Las beatificaciones de la Iglesia
Los libros se apilan en su pequeño despacho de la universidad, que es proporcionalmente inverso al tamaño de su trabajo. Julián Casanova, historiador y catedrático de la Universidad de Zaragoza, acaba de recibir a la revista Time. La memoria interesa en Estados Unidos, donde imparte clase seis meses al año. Descansa leyendo a Faulkner y a Marsé. Ha publicado recientemente República y Guerra Civil, editado por Crítica. Es autor de otro manual de referencia, La Iglesia de Franco, portal necesario para adentrarse con criterio en la nostalgia de una Iglesia que beatificará el próximo 28 de octubre en el Vaticano a 498 “mártires” de la Guerra Civil.
¿Qué significado tiene esa ceremonia?
Lo que hace la Iglesia cada vez que beatifica es humillar más a los vencidos. Hay un desequilibrio básico entre una ceremonia en el Vaticano y la gente que está buscando a sus muertos en fosas, sin ni siquiera saber dónde están. Es el gran desequilibrio de la memoria que nos queda de la guerra civil.
¿Hubo una Iglesia perseguida?
La Iglesia fue muy perseguida durante la Guerra Civil, no así durante la República, aunque ellos unen República y Guerra Civil. 6.800 eclesiásticos muertos son muchos, aunque nada de eso habría ocurrido sin la sublevación militar, que quitó los mecanismos de orden del Estado, y si la Iglesia no hubiera tenido una actitud frontal contra la República. La hecatombe anticlerical se paró en diciembre de 1936. A partir de ese momento no se mata al clero y sin embargo, en la otra zona, la Iglesia nunca levantó una voz para detener los miles de asesinatos que se produjeron hasta el último momento en que Franco ganó la guerra. La Iglesia nunca levantó una voz para decir algo sobre los 50.000 asesinados que hubo en la posguerra.
¿Qué término se ajusta al papel de la Iglesia en la Guerra Civil, instigadora o sumisa?
Las primeras proclamas de los sublevados no nombraban a la religión. La Iglesia se ofreció desde el principio. Abrió las puertas de las catedrales a los golpistas, y los sublevados se dieron cuenta del papel fundamental que podía desempeñar la Iglesia como máscara para el exterminio que estaban emprendiendo. La Iglesia practica una triple estrategia. En primer lugar, convierte una guerra en cruzada. Es decir, reverdece el mito medieval por el cual era posible matar en nombre de Dios. En segundo lugar, trata de convencer de que la causa de Franco es la causa de la civilización cristiana y, en tercer lugar, nunca quiso que la guerra acabara con una rendición pactada. Esto es muy importante, porque el Vaticano, a la altura del 37, dio muestras de querer negociar una paz y la Iglesia española defendió la rendición incondicional, humillando y derrotando al vencido.
Tapa de la Constitución de la República Española de 1931
¿Por qué se tardan 30 años en comenzar la reparación? ¿Sigue habiendo dos Españas?
No hay dos Españas, hay muchas más. Hay muchas memorias, y no sólo dos. El gran problema que tiene la sociedad española es que tiene un partido de derecha y una herencia sociológica del franquismo que no quiere reconocer que después de una guerra, que empieza por un golpe de Estado, hubo una dictadura que duró mucho más de lo que duran normalmente las dictaduras que emergen de las guerras, que pasó a cuchillo a los vencidos, que humilló, que atrasó a la sociedad española.
¿El legado del franquismo sobrevive en el PP y en la Iglesia?
Mucha gente que vota en democracia sería incapaz de reconocer que el franquismo fue una dictadura criminal. Sin querer entrar en el tema de los historiadores neofranquistas, ésa es la base social los que compran sus libros. Se sienten reconfortados. Yo puedo recordar a los dinosaurios, o a Carlos V, pero que nadie me toque el franquismo, eso es pasado. Es un tema en el que la sociedad española tiene problemas, igual que el asunto de la bandera o del himno, en la sociedad del siglo XXI, es un tema resuelto. No tiene ningún sentido crear una letra para un himno nacional porque se nos pasó. Esa es o nuestra desgracia o nuestra ventaja, pero no tiene ningún sentido.
*Periodista español. Trabaja para el Diario Público de España. Fue el hombre encargado de las relaciones con la prensa de Pepiño Blanco, Secretario de Organización del PSOE. Trabajo en Europa Press, la Cadena COPE y La Gaceta de los Negocios.
Fuente: Diario Público / España – 18.10.2007