Irán y EE.UU.: ¿nueva Guerra Fría?
Espías, sanciones y poder suave
Es mucho más que una guerra de palabras. Es un juego arcano de actividad secreta y declarada, complejas maniobras regionales y concensiones y las ocasionales indirectas de diplomacia de cañón.
Esta semana el presidente del contraespionaje iraní describió los esfuerzos de sus subordinados para frustrar redes de espionaje que habrían descubierto en siete provincias de Irán. El funcionario, quien por tradición no es nombrado por los medios iraníes, vinculó estas redes a los países con tropas en Irak, en otras palabras: Estados Unidos y el Reino Unido.
Insinuó que esos países estaban jugando con las divisiones étnicas en Irán, especialmente en áreas fronterizas sensibles. Tales declaraciones son, por definición, difíciles de probar o invalidar. Pero lo que es claro es que la presión estadounidense sobre Irán no está confinada a las sanciones de la ONU diseñadas para disuadir al gobierno iraní de buscar armas nucleares.
Entre otras, las presiones estadounidenses son:
* el uso de "poder suave" (televisión, intercambio cultural, promoción de la democracia y de los derechos humanos) para tratar de influenciar a la opinión pública iraní.
* esfuerzos para coaccionar a los, de alguna forma, ambivalentes estados árabes para conformar una alianza regional antiiraní.
* la captura de funcionarios iraníes que están, a los ojos estadounidenses, revolviendo las aguas en Irak.
* según informes, Estados Unidos ha estado conduciendo operaciones secretas dentro de Irán.
ABC News informó que el presidente Bush ha autorizado a la CIA para que lleve a cabo una serie de medidas secretas para desestabilizar Irán. Medidas que van desde propaganda hasta la manipulación de la moneda iraní y las transacciones bancarias.
Irán está recurriendo a varios medios de contrapresión, entre ellos:
* el arresto de ciudadanos irano-estadounidenses acusados de espionaje.
* fortalecimiento de ligas con el mundo árabe mediante, por ejemplo, la oferta de reestablecer las relaciones diplomáticas con Egipto.
* el mantenimiento de una retórica beligerante contra la presencia estadounidense en Irak y en el Golfo, además -y ésta podría ser la carta más fuerte de Teherán- el mantenimiento de una intrincada red de contactos en Irak, lo cual podría potencialmente ser usado para atacar a las tropas o los intereses de EE.UU.
¿Cómo se puede explicar la contradicción entre los "positivos" intercambios diplomáticos en Bagdad y el clima amargo de Guerra Fría que ensombrece las relaciones irano-estadounidenses?
Combatir... y contener
Una parte de la explicación podría ser que, en Washington como en Teherán, hay diferentes centros de poder empujando por su propia agenda agresiva o de acercamiento, de halcón o de paloma. La administración estadounidense claramente está buscando una nueva mezcla de poíticas. Está dispuesta a negociar, pero sólo desde una posición de fuerza.
Consciente de sus dificultades en Irak, rehúye de la idea de aproximarse a Irán en actitud de súplica. Estados Unidos también sabe que, en el caso iraní, sus opciones militares no son atractivas. La alternativa, por tanto, es una mezcla de combate crítico y de contención robusta.
Funcionó en la Guerra Fría. ¿Funcionará con Irán?
*Roger Hardy es analista de Medio Oriente para la BBC
Fuente: [color=336600]BBC Mundo – 02.06.2007[/color]