La Primera Ciberguerra Mundial
En enero de 2010, una nueva bomba atómica detonó en el mundo y pocos se dieron cuenta. Tal vez porque apenas estalló no dibujó en el horizonte de Natanz, centro de Irán, los contornos de la pesadilla de la razón moderna -el hongo nuclear- o porque en realidad se trataba de un explosivo distinto, nunca visto: una bomba atómica digital, es decir, un arma silenciosa pero igual de letal.