¿Y si Evo Morales no usa la corbata que le regaló Juan Carlos I el conquistador?
Una de los desastres que nos trajo el republicanismo y la democracia consiste en que los presidentes de gobierno designan a sus ministros para que se equivoquen por ellos.
Pero en la vieja usanza, la de los emperadores, reyes y caudillos por la gracia de dios no existen ministros ni asesores equivocados porque sencillamente, estos mandantes no le erran nunca a nada.
Digamos, como el Papa, que por algo acierta con el sermón hasta después de varios vinos de misa que bien sabemos, no aumenta la catolicidad pero es agradable; y entonces sepamos que la democracia ha fracasado por esas equivocaciones ministeriales que no acaecen con los reyes porque estos no tienen ministros sino sirvientes alcahuetes y otro tipo de gente en su entorno que no comete ni acepta errores.
Y pruebas al canto: en los primeros días del 2006 su alteza el rey de España recibió al nuevo presidente de un país llamado Bolivia, indígena el Evo Morales que lo visitó ataviado con una remera multicolor no acorde con la seriedad del acto; y bien estuvo el Rey en sugerir una corrección en su estilo para presentarse ante las jerarquías regalándole una corbata.
Sí señores, atiendan que finura protocolar no se le ocurriría a ningún funcionario errático como esos de hoy día; el Rey le obsequió al presidente del exótico país una corbata occidental y cristiana que cualquier súbdito bien nacido en el reino se honraría en lucir en lugar de esos adefesios colorinches que visten los sudamericanos que ni siquiera se gastan sucursales del Corte Inglés en sus dilatadas pampas.
¿Y que aconteció con la delicadeza ceremonial del Rey de los españoles?
Que no faltaron quienes la criticaron por esas radios y panfletos incomprensibles de la América india, diciendo que el adminículo vestuarista "corbata" era un moño del uniforme del ejército Croata, sin relación con los indígenas de Bolivia ni tampoco con las reales usanza de los españoles y que ni el mismísimo Mongo Aurelio había entendido la intención del obsequio.
Y esta finura de sugerirle a un natural de la selva sudamericana "civilízate indio, vístete igual que nosotros" no fue asimilada por esos detractores de la tradición que siempre buscan atajos a la verdad, como amenazar que cuando el Rey visite esas lejanas tierras le darán un Erke para que aprenda a tocar, y a la Reina le adecuarán un Erkencho, otro instrumento también de soplar cañas aunque más gruesas y largas.
Ese brulote sudaca sí sería de mal protocolo y no lo hecho por nuestro Rey ya que ningún español supone a su graciosa majestad recorriendo los senderos del reino sopla sopla ese grosero instrumento que le ayudarían a sostener tres o cuatro pajes, al menos.
Además, ¿qué obligación de acertar con regalos y modales tienen los reyes?
Ninguna o la misma del Evo Morales que no se arrodilló a sus pies, si ya es suficiente obligación de realeza sostener los ancestrales hábitos que salvarán al hombre, - aquí me dictan "corridas de toros, sanfermines y acuñar una moneda que rece Caudillo de España por la gracia de Dios"- marcando además sus advertencias a los pueblos nativos que no sólo desechan una Corbata Real sino que reclaman nuevos precios para el gas y otras complicaciones menores. Vamos hombre, que el Rey es el Rey y no está para cachondeos...