Anuncio del proyecto de Ley sobre propiedad, posesión o tenencia de tierras rurales.
Muy buenos días a todos y a todas.
Señor gobernador de la provincia de Buenos Aires; señores dirigentes de la Unión Industrial Argentina (UIA); señores dirigentes de la Confederación General del Trabajo (CGT); Madres y Abuelas de Plaza de Mayo; dirigentes de organismos de los Derechos Humanos; senadores; legisladores: tal cual lo habíamos anunciado en nuestro discurso a la Asamblea Legislativa del 1º de Marzo, vamos a remitir hoy el proyecto de ley, a nuestro Parlamento Nacional, acerca de la protección del dominio nacional de las tierras rurales, una demanda largamente acariciada por muchísimos sectores de la vida nacional y hoy convertido, sin lugar a dudas, en un escenario internacional absolutamente diferente al de apenas 15 años atrás, no solamente es una demanda de fuerte contenido nacional sino fundamentalmente en la protección de un recurso estratégico no renovable como va a ser y como ya es en este siglo XXI la tierra. Más especialmente obviamente en la República Argentina donde hemos sido bendecidos por Dios precisamente con un territorio no solamente muy amplio, que nos convierte en el octavo país del mundo en extensión, sino además por la calidad de nuestras tierras y lo que somos capaces de obtener los argentinos de ellas.
El proyecto es muy sencillo, porque habíamos trabajado con el ministro de Agricultura y Ganadería, que se sonríe, con una comisión de juristas importantes habíamos llevado a cabo casi un compendio que seguramente iba a desatar discusiones de toda índole, porque también planteaba cómo debía usarse la tierra y mi larga experiencia como legisladora me indica que cuando uno quiere sacar una ley perfecta termina sacando cualquier cosa y no termina cumpliendo el objetivo principal.
Por eso esta es una ley de pocos artículos pero que tiene por objeto precisamente eso, conservar en el domino nacional. Fíjense que no digo estatal, digo nacional, para que no haya ninguna confusión y que después empiecen a decir estatismo, no, esta es una cuestión de todos los argentinos y fundamentalmente de aquellos que tienen capacidad para invertir y para hacer producir esa tierra en beneficio de todos nosotros.
Por eso es una ley sencilla, que además obviamente es perfectible, discutible como toda ley para mejorarla, no estamos cerrados a ella, con una limitante de 1.000 hectáreas para la tenencia extrajera, que luego habrá también que adecuarla de acuerdo a las zonas, porque estamos hablando de 1.000 hectáreas y no es lo mismo la región núcleo Pampa Húmeda que en el Sur o la Patagonia. Pero en definitiva también, y debemos decirlo, tenemos un déficit los argentinos, un profundo déficit de información acerca de cuál es el estado dominial de nuestras tierras rurales. En principio porque como todos ustedes saben los registros de propiedad son de carácter provincial, y por lo tanto también esta ley crea la necesidad de un Registro Único Nacional de Tierras Rurales en el ámbito del Ministerio de Justicia para precisamente poder tener un cuadro de situación acerca de todo esto, porque el límite del dominio extranjero es del 20 por ciento de lo que puede ser la totalidad de las tierras rurales. No sabemos si esto ya está cumplimentado o si todavía hay excedente que pueda objeto, por ejemplo, de compra venta con sujetos extranjeros. Esto, en el siglo XXI, siendo el octavo país del mundo y teniendo a la producción agrícola-ganadera como uno de nuestros puntales en materia económica, los argentinos todavía no lo sabemos.
Por eso estamos enviando esta ley al Parlamento que esperamos sea tratada con mucha celeridad y fijándonos también, en el propio texto de la ley, un plazo de apenas 180 días para poder hacer ese catastro nacional. (Aplausos)
También debo aclarar que esto no afectará los derechos ya adquiridos. Esto quiero que quede absolutamente claro, porque si no significaría cambiar las reglas de juego y perjudicar a aquellos que adquirieron de buena fe con reglas que estaban vigentes hasta ese momento y esto hablaría de un país poco serio. Esto aún cuando resulte del catastro que hay más de un 20 por ciento no va a afectar a aquellos que adquirieron sus derechos legítimamente, porque queremos ser eso, un país normal, un país serio, porque un país normal y un país serio defiende, cuida y protege su patrimonio nacional. (Aplausos)
Tal es así que quiero comunicarles -vieron que los argentinos siempre tenemos esa vocación de ser los primeros y los originales en todo- que en esto no somos nada originales, nos hemos copiado de Brasil, de Canadá, de Estados Unidos, de Francia, de Italia, como ustedes verán los países comúnmente denominados del Primer Mundo que tienen fuertes restricciones a la adquisición por parte de extranjeros de sus propias tierras, en países que por cierto no el caso de Estados Unidos, Canadá o Brasil, que son países también extensos territorialmente, pero sí por ejemplo los de Europa que son mucho más pequeños, con lo cual tampoco somos originales.
En aras de todo esto es que estamos enviando este proyecto que además quiere ser también un instrumento importante, muy importante, para los hombres y mujeres con capacidad de inversión en la República Argentina, de nuestro empresariado nacional, un empresariado nacional que junto con los trabajadores y las políticas macroeconómicas diseñadas a partir del año 2003 han sido, creo, los grandes protagonistas de este crecimiento económico sin precedentes en nuestra historia.
Aquí tengo algunas informaciones provistas por nuestro Banco Central que nos hablan, para la etapa 2003-2010 de un crecimiento de nuestro Producto Bruto Interno del 79,5 por ciento, casi 80 por ciento, pero con el gran protagonista en ese rubro del mercado interno. El consumo privado -y quiero leerlo para no equivocarme en una sola cifra- significó el 50,7 de ese crecimiento; la inversión privada el 29.7; el consumo público, esto es la intervención del Estado a través de las obras de infraestructura, a través por ejemplo de la compra de 45 millones de libros para uno de los rubros que medimos, el de impresiones y ediciones, o el de netbooks también, todo lo que el Estado interviene a través de obra pública o de compra, significó 8.2 de ese crecimiento en estos tiempos. Las exportaciones netas nos dieron negativas, con lo cual ahí está el gran desafío que tenemos los argentinos, empresarios, trabajadores y Estado para esta etapa que viene. Pese a haber también un crecimiento exponencial de las exportaciones entre el año 2003 y el año 2010 de 25.000 millones de dólares a 68.000 millones de dólares, el saldo del período, que veníamos muy deprimidos, nos da menos 9,6 en lo que es balanceo de expo e impo en materia de crecimiento, con lo cual nos lleva a todos a redoblar el esfuerzo en seguir agregando valor y conquistando nuevos mercados. En esto ha tenido que ver obviamente el descenso terrible de la desocupación del 24.1 en el año 2003 a 7,3 en el último trimestre medido del año pasado, y también el crecimiento de los salarios reales que nos convierte en vanguardia absoluta en América latina. Y cuando digo América latina digo toda América latina. (Aplausos)
Tengo un gráfico que seguramente vamos a alcanzar luego a las entidades madres de uno y otro sector, del trabajo y de los industriales, de los empresarios, que habla muy claramente -yo no sé si la cámara lo podrá tomar- pero los países que se han medido son Brasil, Colombia, México, Perú, Chile y Argentina. Como ustedes verán la muestra es muy representativa y es desde Estados Unidos para abajo. Ustedes podrán observar una línea colorada que es la República Argentina, todas estas otras líneas que están muy juntitas son el resto de los países, solamente fuimos superados en el período 1994 al 2003 en materia de salarios por Brasil, que es la línea negra que va desde 1995 al año 2003. A partir de ese año la República Argentina, sus trabajadores, comienza a mejorar notablemente su poder adquisitivo y se convierte hoy en el mejor salario de América latina, que nos permite decir -y lo digo con mucho orgullo- que a fines del 2010 los trabajadores están participando en el 48,1% del producto bruto interno del país. (Aplausos).
Si miramos que partimos del 34,3 por ciento, 34,3 llegó a caer la participación de los trabajadores en el año 2003 en la República Argentina, y si lo comparamos con Estados Unidos, porque todos van a decir lo comparó de México para abajo; si lo comparamos con Estados Unidos tenemos tres cifras que son importantes: en 1980 el ingreso por habitante relativo a Estados Unidos era del 39,8%, de un habitante de la República Argentina, en el año 2002 el ingreso por habitante relativo cayó al 21,5 en relación a Estados Unidos y hoy en el 2010 el ingreso se recuperó en un 53% al 33,1%, cercano a lo que estábamos en 1980.
También podríamos hablar de los balances de las empresas argentinas que han registrado rentabilidades altísimas, porque esto no ha sido únicamente para los trabajadores, esto también ha sido para las empresas, lo cual nos pone muy contentos, que los trabajadores participen y tengan mejores salarios y que nuestros empresarios ganen mucho dinero. Primero porque así pagan impuestos, segundo porque generan puestos de trabajo, generan riqueza y retroalimentan el mercado, retroalimentan la actividad económica.
¿Por qué digo todo esto y qué tiene que ver con la tierra? Tiene que ver con seguir impulsando políticas activas e instrumentos que puedan asegurar y dar sustentabilidad en el tiempo a este modelo. El tema de la tierra, de su tenencia, de su dominio ya es una cuestión estratégica y se convierte en una cuestión vital en este siglo XXI.
Y también, por qué no decirlo, me gustaría la semana entrante reunirme con la nueva comisión directiva de la Unión Industrial Argentina, así que van a ser invitados, De Mendiguren, ya le advierto desde aquí, y también nos vamos a reunir con la CGT. Es necesario articular el diálogo y también hacerlo en el marco de las políticas con números, en el marco de las políticas con perspectivas y con proyección a futuro para seguir creciendo, nada le interesa más a esta Presidenta que seguir creciendo y que este modelo siga siendo ampliamente sustentable. (Aplausos).
Es un compromiso que tengo con mi país, con el pueblo, como Argentina, pero también es un compromiso que tengo con quien ya no está hace exactamente seis meses. Una mañana como ésta partió y también por esas raras casualidades, esas licencias que se toma el almanaque, hoy también se cumplen ocho años exactos de la elección. Esa elección tuvo lugar un día domingo, lo recuerdo muy bien, nosotros estábamos en Santa Cruz y esperamos hasta último momento para ver si habíamos salido segundos y entonces poder competir en un eventual ballotage. Lo recuerdo muy bien porque como siempre -perdónenme si les cuento estas cosas pero siento necesidad de hacerlo- esperamos, como siempre lo hacíamos cuando esperábamos resultados electorales durante años en nuestra provincia, y una vez que se confirmó nuestra participación en una eventual segunda vuelta fuimos al Salón Blanco, allá también hay un Salón Blanco, más lindo que éste, bueno, a mí me gusta más aquél, allá no recuerdo la figura de ningún dictador fuerte como recuerdo acá, por eso hice este Salón de las Mujeres. (Aplausos)
Recuerdo que como siempre abrimos las puertas del Salón Blanco, entró toda la gente, nos subimos a una mesa grande, de ahí hablamos y luego salimos -¿te acordarás Tito?- a recorrer las calles de la ciudad como siempre lo hacíamos cuando festejábamos los triunfos que nosotros decíamos eran triunfos populares, triunfos electorales. Ocho años que comenzó un sueño largamente acariciado que era poder llevar a la práctica ideas que habíamos tenido desde muy jóvenes, no solamente nosotros sino mucha gente más en el país, que no tuvo la suerte, la inmensa suerte que tuvimos nosotros, primero de poder hacer cosas, yo creo que no debe haber nada más grande para un ser humano que poder hacer cosas y verlas, ver cómo le hacen cambiar la vida a los demás y cómo mejoran el entorno de cada uno. Yo siempre decía que tendría que haber sido arquitecta porque eso de hacer cosas, mirarlas y verlas y que otros las puedan disfrutar, habitarlas, caminarlas, usarlas económicamente, socialmente, creo que es una posibilidad de transformación muy grande.
Y bueno, realmente siempre cuando era legisladora y daba mis discursos por ahí flamígeros acerca de cómo debía ser el país, muchos me miraban y pensaban "esta lo dice porque nunca va a ser gobierno", lo decían, y alguna diputada -no voy a decir su nombre- que se sentaba muy cerca mío me lo decía. Pero bueno, demostramos eso que creo es lo más importante, que se podía tener ideas, no dejarlas en la puerta de la Casa de Gobierno, como decía él, y llevarlas a la práctica en un programa de gobierno visible, ejecutable, viable y con resultados verificables al cabo de ocho años. No estamos hablando de cosas que nos parece que se pueden hacer, estamos hablando de las cosas que hemos hecho y que parecían increíbles en estos ocho años. (Aplausos)
Por eso es mucho lo que el país ha avanzado pero a mí me desvela otra cuestión, a mí me desvela que este inmenso esfuerzo colectivo y también inmenso esfuerzo personal, y hasta familiar les diría, no caiga en saco roto y luego..., no voy hablar de la deuda, de la reestructuración, fundamental en todo lo que se ha podido hacer, de la asignación universal por hijo, de la asignación por embarazo, que son puntales y pilares, pero que se pudo hacer también porque pudimos recuperar la administración de los recursos de los trabajadores. Había 20 millones de proyectos de Asignación Universal por Hijo pero para eso hace falta plata como para todo, para hacer las obras, los caminos, las escuelas, las viviendas, las asignaciones, para mejorar los sueldos de los jubilados, para hacer las obras que se necesitan para que el país funcione, para al mismo tiempo seguir pagando lo que debemos después de la reestructuración y al mismo tiempo seguir reinvirtiendo, para esto solamente, sobre todo para la Asignación Universal por Hijo y para tener una mejora dos veces por año para nuestros jubilados fue necesario recuperar la administración de los recursos de los trabajadores, cuyo fondo hemos duplicado en dos años frente a los 12 años de admiración privada. (Aplausos).
Necesitamos entonces que estas cosas se institucionalicen y se internalicen fundamentalmente en nuestra sociedad, en nuestros empresarios, en nuestros trabajadores, porque la conflictividad no puede arruinarnos el modelo, la conflictividad no puede, como nos sucedió en la provincia de Santa Cruz, en la República Argentina, al sector empresario, perder luego de 24 días de huelga 300 millones de dólares, 103 millones de dólares la actividad privada, 120 ó 150 millones de dólares el Estado Nacional en cobrar sus impuestos y también la provincia de Santa Cruz que perdió millones de dólares, ni siquiera por un reclamo salarial sino por una cuestión intrasindical.
Yo quiero que también haya un replanteo por parte de todos nosotros acerca de cómo abordamos los problemas de conflicto social, de puja por la distribución del ingreso, que es normal y que es natural, y también a los empresarios, que han tenido excelentes rentabilidades y que entonces es necesario comprometer a los trabajadores en la obtención de mayor grado de rentabilidad para poder mejorar entre todos el funcionamiento del modelo. Todos tenemos que poner algo y seguir poniendo algo para que esto funcione, es imprescindible, a nosotros nos encanta que las empresas tengan mucha rentabilidad, por eso hemos ayudado a las empresas en los proyectos del Bicentenario dando créditos, por eso decidimos seguir apostando desde el Estado a formar parte de importantes empresas argentinas a través del fondo de sustentabilidad de garantía y con los paquetes accionarios, para poder tener mucha rentabilidad y ayudar a esas empresas si es necesario a que tengan mayor grado de rentabilidad. Cómo no nos va a convenir si estamos aumentando la garantía para nuestros trabajadores y para nuestros jubilados, si nos está permitiendo por ahí tener excedentes para poder destinarlos también a una eventual institución, como decía ayer en su discurso el señor titular de la UIA, un banco de desarrollo o algún instituto, banco de desarrollo nos trae por allí algunas cosas..., en fin, el nombre es lo de menos, no podemos hacer cuestiones por una mera semántica, pero instrumentos que realmente sigan apuntalando la producción, la inversión, la generación de empleo.
Ayer mismo recibía al titular de la Fiat global, que como ustedes saben ahora no solamente es Fiat, anunciando una inversión en la Argentina, porque los argentinos estábamos importando tractores y sembradoras, es como si importáramos soja, realmente no tiene sentido, por eso también vamos a seguir muy firmemente comprometidos en una política de protección al desarrollo del trabajo y la industria nacional porque está en nuestro ADN el que haya mayor valor agregado. (Aplausos).
Por eso, hace ocho años empezaba un sueño y hoy ya no es un sueño, es una realidad que tenemos que fortalecer, que tenemos que profundizar y que tenemos que ampliar, tiene que ser más amplio el universo de todos aquellos que compartan este modelo, porque no es un modelo que tenga marca o registro partidario, creo que le hemos dado un registro y una marca argentina, la A de Argentina como decía ayer. (Aplausos)
Creo sinceramente que el mejor homenaje que le podemos hacer a aquellos que fueron los que se atrevieron contra viento y marea, y algunas cosas más también, porque viento y marea es casi un eufemismo, hay cosas bastante más duras y más terribles en Argentina que el viento y la marea, aquellos que se atrevieron aún contra la difamación, contra la calumnia o la injuria como método permanente para denostar a una gestión de gobierno o denostar a una persona, que se atrevieron en donde nadie se atrevía, creo que merecen el homenaje de todos nosotros. El mejor homenaje es este, seguir trabajando y poder lograr precisamente que este país que hoy tenemos siga creciendo, siga incluyendo, porque todavía estos son salarios de los que tienen trabajo formal, no nos olvidemos que tenemos todavía más de 2 millones de argentinos que están por debajo de la línea de pobreza y también más de medio millón bajo la línea de indigencia y otros que no tienen tan buenos salarios porque si bien están registrados están con salarios mínimos o tienen salarios y no están registrados. Por eso el esfuerzo es de todos. Yo sé que muchas veces es difícil porque las propias corporaciones, y cuando hablo de las corporaciones no estoy hablando peyorativamente, las corporaciones existen, están los partidos políticos, están las corporaciones, no lo hago peyorativamente. ¿Qué es lo que muchas veces sucede? Que la propia dinámica de la representación sectorial te impide por ahí visualizar al conjunto, ver cómo funciona el modelo y entonces terminás destruyendo por una puja corporativa el mecanismo de relojería de cómo funciona el modelo. Por eso estamos los que tenemos responsabilidades desde la política, para velar por el conjunto y mirar el funcionamiento del conjunto y por sobre todas las cosas de los más débiles y de los que todavía nos falta llegar, otro gran compromiso.
Por eso el día de hoy estamos dando un paso más en algo muy importante como es el dominio nacional de nuestro recurso no renovable estratégico como es la tierra y muchos pasos más deberemos dar para seguir consolidando un país que yo estoy segura, si lo hacemos bien, va a ser uno de los grandes protagonistas del siglo XXI, ésa es por lo menos la ambición de esta Presidenta. Antes pensaba cambiar el mundo, ahora quiero que la Argentina ocupe el lugar que por su historia, que por sus recursos humanos, que por todos los que ya no están se merece. En nombre de todos muchas gracias y muy buenos días a todos y a todas.