'Fumata roja' sin sorpresas
Tras el anuncio, Xi se ha erguido, se ha inclinado por dos veces ante los diputados y le ha dado un apretón de manos a su predecesor, Hu Jintao, sentado a su derecha. Si se cumplen los protocolos del régimen comunista, Xi liderará la nación más poblada de la tierra durante la próxima década.
La Asamblea, que se clausura el próximo domingo, ha elegido, además, a Li Yuanchao –ex jefe del poderoso Departamento de Organización del Partido Comunista Chino (PCCh)- como vicepresidente. Antes, Zhang Dejiang, ha sido nombrado presidente de la APN. Otros cargos de menor importancia también han sido asignados durante la jornada.
Mañana está previsto que Li Keqiang dé el relevo a Wen Jiabao como primer ministro del Gobierno, completando así una transición de poder que se inició en el pasado mes de noviembre en el XVIII Congreso del PCCh.
Xi Jinping, el hijo de uno de los guerrilleros que hizo la Larga Marcha con Mao Zedong, se enfrenta a enormes desafíos al frente de la segunda economía del planeta. En los próximos 10 años, China podría convertirse en la primera economía del mundo o estancarse en la anemia económica, la destrucción medioambiental y los disturbios sociales.
Xi es el primer presidente que pertenece a la aristocracia roja. Su padre, Xi Zhongxun, dirigió la provincia de Cantón, en el sur, cuando el país comenzaba a experimentar con el capitalismo. Antes, sin embargo, durante la Revolución Cultural, Xi sufrió en su propia piel la purga de su progenitor y tuvo que partir durante siete años al campo a «aprender de los campesinos», como millones de jóvenes de su generación.
El Mundo de España - 14 de marzo de 2013