Agricultura familiar: política pública y desarrollo nacional

Con el regreso de la democracia a nuestro país, los pequeños productores campesinos y familiares fueron recuperando sus organizaciones o creando nuevas, hasta alcanzar una significativa representatividad. Varios programas públicos se ocuparon, con diferentes enfoques, de este sector social agrario. Desde 2006, bajo la denominación de agricultura familiar, alcanzaron expresión en el Estado, hasta llegar actualmente a la existencia de una Secretaría específica en el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca. La cuestión de sus problemáticas y de las políticas públicas a ellas referidas es un asunto de gran importancia para dicho sector, pero también, para la consideración de los principales problemas económicos, sociales y ambientales en el ámbito agropecuario de la Argentina.

La sanidad animal en la agricultura familiar

En esta oportunidad compartimos todo lo que dejó la Primera Mesa de la V Jornada “La problemática agraria en la Argentina”

La ganadería es una de las actividades más productivas en el nivel de la agricultura familiar. En todas las regiones del país, de la Puna a la Patagonia, los pequeños productores se dedican a actividades pecuarias, desde la ganadería bovina para carne y leche, hasta animales menores como caprinos, ovinos y porcinos, entre otros. En esta mesa redonda surgirán temas relevantes de la producción ganadera en el marco de la agricultura familiar y se identificarán y analizarán las principales problemáticas relacionadas con la sanidad animal, que en muchos casos constituye una restricción para su crecimiento.

Agricultura Campesina para la Soberanía Alimentaria

Uno de los réditos del Año Internacional de la Agricultura Familiar que propició la ONU en el 2014, con el trasfondo de la crisis alimentaria, es haber contribuido de alguna forma a visibilizar el debate entre el agronegocio y la agricultura campesina, que se mantenía en sordina por la simbiosis establecida entre el primero y el poder mediático.

En el plano oficial, por decir algo, el Director general de la FAO, José Graziano da Silva, en su discurso de apertura del 24 período de sesiones del Comité de Agricultura (COAG) en Roma, expresó: “Los responsables políticos deben apoyar una amplia gama de enfoques para reformar los sistemas alimentarios mundiales, haciéndolos más saludables y sostenibles y reconocer que ‘no podemos confiar en un modelo intensivo de entrada para aumentar la producción y que las soluciones del pasado han mostrado sus límites’… (y) solicitando un ‘cambio de paradigma’, dijo que los principales desafíos de hoy en día son reducir el uso de insumos agrícolas, especialmente el agua y los productos químicos, con el fin de lograr una agricultura, una silvicultura y una pesca más sostenibles y productivas a largo plazo”1.

Agriculturas campesinas en Latinoamérica

El término agricultura campesina ha sido discutido. Algunos prefieren hablar de agricultura familiar o de agricultura de pequeña dimensión. Se puede opinar de varias maneras, pero lo esencial es el contraste entre una agricultura organizada de manera “industrial”, en función de la lógica del capital, o una producción orientada por campesinos autónomos con una perspectiva holística de la actividad agrícola (incluyendo el respeto de la naturaleza, la alimentación orgánica, la salvaguardia del paisaje); en otras palabras, una agricultura orientada por el valor de uso versus una actividad agraria basada sobre el valor de cambio.

Modos de producir alimentos

Nada mejor que rememorar el 17 de abril, Día Internacional de la Lucha Campesina que recordando que este sector social no sólo “lucha” por sus territorios sino que pone a disposición de la sociedad un modo de producir alimentos que no contamina, preserva la tierra y, como dijo Vía Campesina en la Cumbre de Copenhague de 2009, “enfría el planeta frente al recalentamiento global”. No es la única forma de producción agraria alternativa al “agronegocio” (cuyo paradigma es la expansión sojera); la Argentina sostuvo su desarrollo agrario, agroexportador, con un tercer modelo que fue “el chacarero” o farmer en la bibliografía anglosajona.