Borda: del recuerdo de la represión al olvido en pandemia
Ocho años pasaron desde aquella mañana del 26 de abril de 2013, cuando la Policía Metropolitana ingresó al predio con topadoras y reprimió a médicos, enfermeros y pacientes. El negocio inmobiliario quedó trunco, al precio de un abandono que dejó al hospital vaciado.
Del manicomio a la ciudadanía
Una organización de cooperativas de viviendas populares decidió incorporar a pacientes externados de los hospitales monovalentes Borda y Moyano, en un plano de igualdad con los demás cooperativistas y con la asistencia de un grupo de residentes en salud mental que, hoy, da cuenta de una experiencia de “recuperación del rol de ciudadano”.
Varias de las cooperativas y viviendas transitorias que conforman el Movimiento de Ocupantes e Inquilinos (MOI) se encuentran en los barrios de Barracas y San Telmo, y algunas de ellas lindantes con los grandes hospitales monovalentes Borda y Moyano.
Artistas, locos y criminales
Mucho calor. Mucha tensión. En la madrugada del viernes 26, en silencio, se concentraban decenas de patrulleros y camiones de transporte de las fuerzas de choque de la Policía Metropolitana. La cita: Amancio Alcorta al 2500, frente al Tomás Ducó, el Palacio, el estadio de Huracán. En el Ducó, exactamente ocho días antes, había entrado una cantidad de barrabravas para apretar jugadores y al mismísimo técnico Juan Manuel Llop, que días después daba un paso al costado. Aquel día, en el vestuario, varios habían avisado al 911. Sin embargo, ninguna comisión policial se presentaba. Curioso. Esta madrugada, de calor y tensión, no había jugadores y Amancio Alcorta estaba atestada de policías armados hasta los dientes.