El femicidio como una plaga
Entre enero y agosto en Argentina hubo 39 asesinatos de mujeres que encuadran en aquello que desde hace años ha empezado a nombrarse como femicidio. Los números no son datos oficiales porque las autoridades aún no los relevan. Son cifras compiladas a partir de información de los diarios, pero pueden compararse con datos de otros años. A partir de este mes, Artemisa Noticias publicará los casos de este flagelo enraizado como una de las expresiones más brutales del patriarcado.
Los manuales más elementales de periodismo señalan que una de sus funciones es mostrar, describir, contar la realidad. De ser así, y sin entrar en el debate sobre su objetividad y su parcialidad, puede pensarse que aquello que no se nombra no existe. Se construye la realidad según se la denomina. El lenguaje permite señalar la realidad, interpretarla. Solo un periodismo con perspectiva de Género puede centrar su atención en los femicidios, dar cuenta de su dimensión política y simbólica. Sencillamente esa es la razón de este espacio. Periódicamente intentará poner en palabras y en cifras una realidad que cotidianamente afecta a cientos de mujeres en el mundo.
Todos los días y en algún lugar del universo, una mujer es asesinada sólo por el hecho de ser mujer.
[i]Qué decimos cuando hablamos de femicidio[/i]
La palabra femicidio empieza a aparecer en 1990 en un artículo de la Revista Ms “Femicide: Speaking the unspeakable” de Jane Caputo y Diana E. H. Russell. Ellas sostuvieron que “el asesinato de mujeres es la forma más extrema del terrorismo sexista”. Es así, como acuñaron la palabra femicidio para describir “los asesinatos de mujeres por parte de los hombres, motivados por desprecio, odio, placer o sentido de propiedad sobre ellas”.
[i]Las preguntas sobre la edad[/i]
Las estadísticas son como las fotos. Frente a ellas y con posterioridad pueden aparecer distintas lecturas o interpretaciones. Por eso es interesante observar la edad promedio de las mujeres cuyos asesinatos responden a la definición de femicidio.
Según los datos surgidos del seguimiento de las publicaciones periodísticas sobre 197 casos publicados entre 2004 y 2007 en Argentina, un 13 por ciento de las mujeres asesinadas tenían entre 15 y 24 años.
Los indicadores se repiten en otros países. En Perú, un informe de la prensa con el análisis de 100 femicidios del año 2006 indica que en 25 por ciento de los casos, las víctimas tenían entre 16 y 25 años y un 21 por ciento entre 26 y 35 años. En la conclusión el informe dice “el 46 % de las víctimas son mujeres jóvenes y sexualmente activas”.
La misma conclusión refuerza el estudio de la Dirección de Protección Policial de la Familia (Diprofam) de Carabineros en Chile. De los 51 casos registrados en 2006, la edad promedio de las mujeres se ubica entre los 18 y 30 años, exactamente un 33 por ciento del total.
Solo para afianzar la interpretación que surge de los números, basta echarle un vistazo a un trabajo que realizó el Centro Reina Sofía de España entre el año 2000 y 2003. El relevamiento reunió datos de 40 países y señala que el período de edad en el que se produce el mayor número de femicidios es el comprendido entre los 31 y los 34 años. La edad de las víctimas, por solo tomar una variable que puede explicar el hecho, pone al descubierto que se trata de mujeres jóvenes. Como señalaban aquellos autores del primer artículo publicado en 1990, el femicidio parece ser un mecanismo de control, de oposición a la autonomía de las mujeres porque la edad de las víctimas pone al descubierto que se trata de mujeres que ingresan o se consolidan dentro del mundo laboral o universitario. Existe un patrón del ejercicio del poder eminentemente masculino, que coloca en una situación de vulnerabilidad a mujeres que provocan rupturas de las matrices culturales.
Si es cierto que las estadísticas sirven para describir, proyectar y elaborar respuestas a las problemáticas que pretenden dimensionar será necesario desarrollar instrumentos que permitan tener un registro real y certero sobre los femicidios para erradicar la violencia extrema que se ejerce contra las mujeres.
[i]*Gabriela María Barcaglioni. Licenciada en Comunicación Social. Egresada de la Universidad Nacional de La Plata. Desde 1991 es ayudante diplomada en las Cátedras de Comunicación I y Análisis de la Información. Integró el Equipo de Investigación y Elaboración de materiales periodísticos para la Campaña de 16 días de activismo contra la Violencia hacia la Mujer que patrocinan entre otros organismos OPS, UNIFEM, UNICEF, ISIS INTERNACIONAL, PNUD, CIMAC. Realizó diversos cursos y seminarios vinculados con la problemática de Género, además de participar en Seminarios y Congresos del mismo tenor. Como periodista trabajó en distintos medios de comunicación radiales y gráficos: Radio Universidad de La Plata, Periódico El Guardián, FM Ensenada, Periódico El Rioplatense, Fm Difusión, Diario La Nación, Semanario La Calle, Periódico Haciendo Berisso, Diario Hoy, Semanario El Mundo de Berisso, Revista Mujer Platense, Revista Vasives, Radio Provincia. Publicó FEMICIDIOS: CÓMO LOS MEDIOS CONSTRUYEN LAS NOTICIAS. Femicidios e Impunidad. Campaña globalización y nuevas formas de violencia hacia la mujer con el apoyo de la Fundación Heinrich Boll.[/i]
Fuente: [color=336600]ARTEMISA – 04.09.2007[/color]
El Instituto de la Mujer de España ha organizado la exposición 18 Segundos, un alegato contra la violencia ejercida contra las mujeres. El fotógrafo Iván Hidalgo, con la dirección artística de Alejandro Marcos, han retratado a 18 actrices, comunicadoras, deportistas y personajes de amplio reconocimiento público. Cada 18 segundos una mujer es maltratada en el mundo, según datos de Naciones Unidas.
Fotos: Cristina del Valle, cantante
Archivo adjunto: “La mujer y la violencia en la República Argentina"