El Caso Flores
A principios de los años 70 Peggy Romberg, Directora General de la Asociación de Salud y Planificación Familiar para las Mujeres, de Texas, oyó hablar de mujeres que se bebían botellas de whisky y se tiraban por las escaleras con lejía en la vagina para provocarse un aborto. Luego vino el caso Roe vs Wade [decisión del Tribunal Supremo que legalizó de facto el aborto en EE.UU., N. del T.], se abrieron clínicas de aborción, y Romberg olvidó tales historias hasta 2004, cuando oyó hablar de Erica Basoria y Gerardo Flores.
En ese momento Basoria y Flores eran estudiantes de instituto en Lufkin, Texas, una pequeña ciudad de 32000 habitantes. Después de salir durante un año, Basoria, que tenía entonces 17 años, quedó embarazada. Según Ryan Deaton, abogado de Flores, "Inmediatamente su madre, hermana y cuñada le aconsejaron el aborto. Durante un tiempo consideró la posibilidad. Entonces la familia Flores intervino y le dijo 'No, vive con nosotros, ten el niño'. Poco después de mudarse, Erica fue a ver a su médico y alguien apuntó en su expediente que ella no creía en el aborto".
Su declaración jurada ante el Tribunal explica que cuando su condición resultó visible su pensamiento empezó a cambiar. "Cuando estaba de cuatro meses se me empezó a notar y entonces decidí que debería haber abortado", señala el documento.
Le preguntó a su médico si aún podía acabar con el embarazo. Aunque el límite en Texas es de 23 semanas, el ginecólogo de Basoria le dijo que "ya estaba demasiado avanzado", informa Deacon. "Eso era falso".
Aunque Basoria no habla con la prensa, varias noticias y e informes del juzgado revelan que a medida que pasó el tiempo ella quería terminar el embarazo cada vez con mayor insistencia, y empezó a tomar cartas en el asunto, golpeándose en el estómago y corriendo grandes distancias. Cuando estas tácticas no consiguieron que abortara espontáneamente, convenció a Flores para que la ayudara. Éste aceptó, y le dio puñetazos en el estómago.
Según el Houston Press, en la tarde del 6 de mayo de 2004, Basoria perdió el niño. Se llamó a una ambulancia y los enfermeros sacaron dos fetos del lavabo (Basoria llevaba gemelos). El patólogo forense Tommy J. Brown hizo la autopsia subsiguiente y determinó un trauma por fuerza bruta como la causa de la muerte de los embriones.
Basoria fue llevada a un hospital donde el personal observó moratones en sus brazos y estómago y llamó a la policía. Al ser interrogada, Basoria contó a la policía lo que habían hecho ella y Flores. Flores confirmó la historia y se le acusó de dos cargos de asesinato, crimen susceptible de pena de muerte. En junio de 2005, Flores, de 19 años, fue declarado culpable y sentenciado a cadena perpetua. Basoria no fue acusada porque abortar, sean cuales sean los medios, no es ilegal.
Peggy Romberg califica el caso de "tragedia. Aquí teníamos a dos chavales con problemas. Les hemos fallado como sociedad. No proporcionamos a los adolescentes educación sobre sexualidad, embarazos o prevención de enfermedades. Dificultamos el acceso confidencial a la contracepción. Hemos creado un entorno en donde los embarazos no deseados son cada vez más numerosos entre los adolescentes. La falta de información en Texas es alucinante. Erica y Gerardo se encontraron en una crisis. ¿Por qué no obtuvieron la educación o servicios que necesitaban para encontrar una salida?"
Texas tiene la segunda tasa más alta de adolescentes con embarazos no deseados de los EE.UU. Las razones son obvias. Menos de 20 de los 254 condados del estado tienen clínicas que practican el aborto. La abstinencia es el único mensaje que reciben los estudiantes en la escuela pública y el libro de texto de las clases de educación sexual no menciona ni la contracepción ni el embarazo. Además se han impuesto una serie de restricciones. La Seguridad Social no costea el aborto; hay un periodo de espera de 24 horas cuando se solicita la operación; la sesión obligatoria con un "asistente" relaciona el aborto con tasas por encima de la media de suicidio, infertilidad y cáncer de pecho; los menores deben tener permiso escrito de sus padres o necesitan ver a un juez antes de abortar; todas las operaciones que se efectúen después de la semana 16 deben hacerse en un hospital quirúrgico, aumentando el gasto.
Es más, el clima político en Texas es tan opuesto al aborto que en 2003 los legisladores cambiaron la definición de persona en los códigos civil y penal. El gobernador Rick Perry aprobó el cambio, proclamando el hecho de que ahora un feto es considerado "un individuo en cada etapa de la gestación, desde la fertilización al nacimiento".
Esta definición permitió la elaboración de la Ley de Protección Fetal en Texas, que determina que la muerte o lesión de un feto durante la comisión de un delito es una ofensa capital. Geraldo Flores fue arrestado y condenado según esa ley.
"Nos opusimos a esa ley" dice Sarah Wheat, Directora de Asuntos Públicos de NARAL [Asociación en Defensa del Derecho al Aborto] en Texas. "Los grupos que la defendían eran todos anti-abortistas. Se vendió la ley como una protección a la mujer contra la violencia, pero los grupos que trabajan con la violencia contra las mujeres no estaban involucrados". Casi inmediatamente después de aprobar la Ley de Protección Fetal, continúa, un diligente fiscal de Potter County envió una carta a los médicos de su condado exigiéndoles que informaran de cualquier mujer embarazada que sospecharan hubiera abusado del alcohol o de las drogas. Aunque el fiscal general finalmente decidió que eso estaba fuera del alcance de esa ley, 15 mujeres fueron arrestadas y una fue condenada y permanece en la cárcel. "El resultado fue asustar a las mujeres que buscaban ayuda prenatal", dice Wheat. "No hizo nada para protegerlas".
A pesar de los valerosos esfuerzos de NARAL, la Coalición Religiosa por la Elección Reproductiva, la Asociación de Salud y Planificación Familiar para las Mujeres y otros grupos, existen leyes de protección fetales en 32 estados. De forma similar, la Ley Federal de Violencia contra Víctimas No Nacidas, castiga a cualquiera que mate o lesione a un embrión durante la comisión de un delito federal. Estas leyes dan a Flores la distinción de ser la primera persona considerada culpable de asesinato cuando la víctima aún no había nacido. El abogado Ryan Deaton ha enviado la apelación al Tribunal de Distrito en Beaumont, y está comprometido a llevar el caso hasta el Tribunal Supremo, de ser necesario.
A pesar de sus esfuerzos, el horror de la situación embarga a Deaton. "Las apelaciones pueden tardar años", admite, "Gerardo tiene una gran familia y mucho apoyo, pero no lo está pasando bien. Erica está muy triste. Ha perdido el amor de su vida, la persona que, si pudiera decidir, estaría con ella para siempre. Yo estoy aquí para ayudar a Gerardo, pero es una tragedia. La gente debería saber que las leyes de protección fetales permiten que sucedan casos como éste"
Eleanor Bader es una escritora independiente y coautora de "Objetivos del Miedo"
Fuente: www.zmag.org