Balada para un loco
La capacidad intelectual de Francisco Macrì, quien murió el sábado 2 de marzo al borde de los 89 años, variaba según la conveniencia de sus hijos, el Presidente de la Nación y sus hermanos Gianfranco y Mariano Macrì.
En diciembre de 2018, Francisco Macrì fue relevado de prestar declaración indagatoria ante el juez federal Claudio Bonadío en una de las colectoras de la causa madre sobre la cartelización de la obra pública. Un fulminante peritaje médico sostuvo que no estaba en condiciones de comprender de qué se lo acusaba y, en consecuencia, de defenderse. Sin embargo, pocos meses antes aprobó la distribución de 2.257.815 libras esterlinas a los accionistas de Macrì Group LLP, compañía británica de la cual el patriarca del clan posee el 75% de los derechos de voto, según los documentos que acompañan esta nota, tomados de sitios oficiales del Reino Unido. Un nuevo escándalo, sofocado por la muerte.
Esa compañía no forma parte de las incluidas en los Panama Papers y responde al clásico modus operandi de los Macrì: cajas chinas y espejos conforman un laberinto en el que es imposible seguir cualquier pista: compañías cuyos accionistas y/o directivos son otras compañías, con sede en los lugares más dispares del mundo, desde los Emiratos Árabes, el Caribe angloparlante, Belice o la isla de Hong Kong, que se cierran y dejan su lugar a otras, a veces con nombre parecido, otras por completo distinto.
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El Cohete a la Luna - 4 de marzo de 2019