El granero y también el supermercado del mundo / Roberto Navarro*
En Argentina se producen cereales, oleaginosas y carne vacuna, porcina, ovina y caprina. También aves, huevos, hortalizas, frutas, azúcar y miel. Además se capturan peces, moluscos y crustáceos. Y la lista sigue. En la extensa geografía nacional se producen centenares de variedades de alimentos. Con cifras de la Secretaría de Agricultura y de cámaras sectoriales y el asesoramiento de profesionales de la Facultad de Agronomía de la UBA, liderado por el investigador Sergio Britos, Página/12 preparó el mapa de la producción de alimentos básicos del país. En total, este año se producirán 135 millones de toneladas, cantidad suficiente para alimentar a 450 millones de personas. Es decir que con el actual nivel de producción se podría abastecer a una población 12 veces más grande que la que habita en la Argentina. Pero en el país existen más de dos millones de personas que no pueden consumir los nutrientes imprescindibles. En Argentina sólo queda el 8,3 por ciento de la producción: el resto se exporta. Aunque la incidencia de las ventas locales es mínima en el resultado de los grandes productores, la suba de los precios internacionales de los alimentos arrastró al alza los valores de los comestibles locales. En ese contexto se inscribe la puja por las retenciones móviles entre el Gobierno y las cámaras empresarias del sector agropecuario. Un Derecho de Exportación más bajo elevaría los precios locales, lo que disminuiría el consumo interno liberando un mayor excedente para exportar.
Argentina no es un país pobre, es un país injusto: la producción de trigo alcanza para elaborar un kilo de pan por día para cada habitante. La de los tambos para tres cuartos de litro de leche por persona por día. Es decir, mucho más de lo necesario. Pero las cifras del Indec muestran que más de dos millones de argentinos no consumen los nutrientes imprescindibles y hay consultores privados, como el sociólogo del Conicet, Agustín Salvia, que eleva esa cifra a cinco millones de personas. Sergio Britos, licenciado en nutrición y docente de la UBA, explicó a Página/12 que “Argentina produce el equivalente a 26.000 calorías diarias por persona, pero sólo consume en promedio 2300. Con el excedente se podría alimentar a 410 millones de personas más”, poco menos que la población de la Unión Europea.
La producción de carne vacuna, porcina, ovina y caprina es suficiente para que consuma medio kilo de carne diario por persona. También se produce lo suficiente para que cada argentino pueda comer un kilo de verdura y medio kilo de frutas por día. Una primera lectura invita a pensar que ante semejante abundancia de oferta los precios de los alimentos deberían ser bajos. Pero no es así. Desde mediados de 2007, el precio internacional del trigo, el maíz, la soja y el girasol –los cuatro granos de mayor incidencia en la canasta alimentaria– aumentaron un promedio del 75 por ciento. En ese período, en una de las cadena de supermercados que apunta a las clases populares, el paquete de un kilo de la harina aumentó 117 por ciento; los fideos, 116 por ciento; los huevos, 58 por ciento y la carne subió un 46 por ciento.
En marzo de 2002 Página/12 presentó el primer mapa de la producción de alimentos básicos del país, con las mismas características que el de hoy. En ese momento, se producían 99 millones de toneladas, que alcanzaban para satisfacer las necesidades alimentarias de 330 millones de personas. Seis años después el país puede alimentar un 36 por ciento más de personas. Sin embargo, el Ministerio de Desarrollo Social aumentó las partidas destinadas a distribución de alimentos gratuitos entre 2006 y 2007 en un 23 por ciento, pasando de 752 a 926 millones de pesos. Y según una encuesta realizada por la cartera de Salud, el 32 por ciento de los niños y niñas menores de 12 años del país tuvo que recibir algún tipo de asistencia alimentaria durante 2007. En el Gran Buenos Aires el 40,7 por ciento de los niños recibió alimentos en comedores, colegios o en sus casas. Y, aunque como se cita más arriba, en el país se produce el equivalente a tres cuartos de litro de leche por persona diarios, el 29 por ciento de los menores de dos años recibió leche en polvo de algún plan alimentario durante el año pasado. Este registro se elevó al 51 por ciento de los chicos en el noreste argentino y al 54 por ciento en el noroeste.
El país produce una enorme cantidad de alimentos, pero los vende a precios cada vez más lejanos del bolsillo popular. Por eso terminan en las mesas de habitantes de países que sí pueden pagarlo. En la última década las exportaciones de carne vacuna aumentaron un 92 por ciento. Los principales compradores son Alemania, Holanda, Italia y Gran Bretaña, países con un ingreso per cápita promedio de 4000 dólares mensuales, diez veces más que el promedio local. Desde la salida de la convertibilidad el precio del novillo en el Mercado de Liniers aumentó 450 por ciento y el salario promedio, 152 por ciento. De todas maneras, el precio del kilo de carne es carísimo para el consumidor argentino. Al productor le sigue conviniendo exportarlo a tres dólares que venderlo en el mercado interno.
Los especialistas consultados por este diario coincidieron en que la producción nacional de alimentos no sólo es importante en cantidad, sino también en variedad y calidad. Además de ser el primer exportador mundial de aceite y también el primero de girasol, es el segundo en ventas externas de maíz y maní y el tercero de soja. Pero en los últimos años se convirtió además en el líder en los mercados internacionales de miel, de peras y de limones. También está avanzando rápidamente en el ranking de ventas de arándanos y de productos orgánicos. En pocos años se convirtió en un jugador importante en el mercado de aves. Y está exportando incluso equinos, conejos, búfalos y ñandúes.
Cuando este diario realizó el primer mapa de la producción en el 2002 el campo producía 72 millones de toneladas de granos en 28 millones de hectáreas. Dentro de esa misma área también se alimentaban 50 millones de cabezas de ganado. En la actualidad se utilizan 30,3 millones de hectáreas para producir un 32 por ciento más de granos. Y la producción de carne, aún con un pequeño aumento en la cantidad de cabezas, creció un 50 por ciento. Semejante aumento de la productividad, sumado al impresionante incremento de los precios internacionales, llevaron a que entre el sector agropecuario y el agroindustrial participaran en el 60 por ciento de las exportaciones del año pasado y fueran los responsables del 70 por ciento del crecimiento de las ventas externas de 2007 con respecto a 2006.
En total, entre alimentos primarios y manufacturados, el año último se exportó por 28.800 millones de dólares. La contracara de ese boom la ofrece la Encuesta Nacional de Nutrición del Ministerio de Salud, que precisa que “el 34,5 por ciento de los niños de entre 6 y 72 meses sufren de anemia por recibir una ingesta inadecuada”. Además, precisa que “el 28 por ciento de estos chicos no consume la cantidad suficiente de calcio, al 19,8 por ciento le falta hierro y al 23,8 por ciento le falta vitamina A, por consumir poca carne, verduras, huevos y lácteos”.
[i]*Roberto Navarro escribe regularmente para Página/12 (Argentina)[/i]
Archivos adjuntos:
*Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (Ministerio de Salud - 2004/2005)
*"El estado de la inseguridad alimentaria" (FAO - 2005)
Fuente: Página 12 – 18.05.2008