Obsesionarse con la inflación
La crisis arroja importantes implicancias de política económica. La política monetaria no debe tener como único objetivo la inflación. La estabilidad de precios no es suficiente, es necesario prestar atención a otras variables como el tipo de cambio. La coordinación entre las políticas monetaria y fiscal es vital. Esta última debe utilizarse tanto en el corto como en el largo plazo. El sector financiero debe estar al servicio de la economía como un todo, y del sector productivo en particular. Los bancos deben responder a las necesidades de sus clientes antes que ofrecer ganancias de corto plazo a sus accionistas y una enorme rentabilidad para ellos mismos. Es necesario una mejor y mayor regulación del sistema financiero que vuelva a separar los bancos de inversión de las entidades comerciales. Algunos elementos complementarios para esas reformas son los impuestos para el sector financiero, la abolición de las calificadoras de riesgo. La estabilidad financiera continúa siendo un gran problema y los avances en materia de regulación son extremadamente lentos y pobres.
Página/12 - 7 de octubre de 2012