Notas sobre el Jacobinismo argentino
Resulta difícil tarea la de pensar la historia política argentina ignorando el nervio jacobino que impulsó sus capítulos más pasionales. Es sabido que, en la imaginación de sus primeros trazos nacionales, está el sello de esta impronta. ¿Pero es el jacobinismo, capaz de suscitar entusiasmos vindicadores u oposiciones tenaces, la forma adecuada para pensar el dilema de la representación política? ¿Cómo remendar sus tentaciones “sustitucionistas” de aquello percibido como “pueblo”, a la hora de pensar la distancia entre representantes y representados abierta por el liberalismo democrático?
Eduardo Rinesi emprende una labor tan delicada como imprescindible: pensar la persistencia del jacobinismo como problema inmanente a los acontecimientos ocurridos desde la “transición democrática” hasta el presente. La promesa de una democracia participativa, su oclusión en el pacto que da origen a la última reforma constitucional, la depredación de los bienes comunes y la esfera pública, y las más recientes conmociones sociales que abrieron un espacio para la formulación de políticas reparatorias, forman parte de una serie de sucesos que precisan de una nueva palabra política y de una organización popular capaz de sostener las transformaciones que esta época reclama.