Impuesto a las Ganancias. Las vicisitudes de la cuarta categoría.
La carga de la tributación de la cuarta categoría del impuesto a las ganancias en la Argentina ha sido muy problemática en los últimos años, llegando a perder gran parte de su poder “progresivo” al alcanzar a trabajadores de salarios relativamente bajos y recaer fuertemente sobre los sectores de ingresos medios, aplicándoles una tasa no muy lejana al máximo de tributación del 35% actual. Son varios los factores que han influido hacia esta situación, desde la postura extremadamente fiscalista (entendida como el interés del gobierno por incrementar los montos recaudados más allá de otras consideraciones como la equidad o progresividad), que en la década de los noventa fue inspirada en nuestro país por el FMI, y que continúa hasta nuestros días. Este afán recaudatorio ha llevado a mantener muy bajos el mínimo no imponible y las otras deducciones, restando no sólo progresividad, sino también consistencia teórica al impuesto.