Corrupción en el Ejército argentino
Es por su actuación en la brigada de Rió Gallegos, antes de ser jefe del Ejercito. Lo acusan de gastar casi $500 mil sin el debido permiso. Una cámara de apelaciones ordeno a un juez profundizar el caso.
Autor: Pablo Abiad
Fuente: Clarín
El jefe del Ejército, Roberto Bendini, quedó más cerca de resultar procesado por presuntas irregularidades en el manejo de dos cuentas bancarias oficiales. La Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia decidió ayer que la causa en su contra, que había sido girado a la Justicia militar, regrese al juzgado donde el general ya declaró en calidad de sospechoso.
El juez federal de Río Gallegos, Gerardo Daniel Caamaño, que hace cuatro meses se declaró incompetente, ahora deberá resolver esta situación procesal y la de otros siete imputados. Los hechos se produjeron entre 2002 y 2004, cuando Bendini estaba al frente de la Brigada Mecanizada XI de Santa Cruz.
Lo que se le imputa es haber abierto una cuenta en la que depositó recursos extrapresupuestarios sin el correspondiente permiso del Tesoro nacional. Por ahí pasó más de medio millón de pesos, que se habrían gastado sin respaldo documental o se habrían invertido en perfumes, joyas y otros objetos suntuarios.
Dijo ayer la Cámara de Comodoro Rivadavia: "Las conductas bajo análisis habrían perseguido, en principio, la obtención de beneficios patrimoniales particulares con fondos estatales, lo que indica que el hecho delictuoso investigado no constituye uno de aquellos que deba ser juzgado por los tribunales militares".
La resolución —adelantada por Clarín el 13 de abril— fue firmada por los jueces Hebe Corchuelo de Huberman, Aldo Suárez y Javier Leal de Ibarra. La apelación había sido presentada por el fiscal santacruceño Miguel Segovia; por el de Investigaciones Administrativas, Manuel Garrido, y —curioso— por los propios acusados. Al mismo tiempo, el juez federal Caamaño está siendo investigado por el Consejo de la Magistratura (ver Investigan...).
Ex fiscal federal, Caamaño fue designado en su cargo actual en 1994; compartió muchos actos públicos con Bendini y con el entonces gobernador provincial, Néstor Kirchner. Bendini, a su vez, llegó a la jefatura del Ejército de la mano de Kirchner.
Para sacarse el expediente de encima, Caamaño utilizó dos argumentos: que la mayoría de los imputados son militares y que los fondos supuestamente distraídos pertenecían a la órbita castrense. Sus superiores lo corrigieron: "No es relevante que el autor (del delito) sea un soldado. La Justicia militar es competente para entender en un delito tipificado a la vez en dos ordenamientos distintos, (sólo) si éste ha sido cometido en tiempo de guerra y en función de esa guerra".
Este sumario lo inició en mayo de 2004 la Oficina Anticorrupción (OA), que luego evitó presentarse como querellante, a partir de un anónimo. En concreto, se denunció a Bendini y al coronel Carlos Espósito —jefe del servicio financiero de la unidad— por depositar 524.049,59 pesos provenientes de su Brigada en una cuenta corriente del Banco de Santa Cruz, sin que esos fondos fueran auditados y a los efectos de cubrir gastos por fuera de los previstos, según determinó un informe de la Sindicatura General de la Nación (SiGeN).
La OA calificó los hechos como peculado, delito que se castiga con 2 a 10 años de prisión. Los demás indagados son los siguientes: Alba Pérez de Espósito, esposa del responsable financiero de la Brigada Mecanizada de Espósito; el oficial Mario Villegas, tesorero de los casinos de la unidad; el suboficial Oscar Almada, también con responsabilidades sobre el manejo de la plata; el oficial Jorge Eduardo Pérez, otro auxiliar del servicio administrativo; el oficial Marcelo Martelletti, jefe del Batallón de Ingenieros de la localidad de Comandante Luis Piedrabuena, y el oficial Juan Pasqualini, jefe del Regimiento de Infantería Mecanizado 24.
En una segunda causa en el juzgado de Caamaño, se investiga el cobro por parte de Bendini de nueve cheques por 190 mil pesos que nunca se asentaron en los respectivos libros contables.