La industria argentina en las últimas décadas: ua mirada estructural a partir de los datos censales
La reciente publicación de los tabulados básicos del Censo Nacional Económico realizado entre 2004 y 2005 (con datos referidos al año 2003), brinda elementos de juicio suficientes como para encarar un análisis estructural de la industria argentina. En ese marco, de cotejar tal información con la de los relevamientos censales de 1973, 1984 y 1993 se puede acceder a una visión panorámica de los principales cambios registrados en el sector fabril local en el transcurso de las tres últimas décadas. Se trata de un horizonte temporal interesante dada su contemporaneidad con cambios sustantivos en el entorno macroeconómico en el que se inscribe el desenvolvimiento industrial y, con ello, en el interior de la propia actividad manufacturera. El quiebre del proceso sustitutivo, que hasta mediados del decenio de 1970 y al cabo de más de cuatro décadas había tenido al sector fabril como eje ordenador y dinamizador de la economía en su conjunto, devino en una prolongada fase de hegemonía de la valorización financiera y el ajuste estructural, como régimen económico dominante en el que la industria asistió a una profunda y muy heterogénea reestructuración tecnoproductiva, organizativa y en las formas de articulación del tejido fabril. En otras palabras, a un complejo y generalizado redimensionamiento de la actividad inscripto en un intenso proceso de desindustrialización y reestructuración regresiva sectorial. A partir del abandono de la convertibilidad se ingresó en una etapa diferente, sin que por ello pueda afirmarse que se está en presencia de un nuevo modelo de acumulación. En ese marco, es indudable que 2003 todavía expresa los coletazos de la aguda crisis socioeconómica con la que la Argentina ingresó al siglo XXI y los legados críticos del período 1976-2001, antes que ser un año plenamente representativo de la nueva fase, aunque sí el primero de una importante reactivación económica e industrial.