A propósito de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa
Marcelo F. Rodríguez*
Cuando nos enfrentamos a masacres como la de Ayotzinapa, las mismas interpelan la razón, ponen a prueba nuestra capacidad de comprensión ante la barbarie que es capaz de ejercer el poder en pos de sostener el sistema de explotación que garantiza sus intereses y sus prebendas.
Pero inmediatamente, la larga historia de genocidios, masacres y planes sistemáticos de aniquilación que se han desarrollado en nuestro continente, a partir de esa conquista a sangre y fuego sucedida hace más de 5 siglos y aún quiere ser presentada bajo una pretendida imagen romántica y aventurera que encierra el concepto del “descubrimiento de América” demuestra su plena vigencia en el siglo XXI.
Pueblos originarios, mestizos, pobres, revoltosos, revolucionarios o “sospechosos de” siguen siendo las victimas y los objetivos del poder que, con represiones como esta, busca periódicamente disciplinar y atemorizar a quienes osan luchar por sus derechos en nuestramérica.
El día 26 de septiembre de 2014, en Ayotzinapa, municipio de Iguala de la Independencia, estado de Guerrero, una grupo de alrededor de 80 estudiantes normalistas fueron reprimidos, varios de ellos muertos y 43 desaparecidos, por el accionar cómplice de políticos, policías municipales, ejército y narcotraficantes que buscaron ocultar su accionar incinerando los cuerpos.
*Sociólogo. Director Adjunto del Centro de Estudios y Formación Marxista Héctor P. Agosti del Partido Comunista de la Argentina, CEFMA
Artículo publicado en Cuadernos Marxistas - Mayo 2015
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