Millonarios latinoamericanos: crecen las "fortunas naturales"
En nuestra región, tres personas ganaron lo suficiente durante 2006 como para alcanzar al menos 1.000 millones de dólares en su haber y se incorporaron a la lista. Es así que mientras en la nómina publicada en 2006 los latinoamericanos llegaban a 33, en la presente edición suman 36.
Latinoamericanos que figuran en el ranking de personas más ricas publicado por la revista Forbes, 2007.
Las fortunas de quienes están en esta lista latinoamericana mostraron un incremento de 36%, ya que presentan un valor total de 153.000 millones de dólares frente a 112.600 millones en 2006. Siguiendo la tendencia global, en la región también se observa que las fortunas muestran mayor crecimiento que el número de incorporaciones. Esto refleja, una vez más, que más allá de la obvia concentración de riqueza que surge de la lista respecto al resto de la población, se produce cada año mayor concentración dentro de la misma.
Las cinco primeras posiciones (el 14% del total de rankeados) acaparan casi la mitad de la riqueza del grupo (un 48%), mostrando la tremenda concentración en los primeros lugares. Por supuesto que hay que destacar la presencia de Carlos Slim Helu, poderoso magnate mexicano que ha venido ganando puestos en la lista general de Forbes hasta convertirse en la tercera persona más rica del mundo. Solamente en 2006 los millones de Slim se incrementaron en la astronómica cifra de 19.000 millones de dólares, equivalentes a un 63% de su fortuna. Entre los motivos de este enorme incremento de su riqueza se encuentra la buena performance que tuvo su compañía de teléfonos América Móvil durante el año pasado.
Su riqueza es tan grande como 6% del PBI del país donde nació y reside, el segundo más grande de América Latina después del de Brasil. Sus negocios se basan principalmente en las telecomunicaciones; dueño de varias compañías como América Móvil y Telmex, en 2006 extendió su imperio a Puerto Rico y República Dominicana a través de la compra de Verizón Comunicaciones. Su fortuna ha crecido enormemente en los últimos años, achicando la brecha existente entre su acervo y el de Bill Gates (quien ocupa el primer lugar) y el de Warren Buffet (que está en la segunda posición), ya que lo ha hecho a tasas mayores que la de los anteriores magnates. La diferencia entre los millones de Slim y de Gates es de “apenas” 7.000 millones de dólares, brecha que se achica a 3.000 millones si lo comparamos con Buffett.
Los sectores multimillonarios
Las fortunas de las personalidades de la lista tienen sus orígenes en diversos sectores: banca, minería, bebidas, etc. Muchos de los millonarios han iniciado sus imperios en los mismos sectores en los que continúan liderando; otros, en cambio, han visto mejores oportunidades en otras ramas productivas, por lo que han cambiado de rubro y ahora sus fortunas se basan en sectores distintos a los de origen. Muchos son herederos de fortunas acumuladas por generaciones anteriores y han seguido solidificando los imperios familiares.
Durante 2006, solamente dos millonarios vieron disminuir sus fortunas, Jerónimo Arango y Lorenzo Zambrano, ambos mexicanos. Otros siete mantuvieron estables sus millones, mientras el resto, la gran mayoría, aumentaron significativamente sus acervos. En un análisis por sectores se encuentra que 16 millonarios de los 36 basan sus fortunas en recursos naturales (bebidas, minería, forestación, piscicultura, etc.) mientras que seis la sustentan en banca y finanzas, cinco en ventas al consumo, otros cinco en transportes y el resto en medios, telecomunicaciones y bienes raíces.
Esta distribución sectorial de los poderosos magnates muestra la alta rentabilidad que presentan los recursos naturales, especialmente a gran escala y dirigidas a los mercados externos. Los últimos años han sido especialmente favorables para la producción de bienes naturales, ya que los minerales y bienes agropecuarios en general han gozado de crecientes precios a nivel internacional. La bonanza de los precios estuvo ocasionada y acompañada por un considerable aumento de la demanda de bienes primarios desde los países ricos y desde otros en desarrollo hacia la región. Se destaca la fuerte demanda desde países asiáticos que presentan gran dinamismo en los últimos tiempos como China e India. De esta coyuntura se han beneficiado notoriamente los productores de América Latina, especialmente las grandes empresas dedicadas a la explotación de estos recursos.
Es por lo anterior que no llama la atención encontrarse con que las fortunas de aquellos millonarios enfocados en los recursos naturales han crecido notoriamente más que la de aquellos dedicados a otros rubros. Tomando sólo las fortunas basadas en recursos naturales, vemos que éstas han crecido en promedio un 37%, frente a un 19% que han aumentado las que se alimentan de las ventas al consumo, un 11% crecieron en promedio las fortunas que tienen su centro en las finanzas, mientras el incremento de los millonarios “transportistas” reporta “apenas” un 7%.
Dos de las incorporaciones de la lista de Forbes incluyen empresarios cuyos negocios se relacionan estrechamente con los recursos naturales. Uno de ellos es Rubens Ometto, quien en 2006 tiene que haber experimentado un incremento de al menos 1001 millones de dólares en su fortuna, ya que de otra manera no formaría parte de la exclusiva lista con los 2000 millones que se le reportan actualmente. Ometto se dedica a la producción de etanol, un combustible alternativo a los tradicionales hidrocarburos que está empezando a tener cada vez mayor popularidad y demanda en el mundo. Aunque en Brasil hace décadas que muchos automóviles utilizan (y/o tienen la opción de utilizar) este componente, es en los últimos tiempos que la producción de etanol está siendo más seriamente considerada como combustible sustituto en países avanzados. Recientemente el presidente de los Estados Unidos propuso un acuerdo a Brasil sobre producción de etanol a gran escala, no solo para exportar a aquel país, sino también para expandir la producción en otras economías de la región latinoamericana. Este hecho muestra el gran interés que las potencias (en especial EE.UU. por su dependencia del petróleo) están mostrando en el consumo de otros de los bienes naturales que la región puede producir y exportar en forma importante.
Cosan S.A es el nombre de la empresa de Ometto y su familia, la mayor empresa productora y procesadora del mundo de caña de azúcar, de donde se produce el etanol. Las acciones de la compañía empezaron a operar en la bolsa de valores brasileña en 2005, luego de que Cosan S.A. adquiriera otras empresas.
Otra de las incorporaciones a la lista este año es la de Eliezer Steinbruch, quien generó su fortuna en el rubro textil en la década de los 1960, pero que a través del control de la empresa Companhia Siderúrgica Nacional (CSN) hacia 1993, se convirtió en un industrial del acero. CSN es la segunda empresa más grande de acero en el país.
Millones en fortunas y millones en exportaciones
Las grandes fortunas latinoamericanas pueden ser comparables a las exportaciones de bienes de los países de la región, indicador que ha experimentado notorio crecimiento en los últimos años, al igual que las fortunas. Durante los últimos dos años no hay un solo país de América Latina que haya visto reducidas sus exportaciones. Todos los países las han aumentado, a distinto ritmo pero en forma contundente. En conjunto, la región aumentó sus exportaciones de bienes en un 20% entre 2004 y 2005, y en un 21% entre 2005 y 2006, reflejando el buen período que están transitando la generalidad de los bienes exportados de la región.
En particular, y en concordancia con el aumento de las “fortunas naturales”, el auge del sector de productos primarios y su importancia creciente en las exportaciones totales queda de manifiesto en los últimos años: según el último anuario de CEPAL, ha habido un incremento de la participación de los bienes primarios exportables en el total exportador de la región desde 2002. Las cifras del anuario reflejan que en 2002 el peso de las exportaciones primarias aumentó respecto a 2001 y se ubicó en 41,2%. En 2003 aumentó en más de tres puntos porcentuales para alcanzar 44,4%, porcentaje que se incrementó a 46,3 en 2004. Dado el movimiento de precios y demanda internacional de tales bienes, es lógico asumir que ese porcentaje ha seguido aumentando aún más en los años siguientes, durante 2005 y 2006.
Sólo la fortuna de Slim Helu equivale a buena parte de las exportaciones totales de bienes de México, exactamente un 19%. También representa poco más del total de las exportaciones de bienes de Argentina, o la suma de las de Colombia y Perú. Si consideramos las fortunas de los millonarios brasileños tomados en su conjunto, la suma de estas (más de 42 mil millones) equivale a 30% de las exportaciones de bienes de ese país. Por su parte, la suma de las fortunas de los chilenos de la lista alcanza a 21% de las exportaciones de dicha economía. Los colombianos, siendo solamente dos, acaparan el equivalente a 43% de las exportaciones nacionales.
La influencia de estos multimillonarios es evidente por la extraordinaria cantidad de dinero que manejan. Su peso en las economías en las que residen está fuera de toda discusión. Pero no solo disfrutan del evidente poder económico, sino que ese poder se expande y materializa en otros terrenos como el político. Un ejemplo es el del chileno Sebastián Piñera, la tercera incorporación de este año a la exclusiva lista, quien fuera candidato a las elecciones presidenciales nacionales del año pasado; representante del partido conservador, que se vio derrotado por la socialdemócrata Michelle Bachelet, en la segunda vuelta de dichos comicios.
Un año más la realidad de las cifras nos apabulla. La región aumenta el número de millonarios año tras año, pero crecen más aún los millones que estos poseen, incrementando su participación en el ingreso. Entre tanto, a nivel de la región, el 39,8% de la población vive por debajo de la línea de pobreza, mientras un nada despreciable 15,4% se ubica por debajo de la línea de indigencia, o extrema pobreza. Esto significa que el crecimiento que está atravesando la región desde hace cuatro años, basado principalmente en el auge exportador de bienes primarios, no está reflejándose en la mejora de la equidad. Aunque la pobreza e indigencia muestran un tímido retroceso en el continente, este no es suficiente ni alcanza las tasas de mejora que se producen en ciertas actividades económicas. No hay evidencia de que el empuje exportador y el consecuente dinamismo de ciertos sectores específicos no conllevan necesaria ni directamente al desarrollo.
Los indicadores sociales muestran un rezago importante respecto a los económicos. La pregunta que surge es qué sucederá cuando (sin que los indicadores sociales se hayan “ajustado”) el ciclo actual expansionista por el que atraviesa la región se aplaque, y nuevamente los países se encuentren con desequilibrios fiscales y problemas financieros. Es probable que los gobiernos sostengan que es necesario (una vez más) hacer esfuerzos fiscales restrictivos para volver a reestablecer los equilibrios. Y otra vez los indicadores sociales quedarán como los acuerdos del FMI: “stand by”.
Fuente: Economía Sur – 21.03.07