Cambios productivos y concentración agraria - Las consecuencias de la sojización
El paro rural con su reaccionario reclamo de reducción indiscriminada de los aranceles de exportación (retenciones), ha puesto en tela de juicio un elemento fundamental del andamiaje de la política económica del gobierno kirchnerista. Pero también ha hecho emerger problemas estructurales del campo argentino. Veamos esto último más de cerca.
Cambios productivos
La oligarquía terrateniente argentina, salvo raras excepciones, fue siempre una clase muy conservadora y poco afecta a las iniciativas productivas y al cambio tecnológico. Para qué invertir si la pampa húmeda era (y es) un paraíso agropecuario; todo crecía sin gran esfuerzo. La producción aumentaba en forma extensiva de acuerdo a la demanda del mercado mundial. Tierra sobraba.
Sin embargo, a partir de la década del ’30 se produjo una situación de estancamiento agrario de importancia dado el cambio que ocurrió en las condiciones económicas internacionales en esa fecha. Esto termina obligando a dar una vuelta de tuerca desde el punto de vista de la explotación capitalista propiamente dicha del campo argentino.
A partir de los ’70, este estancamiento se comienza a revertir. Primero con un impulso a la mecanización. A partir de 1980 y producto de la desertificación –fundamentalmente en la Pcia de Bs As.– se empiezan a usar fertilizantes en forma más intensiva. En la década de los ‘90 se incorporan dos avances que iban a cambiar conjuntamente la forma de producir tradicional, provocando cambios de todo tipo en el campo argentino: la siembra directa y la biotecnología aplicada a las semillas (1). Era un cambio inevitable si se quería subsistir en la economía mundializada.
En honor a los hechos, hoy el 70% de la agricultura se lleva a cabo mediante la técnica de siembra directa y con semillas genéticamente alteradas. Resisten mejor las plagas, a los distintos climas y lo más importante desde el punto de vista capitalista, aumentan los rindes por hectárea. Sin embargo, no se pueden reproducir en el campo mismo y deben ser compradas a las grandes empresas trasnacionales proveedoras de las mismas...
Provincias como Catamarca, Formosa y Santiago del Estero hoy son productoras de granos. Hace 40 años esto era impensado por su clima. Hay que resaltar que este es un fenómeno mundial. Paraguay es el 6to productor mundial de soja y Mato Grosso (Brasil) lindante con Amazonas, es uno de los productores mas importantes del país vecino. Ya que lo mencionamos, todo el mundo sabe que la estrella del cambio en la Argentina es la soja (2): actualmente, 50% del área sembrada. El área sembrada con trigo está estancada con tendencia a retroceder y hay leves repuntes del maíz y fundamentalmente del girasol.
El boom sojero
A principios de la última década se dan dos fenómenos que explican en parte el boom sojero: se agudiza la crisis petrolera internacional y como producto de la epidemia "vaca loca" se comienza a alimentar el ganado con balanceados de origen vegetal.
Aparecen en nuestro país nuevas agroindustrias. La producción de biodiesel (combustible alternativo), cuya molienda alcanzó en el 2007 1.560.000 toneladas de soja*. La industria aceitera y la del biodiesel dan un subproducto: pellets de soja que en el 2005 alcanzó 17 millones de toneladas, la inmensa mayoría destinada a la exportación a China, a la Unión Europea, a la India y otros países como alimento para ganado. Con la soja, Argentina tiene ventajas comparativas con otros países; no es un hábito alimenticio de su población, por lo tanto casi toda la producción se exporta. Además es un cultivo muy resistente a las plagas y a los distintos climas y necesita pocos cuidados, por lo tanto, poca mano de obra...
Como decíamos, ha surgido una industria aceitera de primer nivel mundial. En nuestro país hay 49 plantas aceiteras tanto para consumo humano; como fundamentalmente para producción de biodiesel. De este último sector, las más importantes empresas son Cargill, Bunge, Dreyfus, A.G.D, Vicentín y Pecom. Además hay 10 nuevas plantas en construcción y 18 proyectos (Repsol y Dreyfus); se prevé moler 10 millones. de toneladas de soja obteniendo 14,7 millones de barriles de biodiesel para el 2010 (3), la mayoría asentadas en Santa Fe, provincia líder en la producción de soja en la Argentina. También, como era de esperar, ha surgido en esta provincia un sector de punta a nivel mundial de fabricación de maquinaria agrícola.
La crisis petrolera y el boom sojero
Todos estos elementos son la base material que explican la casi cuadruplicación de la producción de soja en tan pocos años (4). ¿Pero para qué tanta soja?. Veamos esto.
A partir del 2002 se agudiza la crisis petrolera. Las causas, entre tantas otras: en los últimos 30 años no ha habido grandes descubrimientos, la demanda mundial ha ido en aumento y muchos pozos se han agotado. Sin ir más lejos, en Argentina hay reservas para cinco o seis años. Su precio ha saltado, en seis años, de 40 dólares el barril (159 lts) a 110 dólares. U.S.A, que históricamente era un país autoabastecido, hoy es un importador neto de petróleo. Produce 5 millones de barriles y consume 20 millones diarios. La producción mundial es de 82 millones diarios. O sea, consume el 25% de todo el mundo. Agreguemos a esto la Unión Europea (importador neto) y los países asiáticos (China, India y Japón) y el cuadro está completo.
¿Qué factores actúan sobre el precio del petróleo?
1) La demanda (que se verá afectada por la profundidad y duración de la crisis económica mundial);
2) La inestabilidad política de los principales países y zonas productoras (Nigeria, Venezuela, Medio Oriente, etc);
3) La depreciación como moneda mundial del dólar;
4) Se está creando una nueva burbuja económica alrededor de los commodities (materias primas). Cada vez más en las transacciones petroleras y de granos intervienen “hedge funds” (fondos de inversión muy especulativos). Se calcula que el 20% de sus valores actuales es especulación pura.
Estados Unidos es el primer productor mundial de maíz, 220 millones de toneladas en el 2007 y destina 80 millones a producir etanol (alcohol). Este alcohol lo mezcla con sus naftas obteniendo un producto E10 (etanol 10%, nafta 90%). Su producción es 168 millones. de barriles al año. También es el primer productor mundial de soja extrayendo biodiesel B5 (5% bio 95% diesel).
Sojización y fuerzas productivas
Desde ya que es una fantasía completa creer que se ha encontrado el camino de la solución de la crisis energética con recursos renovables. Es un disparate y una irracionalidad capitalista de las muchas que hay. Porque no alcanzaría el planeta entero para suplantar de esta forma los combustibles de origen fósil... de paso no comería ningún ser humano!
La crisis petrolera y en menor medida los cambios en la alimentación del ganado vacuno son la locomotora que arrastra a la suba el precio de la soja (y en menor medida el maíz) creando un enorme desequilibrio en los demás sectores del campo argentino:
1) Producción estancada de trigo y cierre de sus exportaciones, suba de precios y aplicación de subsidios en el sector molinero;
2) Crisis del sector ganadero. Subsidios al maíz que consumen (feed lot) (5);
3) Crisis del sector lechero, precio subsidiado;
4) Crisis del sector frutihortícola.
Como se ve, el proceso de sojización de la agricultura ha producido cambios de todo tipo: se ha extendido la frontera agropecuaria a provincias que antes no se dedicaban a esta actividad; la soja ha avanzado en su implantación sobre las fronteras ganaderas y tamberas (6), como también ha hecho entrar en crisis las economías regionales específicas. Hay un proceso de creciente migración poblacional del campo a las ciudades y lo que es peor aún, está provocando alteraciones profundas en el ecosistema. El desmonte de los bosques es intensivo: "El Impenetrable" en el Chaco ya prácticamente no existe. La tala indiscriminada de bosques nativos es la responsable, en última instancia, de las inundaciones en Salta. Todo porque el monte ha sido suplantado por campos de soja. Este fenómeno se da también en Bolivia, Paraguay y Brasil (3.000.000 de hectáreas de desmonte de selva amazónica por mes!). Como herbicida se usa el glifosato que es pulverizado sobre los sojales desde avionetas. Mata todo menos la soja. Popularmente en el norte de nuestro país al sojal se lo llama "reino del viento": no hay vida, sólo se escucha el silbido del viento. El agroquímico provoca enfermedades de todo tipo en las poblaciones aledañas.
Si bien la siembra directa disminuye los riesgos de degradación de la tierra, la rotación de cultivos es muy baja, la soja absorbe en demasía los nutrientes de la tierra (nitrógeno, fósforo, etc.) junto al uso de glifosato; todo esto acelera rápidamente la desfertilización de la misma. Según datos muy conservadores del I.N.T.A, en la Argentina 60 millones de hectáreas. están degradadas y se pierden 500 hectáreas de suelo por día.
Concentración agraria y despojo de los pequeños propietarios
Todo lo expuesto anteriormente hace que la seguridad alimentaria de los sectores populares en el mediano plazo se convierta en un problema de primer orden. Ya se comienzan a sentir los primeros síntomas: el precio de la carne y las hortalizas por las nubes. Es que el capitalismo agropecuario en su afán incesante de lucro se ha volcado a los sectores más rentables disminuyendo la producción de otros.
Los nuevos modos de producción que ya venían de la década pasada, más los altos precios internacionales de la mayoría de las commodities, han profundizado la concentración de la propiedad agraria de forma y magnitud antes nunca vistas.
Hoy la manera de producir en el campo es a gran escala, es un fenómeno mundial. Porque son necesarias grandes inversiones en maquinaria, insumos, controlar no sólo la cadena de producción sino también la de comercialización. Este es el significado profundo de una palabra de moda, “agrobussines”.
La política económica del gobierno kirchnerista, fiel representante de los grandes pulpos agropecuarios, ha incentivado este proceso. No es que haya desaparecido la tradicional oligarquía terrateniente argentina (Anchorena, Gómez Alzaga, etc.), hay nuevos actores mucho más poderosos: los pools de siembra, los fondos de inversión, Swift, Arcor, Quickfood (7), etc.
Es tan acuciante la necesidad de producir en escala que estos grupos se han extendido a los países limítrofes asociándose en muchos casos con capitales brasileños. También están Monsanto, Dupont y Nidera que monopolizan el sector de los insumos (semillas, fertilizantes y agroquímicos); Cargill, Bunge y Dreyfus (verdaderos gigantes en producción, comercialización y exportación de productos del campo).
En esta situación, muchos de los pequeños productores se han visto y se ven obligados a arrendar o a vender sus tierras porque son víctimas de los grandes monopolios ligados al agro y de la política económica del gobierno K (8).
Hoy la realidad es que existen 130.000 pequeños y medianos productores con una propiedad promedio de 26 hectáreas cada uno. En su mejor momento del siglo XX, llegó a haber casi 600.000.
Y de los trabajadores rurales nadie habla. Son 1.300.000 de los cuales 1.000.000 están en negro, son eventuales, cobran los peores salarios del país y están regidos por un decreto de 1980 de la dictadura militar. De paso digamos que en el paro agropecuario siguen trabajando, ordeñando vacas, arreando y alimentando ganado, cosechando soja.
Esta es la realidad del campo argentino: propiedad de la tierra muy concentrada y explotación, en todos sus sectores; es decir, capitalista hasta la médula.
Notas:
(*) Todos los datos estadísticos de este artículo son de SAGPYA (Secretaría de Agricultura-Ganadería-Pesca y Alimentación), I.N.T.A (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), y O.N.C.C.A (Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario).
(1) Las retenciones a la producción agropecuaria son recaudadas directamente por el gobierno nacional.
(2) Siembra directa-innovación que prescinde de arar la tierra mitigando la desertificación y la pérdida de fertilidad que ello ocasiona. Biotecnología en semillas: alteración genética en las semillas para aumentar el rinde por hectárea y ser inmune a las plagas incorporando por ejemplo, genes alterados inmunes también a los agroquímicos, variedad RR, soja de Monsanto.
(3) Se necesitan 5 toneladas de soja para obtener 1tn. (7 barriles) de biodiesel; 3 tn.de maíz para 1 tn. de etanol. Argentina exporta el 76% del biodiesel a U.S.A y el 23% a la U.E.
(4) 1995: 13.000.000 millones de toneladas, 2007: 48 millones de toneladas. (China principal comprador).
(5) Feed Lot: ganado vacuno alimentado en corral. El 50% del consumo en el país es criado bajo esta modalidad.
(6) El ganado vacuno se calcula que ha bajado de 55 millones de cabezas a 35 millones. Los tambos de 40.000 a 10.000 unidades productivas.
(7) Grobocopatel (grupo "Los Grobo”): 600.000 has., la mayoría arrendada; Cresud (G. Soros), fondo de inversión, 470.000 has; Frigorífico Swift, 200.000 cabezas de ganado vacuno; Arcor líder en la industria alimenticia, 45.000 has; Anchorena y G. Alzaga: 40.000 y 60.000 has. respectivamente; de los 80.000 propietarios de la región pampeana los primeros 1.250 concentran el 35% de la tierra, 9 millones de has. Pág. 12.
(8) En honor a la verdad, hay otro sector que aprovechando los altos precios que se pagan por arrendar los campos de la pampa húmeda, ha. dejado de producir, mudándose a la ciudad.
Fuente:[color=336600]www.mas.org.ar[/b][/color]