica. Mientras el Gobierno culpa al clima, a la falta de obras en gestiones anteriores y propone la compra de agua embotellada, desde sectores socioambientales explican que se trata de una mala planificación, cuestionados negocios con sectores privados y del modelo extractivo de monocultivos y pasteras. "No es sequía, es saqueo", afirman.
El negocio del agua y el embate privatizador de Lacalle
«¡Es saqueo, no sequía!». Miles de personas vienen protestando en las calles de Montevideo por una situación crítica que afecta a la salud, al bienestar e, incluso, a la supervivencia: la escasez de agua potable.
El Gobierno del presidente Luis Lacalle Pou le echa la culpa a la naturaleza y asegura que si llegan las lluvias todo se soluciona. Es cierto que Uruguay sufre la peor sequía en muchas décadas y que un fuerte aguacero resuelve temporariamente el problema.
Cuando se trata de la sed
La empresa privada que gestiona el agua de San Pablo afirma que, si no aumentan las lluvias, los paulistas tendrán el suministro cortado cinco días por semana. La ONU advierte que la escasez de agua podría llevar a conflictos entre países.