Planeta Tierra, ¿Planeta Desierto? / Dominique Guillet

El único terrorismo es alimenticio y son ellos los que lo instalaron, con la complicidad de las multinacionales. El planeta se muere de extracción, se muere de combustión. El planeta Tierra empieza a ajustar cuentas con la humanidad: después de tantas sustracciones, ahora ¡presenta la adición! Terrícola, ¡sal de tu sueño! El planeta Tierra se atasca, se hunde, se desertifica. ¿Será que el planeta “desierta” a la humanidad? Autor: [b][color=336600]Dominique Guillet*[/b][/color] [size=xx-small][b]Artículos relacionados:[/b] .Nos conviene un menú cada vez más vegetariano / Jeremy Rifkin .Por una nueva cultura del agua: el derecho humano al agua .Informe del Relator Especial sobre el derecho a la alimentación [/size]

Mientras que unos títeres se excitan frenéticamente en la arena electoral, la arena verdadera recubre inexorablemente la tierra de su manto estéril. Los demagogos, de todos tipos, prometen siempre más crecimiento: más sueldos, más vacaciones, más trabajo, más consumo y, claro está, más seguridad contra un enemigo inexistente.

El único terrorismo es alimenticio y son ellos que lo instalaron con la complicidad de las multinacionales.

El planeta se muere de extracción, se muere de combustión. El planeta Tierra empieza a ajustar cuentas con la humanidad: después de tantas sustracciones, ahora ¡presenta la adición!

Terrícola, ¡sal de tu sueño! El planeta Tierra se atasca, se hunde, se desertifica. ¿Será que el planeta “desierta” a la humanidad? La palabra “desierto” viene del latín “desertus”, de “deserere” que significa “abandonar”.

Duna: ¿el destino del planeta?

En 1957, el periodista Frank Herbert fué enviado a Florence, Oregón, en los E.U.A. con el fin de escribir un reportaje sobre un proyecto gubernamental de lucha contra las dunas de arena a través de la plantación de barreras vegetales. Regresó fascinado por la ecología y las dunas de arena.

En 1965, Frank Herbert se volvió uno de los grandes maestros de la ecología-ficción y de la ciencia-ficción al publicar la primera obra de su grandiosa epopeya conocida bajo el nombre de “Ciclo de Dunas”. ¿Presintió Frank Herbert el destino ineluctable de nuestro planeta? ¿Podemos considerar Duna como una alegoría?

¿Cuáles son los factores limitantes del ecosistema planetario de Dunas que también lo son en el nuestro o podrían serlo a muy corto plazo?

- Los vientos de arenas se desencadenan sobre Duna a 700 km. /hora.

- Gusanos gigantescos comparten el dominio de este planeta con los “Fremen” (Hombres Libres). Tienen un largo de centenas de metros y son fuente de la “Especia”.

Nigeria

Los dados están trucados: no hay ninguna voluntad de solucionar este problema planetario y uno estaría predispuesto a pensar que hay más bien una voluntad sostenida de vaciar algunos continentes de su humanidad. Después de todo, África es inmensamente rica en su subsuelo: cinc, uranio, petróleo, diamantes, níkel…y para la extracción, las máquinas son perfectamente suficientes.

Según la FAO, la superficie mediana de tierra arable por habitante era de 0.32 hectáreas en 1961/1963 (para una población mundial de 3 200 millones de habitantes), de 0,21 hectáreas en 1997/1999 (para una población mundial de 6 000 millones de habitantes) y será de 0,16 hectáreas en 2030 (para una población mundial estimada de 8 300 millones).

Según ciertos expertos independientes, las proyecciones arriba mencionadas son altamente optimistas puesto que la superficie mediana de tierra arable por habitante en los países pobres será solamente de 0,09 hectáreas en 2014. Ya era solamente de 0,08 hectáreas en 1996 en China.

¿Cuál es el estado de la producción de granos a escala planetaria? Un mal estado.

El año pasado, Australia sólo produjo 10 millones de toneladas de trigo en lugar de los 21 millones esperados. En 2007, la situación empeora para este país. El primer ministro John Howard, que no creía en el calentamiento climático, declaró a fines de abril que los agricultores de la cuenca Murray-Darling no tendrían agua de riego si no llovía en mayo. Esta cuenca concentra normalmente 70% de los recursos en agua de riego del país y produce 40% de la comida para Australia. En la primavera 2007, el flujo de agua de esta cuenca es sólo el cuarto de los peores años registrados.

En China, estos últimos años, la producción de trigo está por debajo de 100 millones de toneladas cuando era de 127 millones de toneladas en 1997. Esta baja es imputable a la escasez de agua.

De hecho, los grandes países productores de granos, E.U.A., China, India, Australia, Francia están confrontados a una grave escasez de agua. En el Suroeste de Francia, los agricultores abandonan el cultivo de maíz irrigado.

A nivel mundial, las reservas están a su más bajo nivel desde 35 años. Eran de 57 días a final del 2006. Los precios de los productos alimenticios están a la alza. En los E.U.A., 115% de aumento en el precio del maíz en 15 meses.

Seamos realistas, el Planeta Tierra podrá seguir nutriendo una pequeña parte (cada vez más restringida) de la población humana hasta el año 2050. Después, que corra el telón: cambio de panorama. Y es un escenario optimista (en cuanto al plazo en el tiempo) puesto que no contempla ni el crecimiento de la población mundial, ni el crecimiento del nivel de los océanos, ni claro está un desbocamiento climático que nadie se atreva a imaginar.

Este escenario “optimista” no considera tampoco, claro está, el gran engaño de los agro-carburantes que acabamos de denunciar en nuestro artículo “Ponga sangre en su motor: la tragedia de los necro-carburantes”.

Estos agro-carburantes van a generar una aceleración de la deforestación: Indonesia, por ejemplo, contempla destruir 16 millones de hectáreas de selva para reemplazarles por palmeras de aceite (pronto transgénica). Un monocultivo tal constituye la primera fase del proceso de desertificación puesto que un suelo tropical sin cubierta forestal se vuelve a corto plazo un desierto. Indonesia detiene por otra parte el record mundial de la deforestación con 1,8 millones de hectáreas por año, o si prefiere, 205 hectáreas por hora.

Según los escenarios resueltamente pesimistas, o más simplemente, de hecho realistas, grandes crisis alimenticias se van a perfilar ya des el año próximo y posiblemente este mismo año. Las temperaturas no paran de subir: algunos agrónomos estiman que un aumento de un grado celsius puede provocar una baja de rendimiento de 10% en los cereales.

Todas las antiguas variedades agrícolas, que se caracterizaban por una gran resistencia a los cambios bruscos, han sido erradicados por las multinacionales de la agro-química y del ago-alimenticio y sus cómplices en los aparatos de estado. Antiguas variedades, ¡sálvense quién puede!

El Titánic agrícola se está hundiendo y es un tsunami alimenticio que provocará. El próximo año o quizás mañana.

El monoteísmo: ¿un error de programa genético?

Una civilización que destruye sus semillas, que destruye sus suelos, que destruye sus aguas, que destruye sus niños, es una civilización que se está muriendo. La civilización occidental está moribunda. ¿Se llevará el resto de la humanidad en sus pasos?

En el pasado de la humanidad, numerosas civilizaciones han nacido y después desaparecido, a veces por la desertificación de sus tierras. Sin embargo, lo que caracteriza nuestra civilización occidental es su capacidad de destruir todo lo que toca. Genera un desierto de tamaño planetario.

Es muy interesante percibir que las tres religiones monoteístas han nacido del desierto. Desde hace 2000 años, el monoteísmo generó, en numerosas regiones, un desierto cultural: fuera del monoteísmo no hay salvación. No es nuestro objetivo aquí de discutir sobre las diferencias entre estas tres corrientes monoteístas y de debatir de su participación respectiva en los fundamentos respectivos en la agravación de la pesadilla ecológica que infligimos a la esfera planetaria.

Deseamos solamente subrayar que la sociedad occidental nació del desierto y que regresa hoy al desierto para morir. Desgraciadamente, no regresa sola al desierto cuna de sus orígenes: es todo el Planeta Tierra que está transformando inexorablemente en un desierto mortuorio.

Para los fundadores de la sociedad occidental, el desierto no era valorado como ecosistema. Era justo un vacío, la idealización de un estado de rompimiento, de alienación, un símbolo de la naturaleza humana. Es la sociedad occidental que inventó la historia escrita con todos sus avatares de evolución, de tiempo lineal, de progreso, de crecimiento. Es la sociedad occidental que se hundió en la locura del crecimiento ilimitado sobre un planeta finito. Sin duda porque sus raíces justamente son el sello de la alienación, en el sentido de una ruptura total con el medio ambiente, en el sentido de una falta de respeto total hacia la Naturaleza, en el sentido de un abandono total de las conexiones con el Cosmos. Desierto, desertus, deserere, abandonar.

¿Puede decirse con David Miller que el monoteísmo engendra desde un punto de vista social el fascismo, el imperialismo, el capitalismo; engendra desde un punto de vista filosófico la dualidad, la dicotomía y la no-diversidad; engendra desde un punto de vista psicológico concepciones rígidas, lineales y petrificadas? Y posiblemente podríamos agregar que el monoteísmo engendra desde un punto de vista agrícola el monocultivo, la monoalimentación, la destrucción de la diversidad biológica. De hecho, ¿no sería el monoteísmo la negación misma de la vida?

La relación entre el monoteísmo y el desierto no deja de ser un tema fascinante para explorar. El desierto pues, engendró también magníficas civilizaciones, tal como los Chacos en el Suroeste de los E.U.A., que no se hundieron en el imperialismo. Los aborígenes han sobrevivido en el desierto australiano durante 40 000 años y han sido destruidos en pocos años por los colonos blancos que destruyeron igualmente todos los ecosistemas.

¿Posiblemente la misión de la futura humanidad sobreviviente será de volver a domesticar el desierto?

*Dominique Guillet El autor escribió un libro sobre producción de semillas orgánicas de variedades antiguas. Una parte del mismo se puede leer en la pagina de Kokopelli Seed Foundation: http://www.kokopelli-seed-foundation.com/

Fuente: Ecoportal – 11.06.2007

Traductor: René Molteni

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