Economía política para todos. Una mirada desde la periferia
Son ideas funcionales a la puesta en marcha de procesos de acumulación en sentido amplio, fundados en la movilización de los recursos propios disponibles. Conciben las empresas y préstamos extranjeros como subsidiarios del proceso de acumulación asentado en la preservación del dominio de las actividades más rentables y fuente principal de la ampliación de la capacidad productiva.
2. El abordaje de la realidad y la formulación de las propuestas se realizan tomando en cuenta la complejidad de la realidad social y del proceso histórico. Un buen análisis siempre tiene una fuerte perspectiva interdisciplinaria e histórica que vincula la trayectoria de las variables económicas a los otros datos constitutivos del orden económico y social. Las mayores contribuciones al pensamiento económico siempre tienen este rasgo interdisciplinario, frecuentemente realizado dentro de una misma cabeza.
3. El adecuado tratamiento de las relaciones existentes entre el orden interno y su contexto externo. Dicho en otras palabras, entre el desarrollo nacional y la globalización. Las restricciones y condicionantes exógenos, impuestos por la globalización, plantean desafíos y oportunidades a las cuales deben responder los países y su Estado nacional. Este cuenta con múltiples instrumentos de acción tales como la fijación de los marcos regulatorios dentro de los cuales operan los agentes económicos y sociales, las políticas activas destinadas a influir en las asignación de los recursos y la distribución del ingreso y empresas públicas productoras de bienes y servicios que interactúan con las firmas privadas y pueden proyectarse al mercado internacional. Las políticas públicas resultan así fuertemente influidas por las tendencias globales del comercio, las inversiones y las finanzas y por el marco regulatorio de las relaciones internacionales. La distribución del poder en el orden mundial y los conflictos de diversa naturaleza que afectan la paz y la seguridad condicionan también el campo de maniobra, dentro del cual se desempeñan los Estados nacionales. Influyen, asimismo, en la vulnerabilidad externa (como en los casos de la deuda o los desequilibrios del comercio exterior) que caracterizan las situaciones de subdesarrollo. En resumen, el orden global proporciona un marco de referencia para el desarrollo de cada país. Pero la forma de inserción en su contexto externo depende en, primer lugar, de factores endógenos, propios de la realidad interna del mismo país. La historia del desarrollo económico de los países puede relatarse en torno de la calidad de las respuestas a los desafíos y oportunidades de la cambiante globalización a lo largo del tiempo.
Esta obra de Diego Rubinzal contiene esas tres condiciones fundamentales y, por lo tanto, en la tradición clásica, es un texto de “economía política”. Observa la realidad y formula sus propuestas desde una perspectiva nacional, un abordaje que no se reduce al análisis de las variables económicas y, por último, el tratamiento de la economía argentina en el contexto de sus relaciones internacionales. Su amplitud y ambición da respuesta a cuestiones principales y deja abiertos interrogantes que le plantean al autor una rica agenda de investigaciones futuras. Ente ellas, su visión sobre la trayectoria de la economía argentina después de la crisis terminal del 2001, momento en el cual concluye el contenido de la obra.
Este libro es una importante contribución al pensamiento económico en el país y un ejemplo de la importancia de vincular la docencia con la investigación.
Es accesible, asimismo, “a todos” aquellos interesados en la “economía política”. Agradezco a su autor la invitación para formular breves reflexiones preliminares a este importante libro.