Puede observarse que se presentan inmejorables posibilidades de sustituir importaciones en varios sectores predominantemente PyME. Sin gran lugar a duda, la mayoría de tales oportunidades se plasmarán en realidades concretas. Sin embargo, ello no significa que el crecimiento productivo esté a la vuelta de la esquina.

Las posibilidades de que la sustitución de importaciones se transforme en el tractor del crecimiento productivo sectorial aumentan cuanto menor sea la elasticidad ingreso del producto (en el caso de los destinados al consumo final) y cuanto mayor sea la participación de los sectores exportadores en la demanda total (en el caso de los de inversión y consumo intermedio).

Por ello, puede decirse que el sector maquinaria agrícola parece ser el mejor “posicionado” a la hora de gozar los beneficios resultantes de la nueva ola sustitutiva. En un escalón más bajo se ubicarían prendas de vestir y más abajo aún –debido a la mayor elasticidad ingreso de su demanda- se ubica calzado. Menores beneficios obtendrán el sector máquinas-herramienta y juguetes, cerrando el lote muebles, afectado por la escasez de financiamiento y la atonía del mercado inmobiliario. El caso de autopartes puede ubicarse dentro del lote de los que percibirán beneficios aunque ello dependerá en gran medida del éxito que tenga el sector terminal a la hora de expandir sus exportaciones.