Política monetaria en los países desarrollados y flujos de capitales: la evidencia reciente

BCRA
En sólo unos pocos meses —entre abril y junio de este año— las decisiones de los bancos centrales de dos potencias industriales repercutieron mucho más allá de sus jurisdicciones respectivas. El nuevo programa económico lanzado por el gobierno de Japón, que incluye una expansión monetaria de proporciones por parte del Banco de Japón, y el anuncio de la Reserva Federal de los Estados Unidos —recientemente morigerado por la última minuta publicada— de analizar un comienzo del retiro del estímulo monetario vía compra de activos, ha tenido consecuencias que exceden largamente las condiciones macroeconómicas nacionales, extendiéndose hacia otras regiones.

En particular, vuelve a advertirse la gran influencia que los factores de liquidez global tienen sobre los flujos de capitales, especialmente en las economías en desarrollo. Como ha señalado una extensa literatura empírica, los factores externos son disparadores muy significativos de entradas y salidas de capitales; la coyuntura sólo corrobora su papel preponderante.

El Banco de Japón (BoJ) anunció en abril pasado que planea duplicar la base monetaria en los próximos dos años, realizando operaciones de mercado abierto por el equivalente a US$70.000 millones mensuales; también incrementará sus tenencias de bonos del tesoro japonés, extendiendo su vencimiento. Los efectos sobre las economías de Asia y Oceanía no se hicieron esperar, advirtiéndose una presión hacia la apreciación de sus monedas (ver Gráfico 1): los bancos centrales de Australia, Tailandia, Corea del Sur, Taiwán, Israel y Nueva Zelanda, entre otros países, reaccionaron en un mismo sentido, ya sea interviniendo en el mercado de cambios o influyendo sobre el mismo al reducir el diferencial de tasas de interés con las economías industriales.

Informe macroeconómico y de política monetaria (BCRA) - Julio 2013

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