Afirman que EE.UU. dejará que Israel ataque al menos una semana más
Estados Unidos le ha dado a Israel por lo menos una semana para que termine de destruir a Hezbollah en el Líbano. La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, no viajará a la región hasta que ese trabajo no haya concluido. ¿Es ésta la mejor manera de defender los intereses de EE.UU. en Oriente Medio?
Todos los analistas oficialistas están de acuerdo con que destruir a Hezbollah es una prioridad y una necesidad. El vocero de la Casa Blanca, Tony Snow, dijo que el gobierno de George Bush se opone a volver a la situación anterior al desencadenamiento de la violencia. "Un cese al fuego dejaría intacta la estructura terrorista y eso es inaceptable", explicó Snow. El propio Bush dijo que hay que acabar con Hezbollah, que es la raíz del problema.
Analistas independientes consideran, sin embargo, que con esta estrategia, a largo plazo, los intereses de EE.UU. se verán muy perjudicados.
"No existe una solución militar al actual problema a menos que se mate a todos los miembros de Hezbollah y de Hamas", dijo a Clarín Joshua Landis, un especialista en Oriente Medio de la Universidad de Oklahoma. "Para EE.UU. eso significa que habrá que hablar con uno de los malos. La elección es entre Teherán y Damasco. Pero en este momento Estados Unidos prefiere darle tiempo a Israel para poder destruir a Hezbollah un poco más y para tener más fuerza en las negociaciones".
Según Landis, la destrucción de Hezbollah generará más odio. "Producirá una nueva generación de jóvenes enojados que van a crecer viendo cómo les han destruido sus vidas, sus familias y el país. Y querrán vengarse."
Pero no sólo eso. El ataque de Israel contra el Líbano representa el fin de la política de democratización de Oriente Medio de Bush. En efecto, el mejor ejemplo que tenía Washington hasta ahora de esa política era el gobierno libanés. Se sabía de antemano que para que esta democracia débil proamericana sobreviviera había que permitirle inicialmente a Hezbollah un espacio en la escena política con la esperanza de que, en algunos años, sus militantes dejaran las armas de lado. "Pero los americanos no tuvieron paciencia para eso -dijo Landis- y en vez de frenar los ataques contra el Líbano los están alentando."
De acuerdo con MuqtedaKhan, un especialista de la Brookings Institution, con esta estrategia EE.UU. ni siquiera va a lograr destruir a Hezbollah. "Lo que es necesario saber es que Hezbollah tiene 13.000 misiles y sólo lleva lanzados unos 600. Además, tiene unos 3.000 soldados totalmente dispuestos a morir y, lo que es aún más importante, cuentan con el apoyo del pueblo del Líbano", dijo a Clarín Khan, quien recordó que hasta ahora los ataques israelíes provocaron la muerte de gran cantidad de civiles y destruyeron una gran parte de la infraestructura del país. "Pero nada indica que la capacidad de lucha de Hezbollah haya disminuido realmente", agregó.
Según los analistas, por haber abandonado el gobierno del Líbano a su propia suerte, Estados Unidos perderá la confianza, incluso, de los árabes moderados. En ese contexto es como el pro blema de la deuda. Uno gasta hoy, pero mañana alguien va a tener que pagar por eso.
Ayer se confirmó en Nueva York que Condoleezza Rice se reunirá hoy en la sede de la ONU con Kofi Annan y con el alto representante para Política Exterior de la Unión Europea, Javier Solana, para analizar la crisis en Oriente Medio. La secretaria de Estado estadounidense cenará con ambos y recibiría de primera mano reportes de los tres enviados especiales de Annan a la región.