EE.UU: ¿economía en problemas?
Así lo advirtieron durante la semana pasada dos de los grandes economistas más reconocidos en Estados Unidos y respetados a nivel mundial: Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal, y Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía en 2001, ex asesor económico del presidente Bill Clinton y ex vicepresidente del Banco Mundial.
Ambos indicaron, durante intervenciones por separado, que la economía estadounidense podría estar atravesando por un momento difícil y que la inflación es uno de los grandes enemigos a la vista.
Ajuste de cinturones
Según Greenspan, las consecuencias de los elevados precios del petróleo han comenzado a sentirse en la economía estadounidense, afectando más que nada a los consumidores.
En su primera audiencia ante el Congreso tras dejar el liderazgo del banco central en manos de Ben Bernanke, Greenspan dijo que hasta el momento Estados Unidos y la economía mundial han logrado capear sin grandes dificultades la escalada alcista del crudo, pero advirtió que ahora los pronósticos se están poniendo un poco más difíciles.
Greenspan aseguró ante el comité de relaciones exteriores del senado que la economía estadounidense en su conjunto ha sido capaz de absorber el impuesto implícito que significa el alza del precio del petróleo, mediante el incremento de productividad que han logrado las empresas, algo que les ha permitido mantener sus beneficios pese al mayor costo de producción que supone la escalada del crudo.
Suerte que, por el contrario, no han corrido las familias y cada uno de los estadounidenses, quienes no han podido compensar el alza de los precios del crudo y han optado por ajustar sus cinturones y comenzar a frenar el consumo.
Una noticia que cae como balde de agua fría en una economía como la estadounidense, cuya actividad económica depende en más el 60% del consumo.
Inflación a la vista
Para Stiglitz, el futuro de la economía estadounidense no es muy alentador tampoco.
El economista afirmó durante su intervención en el Foro Mundial para la inversión directa 2006 celebrado en Valencia, España, que tiene un pronóstico bastante pesimista sobre la evolución de la economía de EE.UU.
Según Stiglitz, esta seguirá creciendo aunque existen "serios" motivos de preocupación que apunta a un futuro enlentecimiento.
Entre ellos, el debilitamiento constante del dólar en los mercados y la gran dependencia energética que tiene el país -lo que puede crear presiones inflacionarias-, así como también el endeudamiento del gobierno -que gasta más de lo que recauda en impuestos-, el ahorro negativo de las familias y el abultado déficit comercial del país -es decir, importa más de lo que exporta.
Stiglitz afirmó también que los estadounidenses seguirán pagando los costos de la guerra de Irak por décadas y que el aumento del déficit desalentará a las inversiones.
Todos elementos que, según el premio Nobel de Economía, contribuirán a deprimir a la economía estadounidense e imprimir inestabilidad a nivel mundial.
¿Qué se puede esperar?
La pregunta clave es entonces cuán acertados son estos pronósticos.
En los primeros tres meses del año, es cierto que la economía estadounidense ha mostrado empuje.
Al menos así lo muestra el Producto Interno Bruto (PIB) que creció 5,3% en términos anuales en el primer trimestre de 2006.
Sin embargo, este crecimiento acelerado parece no ser más que una etapa de recuperación tras la débil alza de 1,7% del PIB alcanzada durante el último trimestre de 2005, cuando la economía aún sentía los coletazos de los huracanes y los crecientes precios del crudo.
A esto se suma que los temores inflacionarios de Stiglitz y Greenspan, parecen ya ser toda una realidad.
El mismo Bernanke ya lo había reconocido durante la semana al advertir sobre la posibilidad de que la economía este enfrentando presiones inflacionarias. Algo que llevó a la Casa Blanca a elevar de inmediato de 2,4% a 3% los pronósticos de inflación para este año.
Es por eso que, si los precios del crudo siguen creciendo, el déficit comercial sigue agrandándose, el mercado inmobiliario continúa débil y la Reserva Federal sigue aumentando las tasas de interés, no sorprenderá observar un freno o menor crecimiento en el PIB de EE.UU en el segundo y tercer trimestre del año.
En suma, este año la economía crecerá, pero no al mismo ritmo que en el primer trimestre, y es posible pronosticar que las consecuencias de la dependencia energética de EE.UU las continuarán pagando los ya vapuleados bolsillos de los consumidores estadounidenses.